El periodista Carlos Fernando Chamorro considera que “la dictadura en Nicaragua no es sostenible”. En su opinión, el régimen de Daniel Ortega continuará en el poder mediante las elecciones fraudulentas del 7 de noviembre, pero a partir de esa fecha podría empezar su colapso.
¿De qué depende la caída de la dictadura de Ortega y su esposa Rosario Murillo? Según Chamorro de que las naciones no reconozcan al presidente que tomará su tercer periodo de manera irregular y que los diversos sectores del país se unan contra el régimen. Además, de que los medios de comunicación sigan denunciando los atropellos contra la libertad de expresión y la represión contra los opositores.
Chamorro, quien se refugió en Costa Rica después del intento del régimen por capturarlo, visitó Guatemala para hablar de la situación que vive su país. Durante un evento de la Cámara Guatemalteca de Periodismo disertó el tema: “El Crimen a la Libertad de Expresión en Nicaragua”.
La dictadura se sigue perfeccionando en Nicaragua
Chamorro inició su disertación recordando los hechos recientes que llevaron a la cárcel a 37 opositores, siete de ellos con aspiraciones presidenciales. Citó los nombres de algunos como Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, Cristiana Chamorro, Medarno Mairena, Miguel Mora y Noel Vidaurre.
Asimismo, mencionó que las personas que evadieron la captura fue porque salieron al exilio, como en su caso y el de otros como el escritor Sergio Ramírez. Asegura que la dictadura ha dado paso por paso para consolidarse y llegar a las elecciones sin opositores.
Además de la encarcelación de empresarios, líderes estudiantiles y otras personas de diversos sectores, también canceló a dos partidos políticos. Se trata de los que tenían mayor probabilidad de competir contra Ortega: Restauración Democrática y Ciudadanos por la Libertad.
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No empezó en 2018
El reconocido periodista que dirige Confidencial, expuso que la crisis en Nicaragua no inició en abril de 2018 cuando empezaron las protestas. Esas marchas solo prendieron la mecha de un régimen dictatorial que se venía configurando desde 2006.
Empezó con la llegada de nuevo al poder de Ortega quien se reeligió y violó la Constitución. Luego al continuar en el poder modificó la Carta Magna para dejar la reelección sin tiempo definido. Todo ello de común acuerdo con algunos sectores, incluso el empresarial, que vieron posible convivir con la dictadura que se seguía fortaleciendo.
Pero llegaron las protestas de 2018 y al régimen no le importó asesinar a los inconformes con tal de mantener el poder. Luego vinieron intentos y mesas de diálogo que Ortega no cumplió. En la actualidad el régimen tiene el control de todas las instituciones, incluso la institución electoral para garantizar su continuidad.
Hubo un momento de bonanza económica y de aparente tranquilidad y la ciudadanía creyó que esto continuaría. Pero no fue así. Incluso los periodistas llegaron a creer que la libertad de informar era intocable. Para Ortega los periodistas son enemigos y “al enemigo se le aplasta”, dice Chamorro. El régimen eliminó la ley de acceso a la información y la familia Ortega tomó el control de medios de comunicación.
Apoyo vino de Venezuela
Parte de los recursos económicos que impulsaron y mantienen en el poder a Ortega provienen de Venezuela. El régimen recibió US$500 millones mensuales que no incluyó en el presupuesto y sirvieron para sufragar sus proyectos de clientelismo político, subraya el periodista.
Hoy, viendo hacia atrás se puede analizar mejor lo sucedido. Algunos vivieron un “espejismo de estabilidad económica, fue un tiempo de vacas gordas”, pero eso se terminó en 2017 con la caída del precio del petróleo. Entonces el régimen empezó a “apretar” a tener roces con el sector privado, recuerda.
Un año después vinieron las protestas y el “régimen respondió con brutalidad”. Ortega perdió el control de las calles y las personas empezaron a gritar: “Ortega y Somoza son la misma cosa”. “En este estallido la prensa se convierte en el enemigo. Y empezó la censura y ataques a periodistas.” Según Chamorro, en algunos aspectos Ortega es peor que Somoza.
Al sentirse acorralado y con la carga de más de 300 personas asesinadas durante las protestas, buscó apoyo en la Iglesia Católica. Se convocó a diversos sectores, pero todo fue en vano. El régimen no cumplió. Es más, un obispo tuvo que exiliarse.
