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Joviel Acevedo: Dos décadas de abuso y manipulación de la educación

Ana González
07 de octubre, 2021

Durante poco más de dos décadas, Joviel Acevedo ha cobrado un salario como docente, pero la mayor parte de ese tiempo no ha impartido clases; ha sometido a ministros y presidentes, y es el mandamás en un sistema educativo obsoleto e ineficaz.

El presidente Alejandro Giammattei no ha escapado de su poder. El 22 de febrero de este año aparecieron juntos durante la inauguración del ciclo escolar que se realizó en la Escuela Oficial Urbana No. 2, ubicada en el barrio El Calvario, Santa Catalina La Tinta, Alta Verapaz.

El sindicalista dijo en esa ocasión que no era la primera vez que se encontraba con Giammattei, que lo había hecho incluso antes que asumiera la presidencia. Esa imagen fue suficiente para establecer que de nuevo otro mandatario quedaría sujeto a sus exigencias.

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Meses después se confirma esa buena relación al trascender que se renegocia un nuevo Pacto Colectivo, que sin lugar a dudas significará aumento salarial para los docentes y sin mayor avance para la educación de Guatemala.

Acevedo ha sabido jugar bien sus cartas. Ha logrado que todos los gobiernos lo miren como aliado, pues ha mostrado su habilidad para movilizar a miles de maestros en momentos de crisis para los gobernantes.

Sus inicios

El sindicalista nació en la aldea Guijó de Usumatlán, Zacapa, el 11 de abril en 1966. Sus amigos de juventud reconocen que desde la década de los ochenta ya mostraba habilidades de dirigente y “fogosidad” para hablar frente a las grupos. De hecho, asegura que fue parte de la guerrilla y que se encargó de formación política en esos grupos.

En esos años empezó a formarse como dirigente sindical hasta llegar a ser el rostro visible del magisterio.

En Morales, Izabal, está la Escuela Nacional Mixta 20 de Octubre, donde impartía clases.

Su trabajo como docente duró poco. Tenía claro que su único interés era el sindicato, pero no quería perder sus ingresos como maestro. Se le ocurrió subcontratar a alguien que se encargara de sus alumnos. Nadie dijo nada hasta que María del Carmen Aceña asumió como ministra de Educación, durante el gobierno de Oscar Berger.

A punto de perder el poder, pero la UNE lo rescató

En el 2007 la carrera sindical de Acevedo estuvo a punto de terminar. La entonces ministra de Educación, María del Carmen Aceña lo despidió por no presentarse a su labores en la escuela 20 de Octubre de Morales, Izabal, donde estaba asignado.

El proceso llevó su tiempo hasta que llegó a los tribunales donde dieron luz verde a su destitución. Sin embargo, el gobierno de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) lo cambió todo.

El proceso que había agotado Aceña, Alvaro Colom lo tiró por la borda. Volvió a reinstalarlo. La decisión no sorprende al conocer que el abogado del sindicato era Enrique Torres, hermano de la entonces Primera Dama, Sandra Torres y quien falleció en el 2012.

Colom no solo salvó a Acevedo, también renegoció un nuevo pacto colectivo.

Aunque su salario como docente de la Escuela Nacional Mixta 20 de Octubre, ubicada en Izabal, no le alcanzaría para conducir un Hilux, su cargo como Secretario del Sindicato sí le permite ese lujo. El dato se dio a conocer en el 2018 cuando protagonizó un percance vial.

La remodelación de la Casa del Maestro

La llegada de Otto Pérez Molina no supuso ningún cambio para el sindicalista, quien desde el inicio se mostró a favor del gobierno. Una declaración de Juan Carlos Monzón en el 2016 hizo ver que el gobierno pidió apoyo a Acevedo para evitar manifestaciones a cambio de la remodelación de la Casa del Maestro.

Pese a las declaraciones, el caso no pasó a más.

Con la llegada de Jimmy Morales la cuota de poder de Acevedo volvió a afianzarse. Logró una nueva negociación que impactó en Q961 millones las finanzas del Estado.

El pulso contra Bernardo Caal

Bernardo Caal y Acevedo tienen dos cosas en común: Ambos se graduaron de maestros de Educación Primera Urbana y no les gusta dar clases. Al primero ese factor fue suficiente para destituirlo, mientras que Acevedo sigue ostentando el poder.

Pese a que ambos abanderaban la lucha sindical y la ideología de izquierda, no simpatizan, así lo mostraron más de una vez en las redes sociales. Un día fueron amigos y “compañeros de lucha” en el sindicato, pero supuestamente la ambición los separó cuando Acevedo y otros sindicalistas, expulsaron a Caal de esa organización. Caal intentó sin éxito arrebatarle el poder, por lo que se concentró en ganar espacio en otro tipo de activismo, que hoy en día lo tienen tras las rejas.

