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Las mujeres que combatirán la desnutrición crónica en San Cristóbal Totonicapán

Braulio Palacios
24 de agosto, 2019

“Nosotros no venimos de otro lugar, somos de aquí”, fueron las palabras con las que inició su discurso Juan José Gutiérrez Mayorga, copresidente de Corporación Multi Inversiones (CMI), en el acto de culminación de la segunda fase del programa Nutrición y Emprendimiento Comunitario, en San Cristóbal Totonicapán, Totonicapán.

El Programa duró 24 meses (2017 a 2019) y fue impulsado por la Fundación Juan Bautista Gutiérrez (FJBG), brazo social de Corporación Multi Inversiones (CMI), con el objetivo de incidir de manera positiva en los índices de desnutrición crónica y propiciar ingresos a mujeres por medio de emprendimientos comunitarios.

San Cristóbal Totonicapán tiene un particular lazo con la familia Gutiérrez que lo unes desde inicios del siglo XX, ya que fue en ese lugar, en una pequeña tienda, que tuvo su origen la historia de la compañía (1920) y en la Iglesia Católica, ubicada en el parque central, fue bautizada Isabel Gutiérrez de Bosch (+), presidenta de la Fundación que lleva el nombre de su padre, Juan Bautista Gutiérrez.

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Fue frente a esa mismo templo, que la Fundación reunió a más 500 mujeres, de diferentes comunidades de San Cristóbal Totonicapán, para recibir un diploma, como aval de que concluyeron su formación en uno de los tres ejes en los cuales se orienta el Programa: Prácticas para mejorar la alimentación, Acceso a alimentos nutritivos y Autosostenbilidad económica de la mujer.

“Este día es un momento especial y emotivo para todos nosotros (familia y empresa)”, comentó Gutiérrez Mayorga al indicar la desnutrición crónica es uno de los retos que se deben superar como país, aunque es un flagelo no es aparece entre los 10 problemas que más aqueja a los guatemaltecos.

La desnutrición crónica veda la oportunidad a muchas personas de un mejor futuro y al país de un mejor desarrollo, por lo que CMI, a través de la Fundación, tienen el reto de que esa preocupación, sea considere en ese listado de 10 problemas priorizados para resolver en Guatemala.

“Vamos a dejar de hablar de desnutrición crónica. Ya no vamos a dejar de hablar, por lo menos en San Cristóbal Totonicapán, de desnutrición crónica. Vamos a hablar de nutrición y empoderamiento comunitario”, señaló el empresario al indicar que ese es el reto al que se dedicará el brazo social de CMI.

Desarrollo

El anhelo de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez empieza a materializarse. Los segundos resultados del Programa señalan que unas 800 mujeres se han vuelto agentes de cambio que contribuirán al desarrollo de San Cristóbal Totonicapán, Totonicapán, departamento que cuenta con un 70% de desnutrición crónica en niños y niñas menores de cinco años.

La Fundación señala que el primer eje del programa, se orientó a la formación en temas de Seguridad Alimentaria y Nutricional, logrando incidir en la desnutrición crónica en niños de 0 a 12 mees en un 46%.

“La batalla contra la desnutrición crónica la vamos a combatir con un ejército de más de 500 mujeres que fueron capacitadas por 24 meses. Ahora son profesionales para combatir la desnutrición crónica, cambiar la economía y la calidad de vida de los habitantes de San Cristóbal Totonicapán“, comentó Gutiérrez Mayorga.

El segundo eje brinda acceso a alimentos nutritivos a las comunidades (se entregaron más de 80 mil libras de harina fortificada) y se implementó el concepto de Mer-K-dito Express; cuatro Casas del Pollo; 23 Rincones del Pollo, y se dio acceso a más de 157 mil libras de productos cárnicos, que generan más de Q215 mil en utilidad para 30 nuevas emprendedoras.

“Doña Isabelita” -como se le conoce a Isabel Gutiérrez de Bosch- señaló que tener a Totonicapán como un ejemplo en la lucha contra la desnutrición crónica infantil ya es una realidad. “Ya está pasando. Los niños que tienen menos de cuatro años, no son desnutridos. Desde pequeños empezaron a tomar el atol fortificado“, explicó.

Futuro: 2020

En Totonicapán, se han identificado oportunidades para formar a la mujer y acercar un alimento nutritivo y brindar una oportunidad para que generen un ingreso que ermita mejorar la alimentación de sus hijos, familias y desarrollar comunidades autosostenibles. 

Cristina Díaz, directora ejecutiva de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez, indica que ve la viabilidad de que Totonicapán se vuelva el epicentro de la lucha contra la desnutrición crónica del país, ya que es un buen punto de inicio: Es uno de los siete departamentos priorizados para combatir el flagelo.

