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El muerto que vive a la sombra de 1821

Betty Marroquin
16 de septiembre, 2021


El Caso Molina Theisen es uno de los ejemplos más claros de violaciones consecutivas a la Constitución, al debido proceso, a la aplicación de justicia y a la inteligencia humana. Sus excesos y argumentos son tan falaces y ridículos que constituyen un insulto al raciocinio. Lean los antecedentes Marco Antonio Molina Theisen está en Costa Rica.

La Corte Suprema de Justicia en la Sala de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal de Mayor Riesgo y Extinción de Dominio está viendo el caso contra nuestros Veteranos. Llevan DOS años y medio sin resolverlas. Además de este juicio nuestros Veteranos llevan 3 casos en su contra. Especialmente contra el General Benedicto Lucas, que se ha convertido en el nuevo trofeo de la izquierda, a raíz del fallecimiento del General Efraín Ríos Montt. 

En el Juzgado Segundo de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos Contra el Ambiente está el caso donde las querellantes, todas familiares de los Veteranos, piden que se haga la prueba de ADN a Marco Antonio Molina Theisen. Si nada tienen que esconder, negarse a la prueba sería algo lógico. Pero, como la mentira del muerto vivo es la base del caso, que salga la verdad sería una bofetada a la izquierda.

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El Art 17 de la Constitución claramente reza no hay delito ni pena sin ley anterior. No son punibles las acciones u omisiones que no estén calificadas como delito o falta y penadas por ley anterior a su perpetración. No hay prisión por deuda. 

El delito de lesa humanidad NO EXISTE en la legislación nacional. No está contemplado en el Código Penal de Guatemala. Por ende, no se puede imputar a alguien con un delito que no existe en el ordenamiento jurídico nacional. Sólo con esto, ya deberían estar libres nuestros Veteranos. Los dictámenes de la CIDH no abarcan nada de antes de 1987, porque no tienen efecto retroactivo.

Guatemala se suscribió al Estatuto de Roma que da vida a la Corte Penal Internacional en el 2012. Tampoco tiene retroactividad por ende, únicamente afecta a casos acaecidos a partir del 2012. Por lo tanto, los casos en contra de nuestros veteranos que supuestamente acontecieron a principios de la década de los 80s no tienen una base jurídica sustentable.

Guatemala se independizó de España en 1821 y en este 2021 estamos celebrando 200 años de libertad. Yo celebro nuestra independencia y libertad que defiendo a diario, por convicción. 

Desde 1821, jamás habíamos estado tan amenazados como en este Siglo XXI. Los Estados Unidos y el G13 pretenden gobernar Guatemala a base de presión, hasta lograr colocar en el mando a sus leguleyos que recaen en una definición compleja: marxistas culturales, socialistas globalistas progre, socialistas Gucci, social confusos. Para el efecto, llamemos como llamemos a esta gente, es lo mismo. Para lograr sus objetivos, no se miden ante nada.

La Constitución es inexistente, el debido proceso es una sugerencia, el fundamentar sus venganzas judiciales en premisas ilegales o incluso inexistentes y por ende insustentables, es la praxis de la izquierda. Helen Mack y sus hermanas ideológicas quieren acabar al Ejército. Saben que haciendo eso tienen garantizada la sumisión de los oficiales de alta, a base de temor. 

Quienes dicen que no hay soberanía, que vivimos en dictadura, no entienden lo que dicen. Soberanía radica en el pueblo, que elije a los mandatarios por un tiempo definido. Y si viviéramos en dictadura, yo no podría escribir este artículo. 

Que muchos jóvenes no tengan ni idea de lo que aconteció en los años del conflicto armado interno, llora sangre porque son ellos los que alimentan a la izquierda y hacen la porra de todas las sandeces, abusos y violaciones que dicen y cometen.

El muerto que vive a la sombra de 1821

Betty Marroquin
16 de septiembre, 2021


El Caso Molina Theisen es uno de los ejemplos más claros de violaciones consecutivas a la Constitución, al debido proceso, a la aplicación de justicia y a la inteligencia humana. Sus excesos y argumentos son tan falaces y ridículos que constituyen un insulto al raciocinio. Lean los antecedentes Marco Antonio Molina Theisen está en Costa Rica.

La Corte Suprema de Justicia en la Sala de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal de Mayor Riesgo y Extinción de Dominio está viendo el caso contra nuestros Veteranos. Llevan DOS años y medio sin resolverlas. Además de este juicio nuestros Veteranos llevan 3 casos en su contra. Especialmente contra el General Benedicto Lucas, que se ha convertido en el nuevo trofeo de la izquierda, a raíz del fallecimiento del General Efraín Ríos Montt. 

En el Juzgado Segundo de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos Contra el Ambiente está el caso donde las querellantes, todas familiares de los Veteranos, piden que se haga la prueba de ADN a Marco Antonio Molina Theisen. Si nada tienen que esconder, negarse a la prueba sería algo lógico. Pero, como la mentira del muerto vivo es la base del caso, que salga la verdad sería una bofetada a la izquierda.

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El Art 17 de la Constitución claramente reza no hay delito ni pena sin ley anterior. No son punibles las acciones u omisiones que no estén calificadas como delito o falta y penadas por ley anterior a su perpetración. No hay prisión por deuda. 

El delito de lesa humanidad NO EXISTE en la legislación nacional. No está contemplado en el Código Penal de Guatemala. Por ende, no se puede imputar a alguien con un delito que no existe en el ordenamiento jurídico nacional. Sólo con esto, ya deberían estar libres nuestros Veteranos. Los dictámenes de la CIDH no abarcan nada de antes de 1987, porque no tienen efecto retroactivo.

Guatemala se suscribió al Estatuto de Roma que da vida a la Corte Penal Internacional en el 2012. Tampoco tiene retroactividad por ende, únicamente afecta a casos acaecidos a partir del 2012. Por lo tanto, los casos en contra de nuestros veteranos que supuestamente acontecieron a principios de la década de los 80s no tienen una base jurídica sustentable.

Guatemala se independizó de España en 1821 y en este 2021 estamos celebrando 200 años de libertad. Yo celebro nuestra independencia y libertad que defiendo a diario, por convicción. 

Desde 1821, jamás habíamos estado tan amenazados como en este Siglo XXI. Los Estados Unidos y el G13 pretenden gobernar Guatemala a base de presión, hasta lograr colocar en el mando a sus leguleyos que recaen en una definición compleja: marxistas culturales, socialistas globalistas progre, socialistas Gucci, social confusos. Para el efecto, llamemos como llamemos a esta gente, es lo mismo. Para lograr sus objetivos, no se miden ante nada.

La Constitución es inexistente, el debido proceso es una sugerencia, el fundamentar sus venganzas judiciales en premisas ilegales o incluso inexistentes y por ende insustentables, es la praxis de la izquierda. Helen Mack y sus hermanas ideológicas quieren acabar al Ejército. Saben que haciendo eso tienen garantizada la sumisión de los oficiales de alta, a base de temor. 

Quienes dicen que no hay soberanía, que vivimos en dictadura, no entienden lo que dicen. Soberanía radica en el pueblo, que elije a los mandatarios por un tiempo definido. Y si viviéramos en dictadura, yo no podría escribir este artículo. 

Que muchos jóvenes no tengan ni idea de lo que aconteció en los años del conflicto armado interno, llora sangre porque son ellos los que alimentan a la izquierda y hacen la porra de todas las sandeces, abusos y violaciones que dicen y cometen.