John Lennon en su tinta, ESTA ES LA HISTORIA URBANA DE JOSÉ VICENTE SOLÓRZANO AGUILAR.
Cuando habló largo y tendido para la revista Playboy en septiembre de 1980, John Lennon estaba seguro de que el juego no había terminado para los músicos de su época.
Estaba por cumplir 40 años, completaba las canciones del disco Double Fantasy al lado de su esposa Yoko Ono, y tenía la seguridad de que aún le aguardaban 40 años más de productividad.
En ese período, puede conjeturarse, habría alcanzado el propósito que le compartió al reportero Pete Hamill de la revista Rolling Stone: «Me veo a los 60 años escribiendo libros para niños. Siempre he tenido esa sensación de que podría brindar lo que El viento entre los sauces y Alicia en el país de las maravillas o La isla del tesoro me brindaron a los siete u ocho años».
Disponía de talento e imaginación. En sus años estudiantiles de Liverpool escribía e ilustraba su propio periódico satírico, el Daily Howl. Le fascinaban los juegos de palabras ideados por Lewis Carroll, se complacía en observar los defectos de maestros y compañeros de clases para caricaturizarlos sin contemplaciones, y escribía poemas a máquina en casa de su tía Mimi Smith. «Solía emplear un estilo muy enrevesado para ocultar mis emociones, como en In His Own Write.
Los poemas que escribía en la adolescencia eran muy embrollados porque intentaba esconder lo que realmente sentía por Mimi», comentó. También citó entre sus influencias a Oscar Wilde, el primer rockstar británico, el caricaturista estadunidense James Thurber y el surrealismo.
Cuando los Beatles empezaron a hacer giras, el equipaje de Lennon incluía una máquina de escribir portátil. Afirmó que solía sacarla después de cada actuación y tecleaba todo lo que se le ocurría. Llegó a tener material para reunirlo en libro y así coincidió la aparición de In His Own Write con el estreno de la película A Hard Day’s Night (1964).
No faltó quien lo comparara con el escritor irlandés James Joyce por sus desafíos a las normas gramaticales, donde la ausencia de una vocal o la incorporación de una consonante voltean el correcto significado de la oración. Las fuentes de Lennon remitían al humor característico de la gente de Liverpool y a su oído para captar frases disparatadas como las que se le escapaban a Ringo Starr, con toda espontaneidad, al estilo «Tomorrow Never Knows».
Pronto enfrentó su primer bloqueo como escritor: «cuando empezó eso de “queremos otro libro suyo, don Lennon”, sólo podía sentarme a trabajar con una botella de Johnny Walker y me dije “si esto implica una botella para ponerme a escribir…”. Por eso dejé de hacerlo». El segundo libro publicado en vida de Lennon se titula A Spaniard In The Works (1965).
Como autor de canciones, tenía predilección por el contenido de «In My Life», «Strawberry Fields Forever» y «I Am The Walrus». Sentía que escribía mejor cuando hablaba de sí mismo en vez de crear personajes como lo hacía Paul McCartney. Aún así llegó a afirmar que ideó las demás estrofas de «Eleanor Rigby»; McCartney, en reciprocidad, se atribuyó la mayor parte de «In My Life».
Lennon deseaba que el texto se defendiera al leerlo en papel y consideró su definición mejor en «Across The Universe»: «Definitivamente es de las mejores letras que he escrito. Es más, posiblemente sea la mejor. Es una excelente poesía –o como sea que lo quieras llamar. Me refiero a que, aún sin la melodía, la letra es sólida. Definitivamente, las que me gustan son aquellas que sus letras pueden mantenerse solas, sin necesidad de melodía. Son como un poema y son fuertes».
Recordemos los cuatro primeros versos en su idioma original:
Words are flowing out
Like endless rain into a paper cup
They slither while they pass
They slip away across the universe
Aunque dejó de componer canciones y se volcó de lleno a la crianza de su hijo Sean, nacido el 9 de octubre de 1975, Lennon sintió ansiedad por ponerse a hacer algo y escribió doscientas páginas a la manera de In His Own Write. El resultado no le convenció, algo podía rescatarse pero no bastaba para dar la cara por los demás y mejor lo guardó dentro de un cajón.
