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Las encuestas en Guatemala ¿cuentan el final de la película, o son solo una imagen?

Es muy difícil hacer predicciones, especialmente del futuro

Ilustración: Gabriel López
Alejandro Palmieri
03 de mayo, 2023

La política es el arte de lo posible, es una máxima que se ha usado desde tiempos inmemoriales para -intentar- describir lo inverosímil que pueden resultar algunos eventos y acciones en la política.  Si su autor fue Aristóteles, Bismark o Churchill no se sabe a ciencia cierta, pero de que la política requiere “arte” entendiéndole como capacidad o habilidad, seguro.  

Pero la política también es ciencia que, si bien es ciencia social y no una ciencia exacta, obedece también a reglas y principios establecidos. ¿Mutables? Por supuesto, pero mutan desde algo existente, no de la nada.

La encuesta presidencial de Prensa Libre

La anterior reflexión nace de la publicación de una encuesta en Prensa Libre, realizada por ProDatos, la encuestadora que ese medio ha contratado en ya dos elecciones anteriores.  En aquellas encuestas, falló en quienes pasarían a segunda vuelta (2015) pero acertó (en la segunda entrega) en los dos candidatos que fueron al balotaje en 2019.  Vale decir que en 2019 se equivocó en la ponderación del resto de candidatos.  Las encuestas son una instantánea del momento, nada más.

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Según la encuesta de ProDatos, Carlos Pineda, un outsider de la política aparece en primer lugar con 23.1% de los “votos” válidos, seguido por Sandra Torres con 19.5%, Edmond Mulet con 10.1% y Zury Ríos con 9.2%.  Salvo una encuesta publicada unos días atrás por Nuestro Diario, en donde también salía puntero Pineda, todas las demás mediciones que han circulado dan cuenta de otros resultados.  Hasta antes de la publicación de los resultados de la encuesta de Nuestro Diario, ya no digamos después de la de Prensa Libre, Pineda decía que “toda encuesta es manipulada”.  Ahora opina distinto, claro.

Pineda se ha beneficiado de la enorme insatisfacción que hay en el electorado respecto a los candidatos “tradicionales” de elecciones anteriores y de esta, que no han logrado transmitir masivamente sus mensajes, ya no digamos generar confianza a los niveles que se requiere para liderar la intención de voto.  Pineda ha usado las redes sociales, vehículos de amplio acceso, y también ha usado lenguaje coloquial y se ha mostrado en situaciones que podría enfrentar cualquier ciudadano; campechano.  Un candidato atípico, sin duda.

Pineda da un mensaje con lenguaje aterrizado

¿Cómo y por qué?  Pues el cómo queda claro: el candidato Pineda da un mensaje con lenguaje aterrizado y por medios accesibles a amplios sectores de la población.  Además, lo hace de manera entretenida -obviamente- para el electorado, más allá de que el electorado guatemalteco no tiene un nivel cívico-político alto.

Sin embargo, hasta ahora, su campaña se ha destacado por los exabruptos y la chabacanería (basta con ver al personaje “Menchito”) más que por propuestas con fundamento.  Buenos deseos, sí, pero poco fundamento.  Y no es raro, pues desconoce el funcionamiento del Estado; ni hablar de la marrullería de sindicatos estatales y “operadores políticos” con intereses mezquinos.  La operación del día a día y el manejo de las distintas vertientes del poder real -incluso del fáctico- requieren de ese arte de la política.  La actitud de rompe y rasga tiende a cerrar las puertas de quien la tiene y en política no hay enemigo pequeño.  

Pasando al por qué, la cosa se complica; en todo el mundo proliferan los “líderes 3P” como los denomina Moisés Naím.  Estos se basan y nutren del populismo, posverdad y polarización -ahí las 3 pes- y son los antisistema que prometen hacer las cosas que los políticos tradicionales no han logrado.  Ejemplos hay en todas latitudes, pero el más cercano es Nayib Bukele que, por cierto, es admirado por Pineda.  En Paraguay acaba de haber elecciones y, aunque ganó el candidato del establishment apareció en escena Paraguayo “Payo” Cubas, otro oustider que se autodefine como anarquista y nacionalista, pero también admirador de Bukele.

Pineda es ese candidato que promete dar los satisfactores sociales que tanto requiere el electorado; aplicando la teoría de la elección racional se puede explicar por qué, un candidato como Pineda sea preferido, según la encuesta de ProDatos. 

La política es el arte de lo posible, sí, pero para ello se debe tener capacidad de conseguir lo que se promete en campaña, porque de lo contrario lo que se consigue -lo que casi siempre se consigue en Guatemala- son candidatos que logran ganar elecciones, pero gobernantes incapaces y corruptos.  Pineda ciertamente aparenta ser lo primero; lo segundo se descubre siempre demasiado tarde.  

La publicación de los resultados de la encuesta le mete calor a la contienda, algo que carecía, pero vale tener presente lo que una encuesta es: una fotografía de un momento; la película todavía no acaba.  Por ello, vale la pena también recordar dos frases de Yogi Berra, uno de los jugadores más exitosos del béisbol de todos los tiempos: “Esto no se acaba, hasta que se acaba” y “Es muy difícil hacer predicciones, especialmente del futuro”.

