Influencia económica y política de China en Latinoamérica preocupa a congresistas de EE. UU.
La presencia de China en Latinoamérica es notable. Desde Argentina hasta El Salvador, el gigante asiático pasó de los coqueteos a acercamientos cada vez más estrechos con los gobiernos no solo identificados como de izquierda. Las naciones se interesan en nuevas rutas para sus exportaciones y también en apoyos a proyectos específicos, como sucedió en Costa Rica y se habla en El Salvador.
China camina lento, pero con paso firme y su influencia ha puesto a pensar a varios congresistas que mostraron su preocupación a Katherine Tai, la representante de Comercio de Estados Unidos. Los congresistas hacen ver que mientras EE. UU. sigue siendo el principal socio comercial para Centroamérica, los asiáticos buscan fortalecer ese lazo con Latinoamérica.
En la misiva los políticos detallan algunos ejemplos de cómo los chinos estrechan lazos comerciales con países como Uruguay y Ecuador. La excepción es Colombia, pero es probable que también busquen abrir nuevas rutas para la producción nacional.
Política y los intereses de China
“Estados Unidos debería preocuparse seriamente por la influencia y el apalancamiento que esto les proporciona. Las empresas de alto riesgo respaldadas por el Partido Comunista de China (PCC ) están trabajando para dominar la 5G”. Esto indican los congresistas que ven cómo China se adentra con interés en sectores cruciales para los países.
Lo anterior preocupa a los congresistas, pues más allá de la balanza de intercambio, el incremento en relaciones comerciales, temen una mayor influencia política.
Terminan los congresistas puntualizando que Latinoamérica y El Caribe no debe ser considerada simplemente una desapercibida sombra de los Estados Unidos, sino que debe ser una región próspera. Estados Unidos no debe abandonar a sus amigos de la región, pues de lo contrario, luego de la pandemia, estos países podrán ver hacia otro lado para sus relaciones comerciales y políticas y dejarán atrás a los Estados Unidos.
““La prosperidad económica y la consolidación de las relaciones comerciales se están convirtiendo poco a poco en una cuestión de seguridad nacional. Comprendemos las preocupaciones relativas a los derechos humanos, el estado de derecho, los problemas laborales y medioambientales en nuestros países vecinos, pero China no es ajena a estas mismas preocupaciones, y sin embargo, las abordamos mientras investigamos, comerciamos y nos acercamos a las oportunidades de trabajo con naciones del hemisferio occidental de ideas afines.
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