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La luna podría tener algo que ver con dormir mal

Edgar Quiñónez
20 de septiembre, 2021

Los problemas para dormir pueden deberse a múltiples causas, manifestarse de diversas maneras y presentarse en forma esporádica o crónica. Pero dentro de ese origen multifactorial ¿puede la luna jugar un rol?

Un reciente estudio publicado en la revista Science of the Total Environment suma nuevos hallazgos a un tema que genera controversia: si el sueño humano está influenciado por el ciclo lunar.

Trabajos anteriores produjeron resultados un tanto contradictorios sobre la asociación entre el ciclo lunar de 29,53 días y el sueño. Algunos informaron una asociación mientras que otros no.


Esta nota también te puede interesar: Cuáles son los mitos sobre el Alzheimer


Más detalles de la relación entre la luna y dormir bien

La sabiduría popular ha relacionado las fases de la luna con algunos aspectos del comportamiento humano. Un estudio de la Universidad de Washington demostró que “la luna sí puede influir en aspectos como el sueño”.

Es sabido que la exposición a la luz ya sea la del sol o la luna, o la luz artificial influye en el descanso porque está directamente relacionada con la melatonina, la hormona que favorece el sueño y que necesita de oscuridad para segregarse en cantidades suficientes.

El estudio de la Universidad de Washington, dirigido por Horacio de la Iglesia, va más allá y revela que la capacidad para dormir más o menos se ve directamente influenciada por las fases de la luna.


Cómo afecta el ciclo lunar al sueño

Para llegar a esta conclusión, el equipo de investigadores rastreó los patrones de sueño de casi 100 personas que vivían en tres comunidades de Argentina durante dos meses.

A todos los participantes se les puso un monitor de muñeca para analizar cómo dormían.

1- Una de las comunidades rurales no tenía acceso a la electricidad.

2- La segunda tenían un acceso limitado a la luz eléctrica.

3- La tercera comunidad estaba ubicada en un entorno urbano y tenía pleno acceso a la electricidad.

Fotografía de Robert Jones en Pixabay, utilizada con fines ilustrativos para esta nota.

Es cierto que el acceso a la luz eléctrica influye en las horas de sueño. Estudios anteriores del mismo equipo de investigadores lo han comprobado. En este caso también ocurrió: la comunidad urbana que tenía luz eléctrica fue a dormir más tarde y durmieron menos horas que los habitantes de comunidades con poca luz o ninguna.

Pero hecha esta aclaración, todos los participantes del estudio (tanto los que viven sin luz como los que pueden encenderla cuando quieren) presentaron cambios en sus patrones de sueño a medida que la luna avanza en su ciclo de 29,5 días.

Dependiendo de la comunidad, las horas de sueño nocturno variaron entre 20 y más de 90 minutos a lo largo del ciclo lunar, y la hora de dormir varió entre 30 y 80 minutos.

Fotografía de StockSnap en Pixabay, utilizada con fines ilustrativos para esta nota.

La luna llena nos hace dormir menos

Los resultados de la investigación revelan cómo afectan las fases lunares a nuestro sueño: Las noches previas a la luna llena (entre 3 y 5 noches antes) es cuando dormimos menos horas y permanecemos despiertos hasta más tarde.

La explicación estaría en que la luna creciente es cada vez más brillante a medida que avanza hacia luna llena y nos proporciona más luz natural tras el anochecer, lo que nos acaba quitando sueño (recordemos que para generar melatonina necesitamos oscuridad).

Al contrario, las lunas menguantes y las noches previas a la luna nueva dormimos más horas y nos acostamos antes. En estas fases la luna también emite una luz significativa pero en mitad de la noche, lo que interfiere menos en el sueño.

Fotografía de 梓坚 陈 en Pixabay, utilizada con fines ilustrativos.

¿Afecta la luz artificial?

El estudio revela que la influencia de las fases lunares afecta a todos por igual, pero no es ni de lejos tan fuerte si hay acceso a la luz eléctrica. Y esto tiene otra lectura, advierten los investigadores: la excesiva exposición a la luz eléctrica, sobre todo en las grandes ciudades donde hay luz las 24 horas del día, está provocando grandes alteraciones en nuestros patrones de sueño.

