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Las Fake News del Washington Post

La periodista Sonia Pérez, corresponsal de la agencia de noticias Associated Press, publicó una nota que luego reprodujo el Washington Post en donde más que cometer errores en lo que dice, publica falsedades con la intención de manipular la percepción de los hechos.  El Washington Post debió verificar lo escrito por Pérez antes de publicarlo.

Mentir y falsear información es caer en fake news
Alejandro Palmieri
30 de junio, 2022

Las noticias que de Guatemala se leen, escuchan o ven en otras latitudes dependen de la calidad de información que les proveen a medios y agencias noticiosas sus corresponsales; si bien en un mundo hiperconectado, las redes sociales pueden ser una fuente de información, tristemente se han convertido en fuente de desinformación.

La labor periodística ha sido y seguirá siendo la de investigar y verificar la información antes de publicarla, contrario sensu a lo que ocurre en redes como Twitter o TikTok en donde cualquier persona puede “reportear” sin rigor alguno.

Errores cometemos todos y los periodistas no son exentos a ello, pero lo que cada vez ocurre más y más, es que periodistas y reporteros avanzan una agenda distinta a la simple publicación de hechos; empujan una narrativa, que en principio no estaría mal en sí mismo, pero lo que hacen cada vez, más y más, es tergiversar o abiertamente mentir, lo cual ya trasciende al simple error y cae en el embuste y en la falsedad.

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Para evitar que pase, los medios tradicionales -los pocos que quedan- tienen a personas o departamentos enteros encargados de verificar la información que publicarán; fact checking, en inglés.  Tristemente, pasa cada vez menos y medios otrora respetables por la calidad de su contenido han caído en los embustes de sus corresponsales o reporteros y no realizan una verificación adecuada.  En este espacio se ha evidenciado cuando, por ejemplo, la BBC, The Economist, The New Yorker han publicado datos falsos o tergiversados, producto de la calidad de la información que le dan sus corresponsales.

Eso sucedió con la periodista Sonia Pérez, corresponsal de la agencia noticiosa Associated Press, que publicó una nota el 25 de junio, que reprodujo el Washington Post ese mismo día, en donde más que cometer errores -errores cometemos todos- publica falsedades con la intención de manipular la percepción de los hechos.  El Washington Post debió verificar lo escrito por Pérez antes de publicarlo en su medio.

Sin ahondar en la resolución judicial que provocó la nota de Pérez, vale la pena mencionar que los acuerdos de colaboración eficaz que fueron declarados nulos por la Sala Segunda contenían vicios de forma que los invalidaban; la comparecencia de una misma persona en dos actas que se traslapaban en tiempo es, probablemente la falsedad más grave.  Otra es que la juez Claudette Dominguez, que aprobó tales acuerdos, lo hizo con copias simples, pues los originales estaban a miles de kilómetros de distancia, en Sao Paulo, pues habían sido suscritos el día anterior; resulta imposible que los tuviese a la vista, como se consignó en la audiencia de aprobación.  Se puede discutir en ambos sentidos si el exfiscal Sandoval y el abogado de Odebrecht -Gallardo- tenían o no falucltades para suscribirlos extraterritorialmente, pero en su conjunto, todos esos vicios fueron suficientes para que la Sala los decrarara nulos.  Como dato adicional, el mandato especial que utilizó uno de los colaboradores eficaces carecía de facultades judiciales, vicio que no es de simple forma, sino de fondo.

¿Qué errores y falsedades cometió Pérez y que reprodujo El Washinton Post? Son dos: uno que se le puede atribuir a una deficiente aritmética, pero el otro, además de mostrar contumacia en no saber determinar el tiempo entre fechas, tiene la intención de hacer creer que un prófugo se entregó solo hasta que el “fiscal de hierro” -como le llamaban a Sandoval- dejó el cargo.  Lo escrito por Pérez en la nota de AP y que reproduce el Washington Post es lo siguiente:

 

Sinibaldi had been a fugitive for six years, but surrendered to authorities days after the anti-corruption prosecutor who was investigating him, Juan Francisco Sandoval, was fired after receiving corruption allegations against President Alejandro Giammattei.

https://apnews.com/article/politics-caribbean-central-america-guatemala-fdaa27bcec922db46ea8e65028332cf4

 

Sinibaldi estuvo prófugo desde el año 2016 hasta de agosto de 2020.  4 años, no 6 como consignó erróneamente Pérez.  Se le puede atribuir, como se dijo, a una mala formación en matemáticas.

Sin embargo, luego afirma que se entregó -Sinibaldi- días después de que Sandoval fue despedido.  Sandoval fue despedido el 23 de julio de 2021, es decir, casi un año DESPUÉS de que Sinibaldi se entregara.  Esa falsedad no es producto de haber confundido fechas, sino que tiene la clara intención de hacer creer a los lectores de la Associated Press y del Washington Post que Sinibaldi se entrega después de que ya no estaba a cargo de la FECI, cual obstáculo, el exfiscal Sandoval.  

Mucho se ha dicho en esa sección sobre la tendencia que tienen muchos de los corresponsales de agencias noticiosas y medios extranjeros, y en los errores mal intencionados que cometen al transmitir lo que ocurre en el país.  No es para decir que todo lo que ocurre en Guatemala es bueno, ni por asomo; ocurren muchas injusticias, arbitrariedades y abusos de todo tipo, pero mentir desacredita todo el buen trabajo que puedan hacer los corresponsales.  La credibilidad es el activo más grande que tiene un periodista y esta se pierde cuando se evidencia, como acá con lo escrito por Sonia Pérez, como mentira, como falsedad y embuste. Como fake news.

