Una atleta de taekwondo española de 17 años sorprendió al mundo. La joven ganó una medalla de plata en su disciplina durante los Juegos Olímpicos. Pero lo que causó asombro fue que pidió disculpas a su país por no alcanzar el oro. Se trata de Adriana Cerezo.
Los Juegos Olímpicos, además de reconocer a los mejores atletas del mundo en diferentes disciplinas, son una ventana para descubrir nuevas estrellas del deporte.
En algunos casos, son los nuevos deportistas quienes dan la sorpresa en su debut y, automáticamente, se convierten en los mejores del mundo.
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Las disculpas de la atleta
Cerezo tiene 17 años y es apodada “la niña maravilla” por sus compañeros de disciplina, pues, a su corta edad, ha demostrado que es una de las mejores del mundo en el taekwondo.
Adriana derrotó a rivales con más experiencia que ya habían participado en Juegos Olímpicos y que incluso eran favoritas encima de ella. La atleta combatió en la primera ronda de la competencia contra Tijana Bogdanovic, plata olímpica en Río de Janeiro 2016. Después derrotó en cuartos de final a la china Jingyu Wu de 34 años, ganadora de dos oros olímpicos previos.
La semifinal fue contra la turca de 30 años Rukiye Yildirim, quien ha sido bicampeona de Europa y ganó dos veces bronce en los Olímpicos previos. Fueron las caras jóvenes las que se enfrentaron en la final de combate de Taekwondo: la tailandesa Panipak Wongpattanakit, de 23 años, frente a Adriana Cerezo.
Lágrimas por la derrota
La atleta española recorrió una jornada histórica antes de la final, pero perdió apenas por un punto contra Wongpattanakit y obtuvo la primera medalla de plata para su país.
A pesar de ser su debut en Juegos Olímpicos en la categoría senior, Adriana Cerezo no quedó contenta con el resultado en segundo lugar, terminó con lágrimas en los ojos después del combate y pidió disculpas a su país por no obtener el oro.
Desde su llegada a Tokio, Cerezo manifestó que su objetivo era el puesto más alto en el podio y lo demostró en todos los combates contra deportistas más experimentadas que ella.
Una atleta de taekwondo española de 17 años sorprendió al mundo. La joven ganó una medalla de plata en su disciplina durante los Juegos Olímpicos. Pero lo que causó asombro fue que pidió disculpas a su país por no alcanzar el oro. Se trata de Adriana Cerezo.
Los Juegos Olímpicos, además de reconocer a los mejores atletas del mundo en diferentes disciplinas, son una ventana para descubrir nuevas estrellas del deporte.
En algunos casos, son los nuevos deportistas quienes dan la sorpresa en su debut y, automáticamente, se convierten en los mejores del mundo.
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Las disculpas de la atleta
Cerezo tiene 17 años y es apodada “la niña maravilla” por sus compañeros de disciplina, pues, a su corta edad, ha demostrado que es una de las mejores del mundo en el taekwondo.
Adriana derrotó a rivales con más experiencia que ya habían participado en Juegos Olímpicos y que incluso eran favoritas encima de ella. La atleta combatió en la primera ronda de la competencia contra Tijana Bogdanovic, plata olímpica en Río de Janeiro 2016. Después derrotó en cuartos de final a la china Jingyu Wu de 34 años, ganadora de dos oros olímpicos previos.
La semifinal fue contra la turca de 30 años Rukiye Yildirim, quien ha sido bicampeona de Europa y ganó dos veces bronce en los Olímpicos previos. Fueron las caras jóvenes las que se enfrentaron en la final de combate de Taekwondo: la tailandesa Panipak Wongpattanakit, de 23 años, frente a Adriana Cerezo.
Lágrimas por la derrota
La atleta española recorrió una jornada histórica antes de la final, pero perdió apenas por un punto contra Wongpattanakit y obtuvo la primera medalla de plata para su país.
A pesar de ser su debut en Juegos Olímpicos en la categoría senior, Adriana Cerezo no quedó contenta con el resultado en segundo lugar, terminó con lágrimas en los ojos después del combate y pidió disculpas a su país por no obtener el oro.
Desde su llegada a Tokio, Cerezo manifestó que su objetivo era el puesto más alto en el podio y lo demostró en todos los combates contra deportistas más experimentadas que ella.