Cuando ortega se vio sin salida, pidió a los obispos convocar a diálogo y los religiosos no llaman a los políticos, sino a otros sectores. De ese momento se recuerda a Lesther Alemán, el joven que le recriminó a Ortega la represión y le dijo que “esta no es una mesa de diálogo, es una mesa para negociar su salida”. Hoy Alemán también está preso y apenas se puede sostener por falta de alimentos, según Chamorro.
Deberías leer: “Esta no es una mesa de diálogo, es una mesa para negociar su salida”
Pero en medio de la persecución y censura, lejos de debilitar al periodismo independiente, lo fortalecieron. Los periodistas no aceptaron la censura y autocensura y aunque obligaron al cierre de tres medios de comunicación escritos, los comunicadores siguen informando, asegura Chamorro.
En 2019 hubo otro falso llamado al diálogo y el Gobierno, lejos de dar marcha atrás, aprobó cuatro leyes que ahora utiliza para anular a la oposición política y consolidar la dictadura. Las leyes de Agentes Extranjeros, Defensa de la Soberanía y Ley de Ciberdelitos, solo afianzaron al régimen, subraya Chamorro. Son copias de regulaciones que existen en Cuba, Venezuela y Rusia.
Chamorro hizo un llamado a la comunidad internacional para presionar por la liberación de los presos políticos que son sometidos a tortura física y emocional. Que se restituyan las libertades democráticas es otra solicitud que el periodista considera solo se podrá lograr después del 7 de noviembre cuando la comunidad internacional aisle a Ortega.
“El apoyo de Centroamérica y de la prensa regional es importante para evitar la normalización de la violencia”.
Carlos Fernando Chamorro
También hizo un llamado a los organismos financieros internacionales que siguen apoyando a la dictadura. En cuanto al trabajo de los periodistas, opina que “la opción es consolidar medios digitales y seguir haciendo periodismo de calidad. En Confidencial los periodistas tienen la misión de informar, porque somos periodistas, no activistas”.
“Se necesita una sociedad y prensa fuerte y empresarios con cultura democrática”, concluye el periodista nicaragüense.
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El periodista Carlos Fernando Chamorro considera que “la dictadura en Nicaragua no es sostenible”. En su opinión, el régimen de Daniel Ortega continuará en el poder mediante las elecciones fraudulentas del 7 de noviembre, pero a partir de esa fecha podría empezar su colapso.
¿De qué depende la caída de la dictadura de Ortega y su esposa Rosario Murillo? Según Chamorro de que las naciones no reconozcan al presidente que tomará su tercer periodo de manera irregular y que los diversos sectores del país se unan contra el régimen. Además, de que los medios de comunicación sigan denunciando los atropellos contra la libertad de expresión y la represión contra los opositores.
Chamorro, quien se refugió en Costa Rica después del intento del régimen por capturarlo, visitó Guatemala para hablar de la situación que vive su país. Durante un evento de la Cámara Guatemalteca de Periodismo disertó el tema: “El Crimen a la Libertad de Expresión en Nicaragua”.
La dictadura se sigue perfeccionando en Nicaragua
Chamorro inició su disertación recordando los hechos recientes que llevaron a la cárcel a 37 opositores, siete de ellos con aspiraciones presidenciales. Citó los nombres de algunos como Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, Cristiana Chamorro, Medarno Mairena, Miguel Mora y Noel Vidaurre.
Asimismo, mencionó que las personas que evadieron la captura fue porque salieron al exilio, como en su caso y el de otros como el escritor Sergio Ramírez. Asegura que la dictadura ha dado paso por paso para consolidarse y llegar a las elecciones sin opositores.
Además de la encarcelación de empresarios, líderes estudiantiles y otras personas de diversos sectores, también canceló a dos partidos políticos. Se trata de los que tenían mayor probabilidad de competir contra Ortega: Restauración Democrática y Ciudadanos por la Libertad.
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No empezó en 2018
El reconocido periodista que dirige Confidencial, expuso que la crisis en Nicaragua no inició en abril de 2018 cuando empezaron las protestas. Esas marchas solo prendieron la mecha de un régimen dictatorial que se venía configurando desde 2006.