Pese a las múltiples críticas y acusaciones contra Acevedo su figura parece no atenuarse, pues los funcionarios prefieren ceder a sus peticiones antes que enfrentar a uno de los sindicatos más grande de Guatemala.

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Joviel Acevedo: Dos décadas de abuso y manipulación de la educación

Ana González
07 de octubre, 2021

Durante poco más de dos décadas, Joviel Acevedo ha cobrado un salario como docente, pero la mayor parte de ese tiempo no ha impartido clases; ha sometido a ministros y presidentes, y es el mandamás en un sistema educativo obsoleto e ineficaz.

El presidente Alejandro Giammattei no ha escapado de su poder. El 22 de febrero de este año aparecieron juntos durante la inauguración del ciclo escolar que se realizó en la Escuela Oficial Urbana No. 2, ubicada en el barrio El Calvario, Santa Catalina La Tinta, Alta Verapaz.

El sindicalista dijo en esa ocasión que no era la primera vez que se encontraba con Giammattei, que lo había hecho incluso antes que asumiera la presidencia. Esa imagen fue suficiente para establecer que de nuevo otro mandatario quedaría sujeto a sus exigencias.

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Sus inicios

El sindicalista nació en la aldea Guijó de Usumatlán, Zacapa, el 11 de abril en 1966. Sus amigos de juventud reconocen que desde la década de los ochenta ya mostraba habilidades de dirigente y “fogosidad” para hablar frente a las grupos. De hecho, asegura que fue parte de la guerrilla y que se encargó de formación política en esos grupos.

En esos años empezó a formarse como dirigente sindical hasta llegar a ser el rostro visible del magisterio.

En Morales, Izabal, está la Escuela Nacional Mixta 20 de Octubre, donde impartía clases.

Su trabajo como docente duró poco. Tenía claro que su único interés era el sindicato, pero no quería perder sus ingresos como maestro. Se le ocurrió subcontratar a alguien que se encargara de sus alumnos. Nadie dijo nada hasta que María del Carmen Aceña asumió como ministra de Educación, durante el gobierno de Oscar Berger.

A punto de perder el poder, pero la UNE lo rescató

En el 2007 la carrera sindical de Acevedo estuvo a punto de terminar. La entonces ministra de Educación, María del Carmen Aceña lo despidió por no presentarse a su labores en la escuela 20 de Octubre de Morales, Izabal, donde estaba asignado.

El proceso llevó su tiempo hasta que llegó a los tribunales donde dieron luz verde a su destitución. Sin embargo, el gobierno de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) lo cambió todo.

El proceso que había agotado Aceña, Alvaro Colom lo tiró por la borda. Volvió a reinstalarlo. La decisión no sorprende al conocer que el abogado del sindicato era Enrique Torres, hermano de la entonces Primera Dama, Sandra Torres y quien falleció en el 2012.

Colom no solo salvó a Acevedo, también renegoció un nuevo pacto colectivo.

Aunque su salario como docente de la Escuela Nacional Mixta 20 de Octubre, ubicada en Izabal, no le alcanzaría para conducir un Hilux, su cargo como Secretario del Sindicato sí le permite ese lujo. El dato se dio a conocer en el 2018 cuando protagonizó un percance vial.

La remodelación de la Casa del Maestro

La llegada de Otto Pérez Molina no supuso ningún cambio para el sindicalista, quien desde el inicio se mostró a favor del gobierno. Una declaración de Juan Carlos Monzón en el 2016 hizo ver que el gobierno pidió apoyo a Acevedo para evitar manifestaciones a cambio de la remodelación de la Casa del Maestro.

Pese a las declaraciones, el caso no pasó a más.

Con la llegada de Jimmy Morales la cuota de poder de Acevedo volvió a afianzarse. Logró una nueva negociación que impactó en Q961 millones las finanzas del Estado.

El pulso contra Bernardo Caal

Bernardo Caal y Acevedo tienen dos cosas en común: Ambos se graduaron de maestros de Educación Primera Urbana y no les gusta dar clases. Al primero ese factor fue suficiente para destituirlo, mientras que Acevedo sigue ostentando el poder.

Pese a que ambos abanderaban la lucha sindical y la ideología de izquierda, no simpatizan, así lo mostraron más de una vez en las redes sociales. Un día fueron amigos y “compañeros de lucha” en el sindicato, pero supuestamente la ambición los separó cuando Acevedo y otros sindicalistas, expulsaron a Caal de esa organización. Caal intentó sin éxito arrebatarle el poder, por lo que se concentró en ganar espacio en otro tipo de activismo, que hoy en día lo tienen tras las rejas.

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