Los cubanos se preparan para salir a las calles este 15 de noviembre, el mismo día en que la isla abrirá sus puertas al turismo. Las autoridades denegaron el permiso para manifestar, sin embargo, los opositores marcharán para exigir mejores condiciones de vida y la libertad de los presos políticos.
Se espera que la afluencia supere la manifestación del 11 de julio donde miles de cubanos llamaron la atención del mundo. La ola de indignación que se organizó a través de las redes sociales fue tendencia por varios días.
Miles de jóvenes y menores de edad fueron detenidos. La señal de internet falló, para algunos se trató de una estrategia del régimen para evitar que el mundo conozca la indignación que reina en el país.
Por eso no sorprende que el gobierno haya denegado el permiso de manifestar. Quieren evitar que la situación se salga de control. El presidente Díaz-Canel fue enfático en decir ante los parlamentarios que “nadie va a aguarnos la fiesta”, según medios locales.
Sigue la convocatoria
los organizadores de las marchas siguen extendiendo la convocatoria en las redes sociales, una de sus principales herramientas. “Nuestro objetivo es marchar contra la violencia y la liberación de los presos. ¡No queremos más presos!”, declaró Yunior García Aguilera, uno de los principales promotores de las marchas a la agencia EFE.
La expectativa de las nuevas manifestaciones es alta para ambas partes. La oposición espera mostrar el malestar que persiste en la isla, mientras que el gobierno espera recalcar que las protestas son producto de una operación orquestada desde el extranjero para desestabilizar el país.
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Se espera que la afluencia supere la manifestación del 11 de julio donde miles de cubanos llamaron la atención del mundo. La ola de indignación que se organizó a través de las redes sociales fue tendencia por varios días.
Miles de jóvenes y menores de edad fueron detenidos. La señal de internet falló, para algunos se trató de una estrategia del régimen para evitar que el mundo conozca la indignación que reina en el país.
Por eso no sorprende que el gobierno haya denegado el permiso de manifestar. Quieren evitar que la situación se salga de control. El presidente Díaz-Canel fue enfático en decir ante los parlamentarios que “nadie va a aguarnos la fiesta”, según medios locales.
Sigue la convocatoria
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