El pescado es la comida favorita de muchas personas alrededor del mundo, siendo un tipo de carne con el que se preparan platillos deliciosos. No obstante, el consumo de este alimento puede ser riesgoso, ya que existe la posibilidad de tener una espina de pescado atorada en la garganta.
Los huesos de los peces tienen una forma puntiaguda característica, la que es capaz de causar lesiones. Por ello, los cocineros tratan de extraer todos estos huesos antes de preparar cualquier platillo. Sin embargo, hay espinas pequeñas que pueden ser pasadas por alto.
Tener una espina de pescado atorada en el tracto digestivo es un accidente frecuente, sobre todo entre niños y adultos con enfermedades psiquiátricas. Además, estudios demuestran que estos huesos pueden migrar a otros tejidos y ubicarse en órganos.
Esta nota también te puede interesar: La relación del pez y el hombre
¿Cómo se siente una espina de pescado atorada?
Cuando una persona ingiere cualquier cuerpo extraño, la sintomatología inicia de forma inmediata y las espinas de pescado no son la excepción. Los pacientes suelen referir incomodidad desde el primer momento en que ocurre el evento.
De hecho, la intensidad de los signos aumenta cuando se trata de un objeto con un tamaño considerable. Entre los principales síntomas referidos por una persona con una espina de pescado atorada en la garganta destacan los siguientes:
- Dificultad y dolor al tragar.
- Sensación de un cuerpo extraño atorado en la garganta.
- Tos constante e intensa.
- Hormigueo en la garganta.
- Dolor agudo en el cuello si la espina está clavada.
- Producción excesiva de saliva.
- Hemoptisis o tos con sangre.
Posibles consecuencias
Es posible que la espina descienda por el esófago sin quedar atorada en ningún momento. Sin embargo, la misma puede causar lesiones en el trayecto, producto de sus bordes afilados. Una de las complicaciones más frecuentes es el corte en la garganta o el esófago.
Otras complicaciones frecuentes en las personas con objetos extraños atorados en la garganta son las siguientes:
- Sangrado profuso.
- Inflamación y hematomas.
- Incapacidad para tragar.
- Infección o abscesos esofágicos.
Tres formas de sacar una espina
En términos generales, siempre se debe acudir al médico cuando se ingiere algún cuerpo extraño. No obstante, existen ciertas técnicas que se pueden emplear.
1- Toser
La tos es uno de los mecanismos de defensa natural del organismo. Es útil para expulsar objetos extraños de las vías respiratorias y del esófago.
Cuando una persona tose existe un aumento súbito de la presión intratorácica, por lo que se puede expulsar con facilidad cualquier objeto atorado en esta zona.
Siempre que se ingiere una espina de pescado o algún otro objeto el primer instinto es toser. En estos casos se debe procurar hacerlo con una fuerza mayor a la habitual, con la finalidad de desatorar el objeto.
2- Ingerir agua o aceite de oliva
La espinas de pescado se suelen atorar de forma muy frecuente en las amígdalas y la base de la lengua, de acuerdo a lo que informan múltiples estudios. Estas zonas están caracterizadas por ser de fácil acceso y los alimentos ejercen cierta presión al pasar por ellas.
En este sentido, se recomienda ingerir 1 vaso de agua o 2 cucharadas de aceite de oliva para desatorar la espina. El agua ejercerá una presión leve y continua hacia abajo, lo que puede provocar el descenso de la espina hacia el estómago.
3- Comer alimentos viscosos
Los alimentos con una consistencia viscosa pueden ser los mejores aliados cuando se tiene una espina de pescado atorada en la garganta. Los mismos forman una masa homogénea al ser deglutidos, lo que puede envolver a la espina y llevarla al estómago.
Entre los alimentos con esta cualidad destacan los siguientes:
- Malvaviscos.
- Bananas.
- Pan con mantequilla de maní.
- Pan remojado en agua.
Prevenir el atragantamiento
Una de las mejores medidas preventivas es retirar de forma minuciosa todas las espinas del pescado antes de su preparación, sobre todo si se trata de salmón, sábalo o trucha. También se recomienda masticar la carne de forma lenta, múltiples veces, con la finalidad de detectar una espina antes de tragar.
