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Chile parece irse a la extrema izquierda

El domingo 19 se llevará a cabo la segunda vuelta de las elecciones en Chile entre el izquierdista Gabriel Boric y el conservador José Antonio Kast.  El primero es candidato de un frente que incluye al partido comunista y el segundo es candidato del Partido Republicano.

Alejandro Palmieri
17 de diciembre, 2021

Como suele pasar en la enorme mayoría de los medios alrededor del mundo, a Kast se le llama “ultraderechista” o que es de “extrema derecha” por ser conservador, pero al candidato del partido comunista (obviamente de extrema izquierda) se le dice solamente que es de izquierda.  La izquierda a nivel global ha logrado que su extremismo sea invisibilizado, mientras que ha conseguido que el extremismo de derecha sea sobredimensionado, en el sentido que casi a cualquier posición conservadora se le llama extrema.  Es de reconocerle a esa izquierda global, que está bien representada en el Foro de São Paulo, su largo y exitoso trabajo en lograr ambas cosas.

Indistintamente de ello, los chilenos elegirán entre dos posiciones opuestas. Un fenómeno que se ha ido viendo no solo en Latinoamérica, sino que ha ido creciendo alrededor del mundo en los últimos tiempos.  

La erosión de la democracia liberal y de los valores republicanos es patente y ello sólo anima a políticos autoritarios y dictadorzuelos.  Las políticas intervencionistas de los Estados Unidos no ayudan tampoco.

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Boric, apoyado por el partido comunista, ha moderado el discurso entre la primera y segunda vuelta para atraer a más votantes; y lo ha conseguido, ya que aventaja a Kast en todas las encuestas.  

Moderar el discurso es, en otras palabras, decir lo que los votantes que no votaron por él en primera vuelta quieren oír; es mentirles, pues y ellos y ellas se tragan el cuento.  Dejaré a los economistas explicar por enésima vez por qué las políticas económicas que propone Boric serán más pronto que tarde desastrosas, pero basta decir que invariablemente han fracasado en otras latitudes, sin tomar en cuenta otros factores.  

Es indudable que los chilenos tuvieron un desencanto que les llevó a votar mayoritariamente por políticos de izquierda y por novatos para conformar la constituyente. Ahora, esta gente debe redactar una nueva constitución que, sin duda, contará con normas que ampliarán el estado benefactor y los controles en la economía que desde la mitad de los años 70 había sido liberalizada y cuyos efectos positivos llevaron a Chile a ser un país con indicadores de primer mundo.

Como en el mejor escenario socialista, la decisión que pintan para esta elección es un choque entre ricos y pobres, cuando en realidad se trata de una propuesta de cambio radical y otra de cambios graduales o, en algunos aspectos, sin cambio alguno, pero con la promesa de estabilidad.

Los números dan cuenta de que Boric ganará la elección y eso llevará a Chile en el camino de otros países de América del Sur que se han decantado por el socialismo; los resultados son claros y están a la vista de todos.  Suerte a los chilenos y que encuentren sabiduría para escoger la mejor opción para su futuro, por la razón o la fuerza.

Chile parece irse a la extrema izquierda

El domingo 19 se llevará a cabo la segunda vuelta de las elecciones en Chile entre el izquierdista Gabriel Boric y el conservador José Antonio Kast.  El primero es candidato de un frente que incluye al partido comunista y el segundo es candidato del Partido Republicano.

Alejandro Palmieri
17 de diciembre, 2021

Como suele pasar en la enorme mayoría de los medios alrededor del mundo, a Kast se le llama “ultraderechista” o que es de “extrema derecha” por ser conservador, pero al candidato del partido comunista (obviamente de extrema izquierda) se le dice solamente que es de izquierda.  La izquierda a nivel global ha logrado que su extremismo sea invisibilizado, mientras que ha conseguido que el extremismo de derecha sea sobredimensionado, en el sentido que casi a cualquier posición conservadora se le llama extrema.  Es de reconocerle a esa izquierda global, que está bien representada en el Foro de São Paulo, su largo y exitoso trabajo en lograr ambas cosas.

Indistintamente de ello, los chilenos elegirán entre dos posiciones opuestas. Un fenómeno que se ha ido viendo no solo en Latinoamérica, sino que ha ido creciendo alrededor del mundo en los últimos tiempos.  

La erosión de la democracia liberal y de los valores republicanos es patente y ello sólo anima a políticos autoritarios y dictadorzuelos.  Las políticas intervencionistas de los Estados Unidos no ayudan tampoco.

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Boric, apoyado por el partido comunista, ha moderado el discurso entre la primera y segunda vuelta para atraer a más votantes; y lo ha conseguido, ya que aventaja a Kast en todas las encuestas.  

Moderar el discurso es, en otras palabras, decir lo que los votantes que no votaron por él en primera vuelta quieren oír; es mentirles, pues y ellos y ellas se tragan el cuento.  Dejaré a los economistas explicar por enésima vez por qué las políticas económicas que propone Boric serán más pronto que tarde desastrosas, pero basta decir que invariablemente han fracasado en otras latitudes, sin tomar en cuenta otros factores.  

Es indudable que los chilenos tuvieron un desencanto que les llevó a votar mayoritariamente por políticos de izquierda y por novatos para conformar la constituyente. Ahora, esta gente debe redactar una nueva constitución que, sin duda, contará con normas que ampliarán el estado benefactor y los controles en la economía que desde la mitad de los años 70 había sido liberalizada y cuyos efectos positivos llevaron a Chile a ser un país con indicadores de primer mundo.

Como en el mejor escenario socialista, la decisión que pintan para esta elección es un choque entre ricos y pobres, cuando en realidad se trata de una propuesta de cambio radical y otra de cambios graduales o, en algunos aspectos, sin cambio alguno, pero con la promesa de estabilidad.

Los números dan cuenta de que Boric ganará la elección y eso llevará a Chile en el camino de otros países de América del Sur que se han decantado por el socialismo; los resultados son claros y están a la vista de todos.  Suerte a los chilenos y que encuentren sabiduría para escoger la mejor opción para su futuro, por la razón o la fuerza.