La diferencia entre la vida y la muerte está en el uso de la mascarilla, sobre todo ante variantes de alta transmisibilidad como la Delta que predomina hoy en Guatemala, recordó este jueves Erwin Calgua, epidemiólogo del Hospital San Juan de Dios.
“La mascarilla es el dispositivo que crea la mejor barrera para detener el virus“, dijo el especialista, quien instó a utilizarla bien, aún con la vacuna contra el covid-19. “Puede ser incómodo o no gustar, pero la mascarilla puede salvar la vida”, enfatizó.
Lamentó que muchos estén sin usarla “confundidos en que tienen inmunidad y que no se contagiarán“. No obstante, recordó que ambas dosis de la vacuna evitan que una persona requiera hospitalización, pero no evitan infección.
Pero Calgua dejó claro que la mascarilla y lavado de manos no es suficiente. “En este momento de la pandemia, las personas también deben evitar reuniones, restringir su movilidad y no dejar de recibir la vacuna”, afirmó.
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Mayor riesgo sin mascarilla y los no vacunados
Recientemente las autoridades de Salud afirmaron que 1 de cada 1,000 fallecidos por covid ya tenía una dosis de la vacuna. De lo anterior Calgua reiteró: “el dato debería de despejar las dudas a los indecisos, ya que los no vacunados tienen hasta un 80% de probabilidad de ser un caso severo con la variante Delta“, enfatizó.
Con Calgua coincidió Bilma Coló, terapista respiratoria que en las últimas semanas alargó su jornada de trabajo por la alta demanda de la atención que brinda a domicilio a pacientes con enfermedades respiratorias, incluido el covid.
En la actualidad atienden ininterrumpidamente a pacientes de 7:00 a 23:00 horas y “gracias a la mascarilla y el resto de las medidas de prevención“, afirmó que aún no es parte de la cifra de infectados. “Es la barrera entre la vida y la muerte”, dijo la terapista con más de un año de atender a pacientes covid.
“He visitado hogares donde ancianos de 80 o 90 años que se mantienen en su casa están contagiados por familiares que se descuidan en la calle y llevan el virus a su casa”, lamentó.
Director del Hospital Roosevelt: “Quédese en casa, la mejor actitud es la prevención”
La diferencia entre la vida y la muerte está en el uso de la mascarilla, sobre todo ante variantes de alta transmisibilidad como la Delta que predomina hoy en Guatemala, recordó este jueves Erwin Calgua, epidemiólogo del Hospital San Juan de Dios.
“La mascarilla es el dispositivo que crea la mejor barrera para detener el virus“, dijo el especialista, quien instó a utilizarla bien, aún con la vacuna contra el covid-19. “Puede ser incómodo o no gustar, pero la mascarilla puede salvar la vida”, enfatizó.
Lamentó que muchos estén sin usarla “confundidos en que tienen inmunidad y que no se contagiarán“. No obstante, recordó que ambas dosis de la vacuna evitan que una persona requiera hospitalización, pero no evitan infección.
Pero Calgua dejó claro que la mascarilla y lavado de manos no es suficiente. “En este momento de la pandemia, las personas también deben evitar reuniones, restringir su movilidad y no dejar de recibir la vacuna”, afirmó.
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Mayor riesgo sin mascarilla y los no vacunados
Recientemente las autoridades de Salud afirmaron que 1 de cada 1,000 fallecidos por covid ya tenía una dosis de la vacuna. De lo anterior Calgua reiteró: “el dato debería de despejar las dudas a los indecisos, ya que los no vacunados tienen hasta un 80% de probabilidad de ser un caso severo con la variante Delta“, enfatizó.
Con Calgua coincidió Bilma Coló, terapista respiratoria que en las últimas semanas alargó su jornada de trabajo por la alta demanda de la atención que brinda a domicilio a pacientes con enfermedades respiratorias, incluido el covid.
En la actualidad atienden ininterrumpidamente a pacientes de 7:00 a 23:00 horas y “gracias a la mascarilla y el resto de las medidas de prevención“, afirmó que aún no es parte de la cifra de infectados. “Es la barrera entre la vida y la muerte”, dijo la terapista con más de un año de atender a pacientes covid.
“He visitado hogares donde ancianos de 80 o 90 años que se mantienen en su casa están contagiados por familiares que se descuidan en la calle y llevan el virus a su casa”, lamentó.
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