“Esa es la idea que estamos apuntalando y es por eso que concentramos nuestros esfuerzos en Totonicapán, que cuenta el 70% de desnutrición crónica. Se pueden unir esfuerzos y volver Totonicapán un modelo de país. Hemos visto como un modelo fundamentado científicamente puede generar un cambio real. Aquí ya se quedan comunidades autosostenibles”, comenta Díaz.

El reto no termina para la FJFG aún cuando se han concluido con éxito las primeras dos fases del Programa. El objetivo continúa en enero de 2020 se espera expandir para beneficiar a más comunidades de Totonicapán e integrar comunidades de Quetzaltenango.

La primera fase del programa se desarrolló entre 2014 y 2016, en el Barrio La Independencia, Chuicotom, Caxliquel y Paxcacnil, comunidades del municipio de San Cristóbal, Totonicapán y se beneficiaron a 174 mujeres y 106 niños.

La segunda fase inició en 2017 y concluyó a mediados de 2019. El programa se expandió a las comunidades Xemulumik, Pasajquim, Pasac, La Avanzada, Chiparta, San Ramón, Pabella, Chilaracena y Pacanac. El número de mujeres participantes aumentó a 402 mujeres y 202 niños.

“Como dijo Juan José (Gutiérrez), tenemos un batallón de más de 500 mujeres que conocen el modelo y que también pueden ser mentoras de otras mujeres. Aquí, en San Cristóbal, hemos sembrado generacional, importante para el país”, concluye la directora ejecutiva de la Fundación.

La tercera fase del programa Nutrición y Emprendimiento Comunitario será igual de duración (24 meses) y se espera que continué incidiendo en ese 70% de desnutrición crónica. Al finalizar, se espera sumar otras 800 mujeres capacitadas y al final, Cristóbal Totonicapán tenga unas 1 mil 600 mujeres empoderadas y generando desarrollo comunitario.

Carmen Cuc López, monitora de la Fundación, indica que tenían desnutrición crónica en su comunidad, pero gracias al Programa y a las mujeres que aceptaron organizarse y capacitarse en nuevas prácticas, se evitó que más niños y familias se enfermaran.

“Aprendimos que a los niños se les debe dar durante los primeros seis meses de vida lactancia materna y después de esa etapa complementar con papilla, puré y trocitos. El atol ayudó en la nutrición de los niños y en la economía de los papás“, dijo mientras agradece a la Fundación por atender a las comunidades en su natal San Ramón y en San Cristóbal Totonicapán.

“Yo nací aquí. Llevo en mi corazón a San Cristóbal Totonicapán. Me siento muy orgullosa de esta gente que busca salir adelante”, resalta “doña Isabelita”, quien fervientemente cree en la frase que se ha sido su carta de presentación mientras impulsa la educación y apoya programas de nutrición para niños de primera edad: “Si impactamos en las comunidades, podemos cambiar el país”.

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El Programa duró 24 meses (2017 a 2019) y fue impulsado por la Fundación Juan Bautista Gutiérrez (FJBG), brazo social de Corporación Multi Inversiones (CMI), con el objetivo de incidir de manera positiva en los índices de desnutrición crónica y propiciar ingresos a mujeres por medio de emprendimientos comunitarios.

San Cristóbal Totonicapán tiene un particular lazo con la familia Gutiérrez que lo unes desde inicios del siglo XX, ya que fue en ese lugar, en una pequeña tienda, que tuvo su origen la historia de la compañía (1920) y en la Iglesia Católica, ubicada en el parque central, fue bautizada Isabel Gutiérrez de Bosch (+), presidenta de la Fundación que lleva el nombre de su padre, Juan Bautista Gutiérrez.

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Fue frente a esa mismo templo, que la Fundación reunió a más 500 mujeres, de diferentes comunidades de San Cristóbal Totonicapán, para recibir un diploma, como aval de que concluyeron su formación en uno de los tres ejes en los cuales se orienta el Programa: Prácticas para mejorar la alimentación, Acceso a alimentos nutritivos y Autosostenbilidad económica de la mujer.

“Este día es un momento especial y emotivo para todos nosotros (familia y empresa)”, comentó Gutiérrez Mayorga al indicar la desnutrición crónica es uno de los retos que se deben superar como país, aunque es un flagelo no es aparece entre los 10 problemas que más aqueja a los guatemaltecos.

La desnutrición crónica veda la oportunidad a muchas personas de un mejor futuro y al país de un mejor desarrollo, por lo que CMI, a través de la Fundación, tienen el reto de que esa preocupación, sea considere en ese listado de 10 problemas priorizados para resolver en Guatemala.

“Vamos a dejar de hablar de desnutrición crónica. Ya no vamos a dejar de hablar, por lo menos en San Cristóbal Totonicapán, de desnutrición crónica. Vamos a hablar de nutrición y empoderamiento comunitario”, señaló el empresario al indicar que ese es el reto al que se dedicará el brazo social de CMI.

