Luego de que se llevara a cabo la tercera ronda de votación en la Comisión de Postulación para Fiscal General en la que Consuelo Porras, la candidata con el mejor punteo de todos (90 puntos) de nuevo no obtuviera los 10 votos requeridos, llama la atención que todos los comisionados (sin excepción) manifestaron, a viva voz, que la Fiscal General Porras cumple con los requisitos constitucionales de honradez, capacidad e idoneidad, así como de reconocida honorabilidad.

Uno de los decanos que se manifestó a favor de los méritos de Porras, reconoció su excelente puntuación, así como los méritos de honradez, capacidad e idoneidad, así como de reconocida honorabilidad, es el de la Universidad Francisco Marroquín. Esa casa de estudios se ha caracterizado por privilegiar la excelencia académica y los derechos individuales, por lo que resulta extraño que su decano, el doctor Milton Argueta, habiendo reconocido la excelencia académica de la Fiscal General Porras materializada en la nota más alta obtenida, y luego de haber manifestado de viva voz que SÍ cumple con los requisitos constitucionales, no otorgue su voto a la candidata.

Es un secreto a voces que muchas universidades se formaron (y crearon la facultad de Derecho) para incidir en procesos de selección como el de Fiscal General, pero lo mismo no puede decirse de la UFM, universidad fundada por bien recordado Manuel Ayau Cordón, férreo defensor de la libertad, pues tal casa de estudios tuvo, desde su fundación, la aspiración a defender, al costo que fuese, la libertad, los derechos individuales, el debido proceso, el Estado de Derecho y los valores republicanos.

Al manifestar el doctor Argueta que la Fiscal General, a su criterio, cumplía los requisitos constitucionales, más no darle su voto aduciendo que prefiere darlo a otros candidatos con menor punteo, parece abandonar ese ideal de excelencia académica y de defensa de la libertad; mucho se ha especulado que las tachas presentadas contra Porras tuvieron un peso importante, pero como el propio doctor Argueta, manifestó, a su criterio fueron desvanecidos los señalamientos en su contra. Sin embargo, con su voto no dice lo mismo.

Las presiones a las que están sujetos los comisionados son desconocidas, pero por el resultado de las votaciones resultan evidentes.

El doctor Argueta flaco favor le hace a la Universidad Francisco Marroquín al no ser congruente entre el discurso y sus acciones, diciendo una cosa, mas votando de manera distinta. Si está siendo sujeto de presiones, nacionales o extranjeras, tiene el deber de así manifestarlo y, de lo contrario, ser congruente con lo que a viva voz manifestó y votar por incluir a la Fiscal General en la lista que se remitirá al presidente de la República. Cualquier cosa distinta sería incompatible con los ideales de la UFM.