Empezó con la llegada de nuevo al poder de Ortega quien se reeligió y violó la Constitución. Luego al continuar en el poder modificó la Carta Magna para dejar la reelección sin tiempo definido. Todo ello de común acuerdo con algunos sectores, incluso el empresarial, que vieron posible convivir con la dictadura que se seguía fortaleciendo.
Pero llegaron las protestas de 2018 y al régimen no le importó asesinar a los inconformes con tal de mantener el poder. Luego vinieron intentos y mesas de diálogo que Ortega no cumplió. En la actualidad el régimen tiene el control de todas las instituciones, incluso la institución electoral para garantizar su continuidad.
Hubo un momento de bonanza económica y de aparente tranquilidad y la ciudadanía creyó que esto continuaría. Pero no fue así. Incluso los periodistas llegaron a creer que la libertad de informar era intocable. Para Ortega los periodistas son enemigos y “al enemigo se le aplasta”, dice Chamorro. El régimen eliminó la ley de acceso a la información y la familia Ortega tomó el control de medios de comunicación.
Apoyo vino de Venezuela
Parte de los recursos económicos que impulsaron y mantienen en el poder a Ortega provienen de Venezuela. El régimen recibió US$500 millones mensuales que no incluyó en el presupuesto y sirvieron para sufragar sus proyectos de clientelismo político, subraya el periodista.
Hoy, viendo hacia atrás se puede analizar mejor lo sucedido. Algunos vivieron un “espejismo de estabilidad económica, fue un tiempo de vacas gordas”, pero eso se terminó en 2017 con la caída del precio del petróleo. Entonces el régimen empezó a “apretar” a tener roces con el sector privado, recuerda.
Un año después vinieron las protestas y el “régimen respondió con brutalidad”. Ortega perdió el control de las calles y las personas empezaron a gritar: “Ortega y Somoza son la misma cosa”. “En este estallido la prensa se convierte en el enemigo. Y empezó la censura y ataques a periodistas.” Según Chamorro, en algunos aspectos Ortega es peor que Somoza.
Al sentirse acorralado y con la carga de más de 300 personas asesinadas durante las protestas, buscó apoyo en la Iglesia Católica. Se convocó a diversos sectores, pero todo fue en vano. El régimen no cumplió. Es más, un obispo tuvo que exiliarse.
Cuando ortega se vio sin salida, pidió a los obispos convocar a diálogo y los religiosos no llaman a los políticos, sino a otros sectores. De ese momento se recuerda a Lesther Alemán, el joven que le recriminó a Ortega la represión y le dijo que “esta no es una mesa de diálogo, es una mesa para negociar su salida”. Hoy Alemán también está preso y apenas se puede sostener por falta de alimentos, según Chamorro.
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Pero en medio de la persecución y censura, lejos de debilitar al periodismo independiente, lo fortalecieron. Los periodistas no aceptaron la censura y autocensura y aunque obligaron al cierre de tres medios de comunicación escritos, los comunicadores siguen informando, asegura Chamorro.
En 2019 hubo otro falso llamado al diálogo y el Gobierno, lejos de dar marcha atrás, aprobó cuatro leyes que ahora utiliza para anular a la oposición política y consolidar la dictadura. Las leyes de Agentes Extranjeros, Defensa de la Soberanía y Ley de Ciberdelitos, solo afianzaron al régimen, subraya Chamorro. Son copias de regulaciones que existen en Cuba, Venezuela y Rusia.
Chamorro hizo un llamado a la comunidad internacional para presionar por la liberación de los presos políticos que son sometidos a tortura física y emocional. Que se restituyan las libertades democráticas es otra solicitud que el periodista considera solo se podrá lograr después del 7 de noviembre cuando la comunidad internacional aisle a Ortega.
“El apoyo de Centroamérica y de la prensa regional es importante para evitar la normalización de la violencia”.
Carlos Fernando Chamorro
También hizo un llamado a los organismos financieros internacionales que siguen apoyando a la dictadura. En cuanto al trabajo de los periodistas, opina que “la opción es consolidar medios digitales y seguir haciendo periodismo de calidad. En Confidencial los periodistas tienen la misión de informar, porque somos periodistas, no activistas”.
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