El pescado es la comida favorita de muchas personas alrededor del mundo, siendo un tipo de carne con el que se preparan platillos deliciosos. No obstante, el consumo de este alimento puede ser riesgoso, ya que existe la posibilidad de tener una espina de pescado atorada en la garganta.
Los huesos de los peces tienen una forma puntiaguda característica, la que es capaz de causar lesiones. Por ello, los cocineros tratan de extraer todos estos huesos antes de preparar cualquier platillo. Sin embargo, hay espinas pequeñas que pueden ser pasadas por alto.
Tener una espina de pescado atorada en el tracto digestivo es un accidente frecuente, sobre todo entre niños y adultos con enfermedades psiquiátricas. Además, estudios demuestran que estos huesos pueden migrar a otros tejidos y ubicarse en órganos.
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¿Cómo se siente una espina de pescado atorada?
Cuando una persona ingiere cualquier cuerpo extraño, la sintomatología inicia de forma inmediata y las espinas de pescado no son la excepción. Los pacientes suelen referir incomodidad desde el primer momento en que ocurre el evento.
De hecho, la intensidad de los signos aumenta cuando se trata de un objeto con un tamaño considerable. Entre los principales síntomas referidos por una persona con una espina de pescado atorada en la garganta destacan los siguientes:
- Dificultad y dolor al tragar.
- Sensación de un cuerpo extraño atorado en la garganta.
- Tos constante e intensa.
- Hormigueo en la garganta.
- Dolor agudo en el cuello si la espina está clavada.
- Producción excesiva de saliva.
- Hemoptisis o tos con sangre.
Posibles consecuencias
Es posible que la espina descienda por el esófago sin quedar atorada en ningún momento. Sin embargo, la misma puede causar lesiones en el trayecto, producto de sus bordes afilados. Una de las complicaciones más frecuentes es el corte en la garganta o el esófago.
Otras complicaciones frecuentes en las personas con objetos extraños atorados en la garganta son las siguientes:
- Sangrado profuso.
- Inflamación y hematomas.
- Incapacidad para tragar.
- Infección o abscesos esofágicos.
Tres formas de sacar una espina
En términos generales, siempre se debe acudir al médico cuando se ingiere algún cuerpo extraño. No obstante, existen ciertas técnicas que se pueden emplear.
1- Toser
La tos es uno de los mecanismos de defensa natural del organismo. Es útil para expulsar objetos extraños de las vías respiratorias y del esófago.
Cuando una persona tose existe un aumento súbito de la presión intratorácica, por lo que se puede expulsar con facilidad cualquier objeto atorado en esta zona.
Siempre que se ingiere una espina de pescado o algún otro objeto el primer instinto es toser. En estos casos se debe procurar hacerlo con una fuerza mayor a la habitual, con la finalidad de desatorar el objeto.
2- Ingerir agua o aceite de oliva
La espinas de pescado se suelen atorar de forma muy frecuente en las amígdalas y la base de la lengua, de acuerdo a lo que informan múltiples estudios. Estas zonas están caracterizadas por ser de fácil acceso y los alimentos ejercen cierta presión al pasar por ellas.
En este sentido, se recomienda ingerir 1 vaso de agua o 2 cucharadas de aceite de oliva para desatorar la espina. El agua ejercerá una presión leve y continua hacia abajo, lo que puede provocar el descenso de la espina hacia el estómago.
3- Comer alimentos viscosos
Los alimentos con una consistencia viscosa pueden ser los mejores aliados cuando se tiene una espina de pescado atorada en la garganta. Los mismos forman una masa homogénea al ser deglutidos, lo que puede envolver a la espina y llevarla al estómago.
Entre los alimentos con esta cualidad destacan los siguientes:
- Malvaviscos.
- Bananas.
- Pan con mantequilla de maní.
- Pan remojado en agua.
Prevenir el atragantamiento
Una de las mejores medidas preventivas es retirar de forma minuciosa todas las espinas del pescado antes de su preparación, sobre todo si se trata de salmón, sábalo o trucha. También se recomienda masticar la carne de forma lenta, múltiples veces, con la finalidad de detectar una espina antes de tragar.