Desarrollo

El anhelo de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez empieza a materializarse. Los segundos resultados del Programa señalan que unas 800 mujeres se han vuelto agentes de cambio que contribuirán al desarrollo de San Cristóbal Totonicapán, Totonicapán, departamento que cuenta con un 70% de desnutrición crónica en niños y niñas menores de cinco años.

La Fundación señala que el primer eje del programa, se orientó a la formación en temas de Seguridad Alimentaria y Nutricional, logrando incidir en la desnutrición crónica en niños de 0 a 12 mees en un 46%.

“La batalla contra la desnutrición crónica la vamos a combatir con un ejército de más de 500 mujeres que fueron capacitadas por 24 meses. Ahora son profesionales para combatir la desnutrición crónica, cambiar la economía y la calidad de vida de los habitantes de San Cristóbal Totonicapán“, comentó Gutiérrez Mayorga.

El segundo eje brinda acceso a alimentos nutritivos a las comunidades (se entregaron más de 80 mil libras de harina fortificada) y se implementó el concepto de Mer-K-dito Express; cuatro Casas del Pollo; 23 Rincones del Pollo, y se dio acceso a más de 157 mil libras de productos cárnicos, que generan más de Q215 mil en utilidad para 30 nuevas emprendedoras.

“Doña Isabelita” -como se le conoce a Isabel Gutiérrez de Bosch- señaló que tener a Totonicapán como un ejemplo en la lucha contra la desnutrición crónica infantil ya es una realidad. “Ya está pasando. Los niños que tienen menos de cuatro años, no son desnutridos. Desde pequeños empezaron a tomar el atol fortificado“, explicó.

Futuro: 2020

En Totonicapán, se han identificado oportunidades para formar a la mujer y acercar un alimento nutritivo y brindar una oportunidad para que generen un ingreso que ermita mejorar la alimentación de sus hijos, familias y desarrollar comunidades autosostenibles. 

Cristina Díaz, directora ejecutiva de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez, indica que ve la viabilidad de que Totonicapán se vuelva el epicentro de la lucha contra la desnutrición crónica del país, ya que es un buen punto de inicio: Es uno de los siete departamentos priorizados para combatir el flagelo.

“Esa es la idea que estamos apuntalando y es por eso que concentramos nuestros esfuerzos en Totonicapán, que cuenta el 70% de desnutrición crónica. Se pueden unir esfuerzos y volver Totonicapán un modelo de país. Hemos visto como un modelo fundamentado científicamente puede generar un cambio real. Aquí ya se quedan comunidades autosostenibles”, comenta Díaz.

El reto no termina para la FJFG aún cuando se han concluido con éxito las primeras dos fases del Programa. El objetivo continúa en enero de 2020 se espera expandir para beneficiar a más comunidades de Totonicapán e integrar comunidades de Quetzaltenango.

La primera fase del programa se desarrolló entre 2014 y 2016, en el Barrio La Independencia, Chuicotom, Caxliquel y Paxcacnil, comunidades del municipio de San Cristóbal, Totonicapán y se beneficiaron a 174 mujeres y 106 niños.

La segunda fase inició en 2017 y concluyó a mediados de 2019. El programa se expandió a las comunidades Xemulumik, Pasajquim, Pasac, La Avanzada, Chiparta, San Ramón, Pabella, Chilaracena y Pacanac. El número de mujeres participantes aumentó a 402 mujeres y 202 niños.

“Como dijo Juan José (Gutiérrez), tenemos un batallón de más de 500 mujeres que conocen el modelo y que también pueden ser mentoras de otras mujeres. Aquí, en San Cristóbal, hemos sembrado generacional, importante para el país”, concluye la directora ejecutiva de la Fundación.

La tercera fase del programa Nutrición y Emprendimiento Comunitario será igual de duración (24 meses) y se espera que continué incidiendo en ese 70% de desnutrición crónica. Al finalizar, se espera sumar otras 800 mujeres capacitadas y al final, Cristóbal Totonicapán tenga unas 1 mil 600 mujeres empoderadas y generando desarrollo comunitario.

Carmen Cuc López, monitora de la Fundación, indica que tenían desnutrición crónica en su comunidad, pero gracias al Programa y a las mujeres que aceptaron organizarse y capacitarse en nuevas prácticas, se evitó que más niños y familias se enfermaran.

“Aprendimos que a los niños se les debe dar durante los primeros seis meses de vida lactancia materna y después de esa etapa complementar con papilla, puré y trocitos. El atol ayudó en la nutrición de los niños y en la economía de los papás“, dijo mientras agradece a la Fundación por atender a las comunidades en su natal San Ramón y en San Cristóbal Totonicapán.

“Yo nací aquí. Llevo en mi corazón a San Cristóbal Totonicapán. Me siento muy orgullosa de esta gente que busca salir adelante”, resalta “doña Isabelita”, quien fervientemente cree en la frase que se ha sido su carta de presentación mientras impulsa la educación y apoya programas de nutrición para niños de primera edad: “Si impactamos en las comunidades, podemos cambiar el país”.

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