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La luna podría tener algo que ver con dormir mal

Edgar Quiñónez
20 de septiembre, 2021

Los problemas para dormir pueden deberse a múltiples causas, manifestarse de diversas maneras y presentarse en forma esporádica o crónica. Pero dentro de ese origen multifactorial ¿puede la luna jugar un rol?

Un reciente estudio publicado en la revista Science of the Total Environment suma nuevos hallazgos a un tema que genera controversia: si el sueño humano está influenciado por el ciclo lunar.

Trabajos anteriores produjeron resultados un tanto contradictorios sobre la asociación entre el ciclo lunar de 29,53 días y el sueño. Algunos informaron una asociación mientras que otros no.


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Más detalles de la relación entre la luna y dormir bien

La sabiduría popular ha relacionado las fases de la luna con algunos aspectos del comportamiento humano. Un estudio de la Universidad de Washington demostró que “la luna sí puede influir en aspectos como el sueño”.

Es sabido que la exposición a la luz ya sea la del sol o la luna, o la luz artificial influye en el descanso porque está directamente relacionada con la melatonina, la hormona que favorece el sueño y que necesita de oscuridad para segregarse en cantidades suficientes.

El estudio de la Universidad de Washington, dirigido por Horacio de la Iglesia, va más allá y revela que la capacidad para dormir más o menos se ve directamente influenciada por las fases de la luna.


Cómo afecta el ciclo lunar al sueño

Para llegar a esta conclusión, el equipo de investigadores rastreó los patrones de sueño de casi 100 personas que vivían en tres comunidades de Argentina durante dos meses.

A todos los participantes se les puso un monitor de muñeca para analizar cómo dormían.

1- Una de las comunidades rurales no tenía acceso a la electricidad.

2- La segunda tenían un acceso limitado a la luz eléctrica.

3- La tercera comunidad estaba ubicada en un entorno urbano y tenía pleno acceso a la electricidad.

Fotografía de Robert Jones en Pixabay, utilizada con fines ilustrativos para esta nota.

Es cierto que el acceso a la luz eléctrica influye en las horas de sueño. Estudios anteriores del mismo equipo de investigadores lo han comprobado. En este caso también ocurrió: la comunidad urbana que tenía luz eléctrica fue a dormir más tarde y durmieron menos horas que los habitantes de comunidades con poca luz o ninguna.

Pero hecha esta aclaración, todos los participantes del estudio (tanto los que viven sin luz como los que pueden encenderla cuando quieren) presentaron cambios en sus patrones de sueño a medida que la luna avanza en su ciclo de 29,5 días.

Dependiendo de la comunidad, las horas de sueño nocturno variaron entre 20 y más de 90 minutos a lo largo del ciclo lunar, y la hora de dormir varió entre 30 y 80 minutos.

Fotografía de StockSnap en Pixabay, utilizada con fines ilustrativos para esta nota.

La luna llena nos hace dormir menos

Los resultados de la investigación revelan cómo afectan las fases lunares a nuestro sueño: Las noches previas a la luna llena (entre 3 y 5 noches antes) es cuando dormimos menos horas y permanecemos despiertos hasta más tarde.

La explicación estaría en que la luna creciente es cada vez más brillante a medida que avanza hacia luna llena y nos proporciona más luz natural tras el anochecer, lo que nos acaba quitando sueño (recordemos que para generar melatonina necesitamos oscuridad).

Al contrario, las lunas menguantes y las noches previas a la luna nueva dormimos más horas y nos acostamos antes. En estas fases la luna también emite una luz significativa pero en mitad de la noche, lo que interfiere menos en el sueño.

Fotografía de 梓坚 陈 en Pixabay, utilizada con fines ilustrativos.

¿Afecta la luz artificial?

El estudio revela que la influencia de las fases lunares afecta a todos por igual, pero no es ni de lejos tan fuerte si hay acceso a la luz eléctrica. Y esto tiene otra lectura, advierten los investigadores: la excesiva exposición a la luz eléctrica, sobre todo en las grandes ciudades donde hay luz las 24 horas del día, está provocando grandes alteraciones en nuestros patrones de sueño.