 

 

Las encuestas en Guatemala ¿cuentan el final de la película, o son solo una imagen?

Es muy difícil hacer predicciones, especialmente del futuro

Ilustración: Gabriel López
Alejandro Palmieri
03 de mayo, 2023

La política es el arte de lo posible, es una máxima que se ha usado desde tiempos inmemoriales para -intentar- describir lo inverosímil que pueden resultar algunos eventos y acciones en la política.  Si su autor fue Aristóteles, Bismark o Churchill no se sabe a ciencia cierta, pero de que la política requiere “arte” entendiéndole como capacidad o habilidad, seguro.  

Pero la política también es ciencia que, si bien es ciencia social y no una ciencia exacta, obedece también a reglas y principios establecidos. ¿Mutables? Por supuesto, pero mutan desde algo existente, no de la nada.

La encuesta presidencial de Prensa Libre

La anterior reflexión nace de la publicación de una encuesta en Prensa Libre, realizada por ProDatos, la encuestadora que ese medio ha contratado en ya dos elecciones anteriores.  En aquellas encuestas, falló en quienes pasarían a segunda vuelta (2015) pero acertó (en la segunda entrega) en los dos candidatos que fueron al balotaje en 2019.  Vale decir que en 2019 se equivocó en la ponderación del resto de candidatos.  Las encuestas son una instantánea del momento, nada más.

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Según la encuesta de ProDatos, Carlos Pineda, un outsider de la política aparece en primer lugar con 23.1% de los “votos” válidos, seguido por Sandra Torres con 19.5%, Edmond Mulet con 10.1% y Zury Ríos con 9.2%.  Salvo una encuesta publicada unos días atrás por Nuestro Diario, en donde también salía puntero Pineda, todas las demás mediciones que han circulado dan cuenta de otros resultados.  Hasta antes de la publicación de los resultados de la encuesta de Nuestro Diario, ya no digamos después de la de Prensa Libre, Pineda decía que “toda encuesta es manipulada”.  Ahora opina distinto, claro.

Pineda se ha beneficiado de la enorme insatisfacción que hay en el electorado respecto a los candidatos “tradicionales” de elecciones anteriores y de esta, que no han logrado transmitir masivamente sus mensajes, ya no digamos generar confianza a los niveles que se requiere para liderar la intención de voto.  Pineda ha usado las redes sociales, vehículos de amplio acceso, y también ha usado lenguaje coloquial y se ha mostrado en situaciones que podría enfrentar cualquier ciudadano; campechano.  Un candidato atípico, sin duda.

Pineda da un mensaje con lenguaje aterrizado

¿Cómo y por qué?  Pues el cómo queda claro: el candidato Pineda da un mensaje con lenguaje aterrizado y por medios accesibles a amplios sectores de la población.  Además, lo hace de manera entretenida -obviamente- para el electorado, más allá de que el electorado guatemalteco no tiene un nivel cívico-político alto.

Sin embargo, hasta ahora, su campaña se ha destacado por los exabruptos y la chabacanería (basta con ver al personaje “Menchito”) más que por propuestas con fundamento.  Buenos deseos, sí, pero poco fundamento.  Y no es raro, pues desconoce el funcionamiento del Estado; ni hablar de la marrullería de sindicatos estatales y “operadores políticos” con intereses mezquinos.  La operación del día a día y el manejo de las distintas vertientes del poder real -incluso del fáctico- requieren de ese arte de la política.  La actitud de rompe y rasga tiende a cerrar las puertas de quien la tiene y en política no hay enemigo pequeño.  

Pasando al por qué, la cosa se complica; en todo el mundo proliferan los “líderes 3P” como los denomina Moisés Naím.  Estos se basan y nutren del populismo, posverdad y polarización -ahí las 3 pes- y son los antisistema que prometen hacer las cosas que los políticos tradicionales no han logrado.  Ejemplos hay en todas latitudes, pero el más cercano es Nayib Bukele que, por cierto, es admirado por Pineda.  En Paraguay acaba de haber elecciones y, aunque ganó el candidato del establishment apareció en escena Paraguayo “Payo” Cubas, otro oustider que se autodefine como anarquista y nacionalista, pero también admirador de Bukele.

Pineda es ese candidato que promete dar los satisfactores sociales que tanto requiere el electorado; aplicando la teoría de la elección racional se puede explicar por qué, un candidato como Pineda sea preferido, según la encuesta de ProDatos. 

La política es el arte de lo posible, sí, pero para ello se debe tener capacidad de conseguir lo que se promete en campaña, porque de lo contrario lo que se consigue -lo que casi siempre se consigue en Guatemala- son candidatos que logran ganar elecciones, pero gobernantes incapaces y corruptos.  Pineda ciertamente aparenta ser lo primero; lo segundo se descubre siempre demasiado tarde.  

La publicación de los resultados de la encuesta le mete calor a la contienda, algo que carecía, pero vale tener presente lo que una encuesta es: una fotografía de un momento; la película todavía no acaba.  Por ello, vale la pena también recordar dos frases de Yogi Berra, uno de los jugadores más exitosos del béisbol de todos los tiempos: “Esto no se acaba, hasta que se acaba” y “Es muy difícil hacer predicciones, especialmente del futuro”.