 

 

Las Fake News del Washington Post

La periodista Sonia Pérez, corresponsal de la agencia de noticias Associated Press, publicó una nota que luego reprodujo el Washington Post en donde más que cometer errores en lo que dice, publica falsedades con la intención de manipular la percepción de los hechos.  El Washington Post debió verificar lo escrito por Pérez antes de publicarlo.

Mentir y falsear información es caer en fake news
Alejandro Palmieri
30 de junio, 2022

Las noticias que de Guatemala se leen, escuchan o ven en otras latitudes dependen de la calidad de información que les proveen a medios y agencias noticiosas sus corresponsales; si bien en un mundo hiperconectado, las redes sociales pueden ser una fuente de información, tristemente se han convertido en fuente de desinformación.

La labor periodística ha sido y seguirá siendo la de investigar y verificar la información antes de publicarla, contrario sensu a lo que ocurre en redes como Twitter o TikTok en donde cualquier persona puede “reportear” sin rigor alguno.

Errores cometemos todos y los periodistas no son exentos a ello, pero lo que cada vez ocurre más y más, es que periodistas y reporteros avanzan una agenda distinta a la simple publicación de hechos; empujan una narrativa, que en principio no estaría mal en sí mismo, pero lo que hacen cada vez, más y más, es tergiversar o abiertamente mentir, lo cual ya trasciende al simple error y cae en el embuste y en la falsedad.

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Para evitar que pase, los medios tradicionales -los pocos que quedan- tienen a personas o departamentos enteros encargados de verificar la información que publicarán; fact checking, en inglés.  Tristemente, pasa cada vez menos y medios otrora respetables por la calidad de su contenido han caído en los embustes de sus corresponsales o reporteros y no realizan una verificación adecuada.  En este espacio se ha evidenciado cuando, por ejemplo, la BBC, The Economist, The New Yorker han publicado datos falsos o tergiversados, producto de la calidad de la información que le dan sus corresponsales.

Eso sucedió con la periodista Sonia Pérez, corresponsal de la agencia noticiosa Associated Press, que publicó una nota el 25 de junio, que reprodujo el Washington Post ese mismo día, en donde más que cometer errores -errores cometemos todos- publica falsedades con la intención de manipular la percepción de los hechos.  El Washington Post debió verificar lo escrito por Pérez antes de publicarlo en su medio.

Sin ahondar en la resolución judicial que provocó la nota de Pérez, vale la pena mencionar que los acuerdos de colaboración eficaz que fueron declarados nulos por la Sala Segunda contenían vicios de forma que los invalidaban; la comparecencia de una misma persona en dos actas que se traslapaban en tiempo es, probablemente la falsedad más grave.  Otra es que la juez Claudette Dominguez, que aprobó tales acuerdos, lo hizo con copias simples, pues los originales estaban a miles de kilómetros de distancia, en Sao Paulo, pues habían sido suscritos el día anterior; resulta imposible que los tuviese a la vista, como se consignó en la audiencia de aprobación.  Se puede discutir en ambos sentidos si el exfiscal Sandoval y el abogado de Odebrecht -Gallardo- tenían o no falucltades para suscribirlos extraterritorialmente, pero en su conjunto, todos esos vicios fueron suficientes para que la Sala los decrarara nulos.  Como dato adicional, el mandato especial que utilizó uno de los colaboradores eficaces carecía de facultades judiciales, vicio que no es de simple forma, sino de fondo.

¿Qué errores y falsedades cometió Pérez y que reprodujo El Washinton Post? Son dos: uno que se le puede atribuir a una deficiente aritmética, pero el otro, además de mostrar contumacia en no saber determinar el tiempo entre fechas, tiene la intención de hacer creer que un prófugo se entregó solo hasta que el “fiscal de hierro” -como le llamaban a Sandoval- dejó el cargo.  Lo escrito por Pérez en la nota de AP y que reproduce el Washington Post es lo siguiente:

 

Sinibaldi had been a fugitive for six years, but surrendered to authorities days after the anti-corruption prosecutor who was investigating him, Juan Francisco Sandoval, was fired after receiving corruption allegations against President Alejandro Giammattei.

https://apnews.com/article/politics-caribbean-central-america-guatemala-fdaa27bcec922db46ea8e65028332cf4

 

Sinibaldi estuvo prófugo desde el año 2016 hasta de agosto de 2020.  4 años, no 6 como consignó erróneamente Pérez.  Se le puede atribuir, como se dijo, a una mala formación en matemáticas.

Sin embargo, luego afirma que se entregó -Sinibaldi- días después de que Sandoval fue despedido.  Sandoval fue despedido el 23 de julio de 2021, es decir, casi un año DESPUÉS de que Sinibaldi se entregara.  Esa falsedad no es producto de haber confundido fechas, sino que tiene la clara intención de hacer creer a los lectores de la Associated Press y del Washington Post que Sinibaldi se entrega después de que ya no estaba a cargo de la FECI, cual obstáculo, el exfiscal Sandoval.  

Mucho se ha dicho en esa sección sobre la tendencia que tienen muchos de los corresponsales de agencias noticiosas y medios extranjeros, y en los errores mal intencionados que cometen al transmitir lo que ocurre en el país.  No es para decir que todo lo que ocurre en Guatemala es bueno, ni por asomo; ocurren muchas injusticias, arbitrariedades y abusos de todo tipo, pero mentir desacredita todo el buen trabajo que puedan hacer los corresponsales.  La credibilidad es el activo más grande que tiene un periodista y esta se pierde cuando se evidencia, como acá con lo escrito por Sonia Pérez, como mentira, como falsedad y embuste. Como fake news.