Aparte de sus relatos para niños, Lennon fantaseaba con armar una saga familiar basada en las mujeres de su familia materna. Recibió su inclinación por el arte de parte de su madre Julia Stanley, guapa, ligera de cascos, amante del vino, los hombres y el canto; la estricta guía de la tía Mimi se encargó de proveerle de techo, comida y educación para convertirlo en ciudadano responsable y digno representante de la clase media baja inglesa.
«Hubo cinco mujeres que fueron mi familia. Cinco mujeres fuertes, inteligentes y hermosas», evocó para Playboy. «Eran mujeres fantásticas y dominaban la situación en toda la familia. Los hombres eran invisibles. Siempre estuve con las mujeres, siempre las escuché hablar sobre los hombres y sobre la vida, y siempre sabían qué estaba pasando. Los hombres ni se enteraban». La historia de cada hermana –Mimi la mayor, Julia la menor– habría alcanzado para escribir cantidad de escenas desarrolladas en el puerto de Liverpool desde el fin de la era victoriana hasta la Segunda Guerra Mundial.
Esos libros, seguro, hubieran contado con la participación de Yoko Ono como diseñadora. Se vale pensar en ediciones especiales limitadas a un puñado de copias, numeradas y firmadas por ambos, para destinar el porcentaje de la venta a la causa que patrocinarán.
Todas esas ideas las proyectaba John Lennon para la segunda mitad de su vida que empezaría después de cumplir los 40 años. Hoy se comparten para conmemorar el 80 aniversario de su nacimiento. Y estamos convocados para celebrar el centenario –aquí, allá y en todas partes– el 9 de octubre de 2040.
Bibliografía
John Lennon: la guía más completa de su vida, música y leyenda, Rolling Stone México, 2012
SHEFF, David (conductor) and G. Barry Goldson (editor), The Playboy Interviews with John Lennon & Yoko Ono, Playboy Press, New York, 1981
VARIOS AUTORES, The Beatles Antología, Ediciones B, Barcelona, segunda reimpresión, diciembre de 2000
John Lennon en su tinta, ESTA ES LA HISTORIA URBANA DE JOSÉ VICENTE SOLÓRZANO AGUILAR.
Cuando habló largo y tendido para la revista Playboy en septiembre de 1980, John Lennon estaba seguro de que el juego no había terminado para los músicos de su época.
Estaba por cumplir 40 años, completaba las canciones del disco Double Fantasy al lado de su esposa Yoko Ono, y tenía la seguridad de que aún le aguardaban 40 años más de productividad.
En ese período, puede conjeturarse, habría alcanzado el propósito que le compartió al reportero Pete Hamill de la revista Rolling Stone: «Me veo a los 60 años escribiendo libros para niños. Siempre he tenido esa sensación de que podría brindar lo que El viento entre los sauces y Alicia en el país de las maravillas o La isla del tesoro me brindaron a los siete u ocho años».
Disponía de talento e imaginación. En sus años estudiantiles de Liverpool escribía e ilustraba su propio periódico satírico, el Daily Howl. Le fascinaban los juegos de palabras ideados por Lewis Carroll, se complacía en observar los defectos de maestros y compañeros de clases para caricaturizarlos sin contemplaciones, y escribía poemas a máquina en casa de su tía Mimi Smith. «Solía emplear un estilo muy enrevesado para ocultar mis emociones, como en In His Own Write.
Los poemas que escribía en la adolescencia eran muy embrollados porque intentaba esconder lo que realmente sentía por Mimi», comentó. También citó entre sus influencias a Oscar Wilde, el primer rockstar británico, el caricaturista estadunidense James Thurber y el surrealismo.
Cuando los Beatles empezaron a hacer giras, el equipaje de Lennon incluía una máquina de escribir portátil. Afirmó que solía sacarla después de cada actuación y tecleaba todo lo que se le ocurría. Llegó a tener material para reunirlo en libro y así coincidió la aparición de In His Own Write con el estreno de la película A Hard Day’s Night (1964).
No faltó quien lo comparara con el escritor irlandés James Joyce por sus desafíos a las normas gramaticales, donde la ausencia de una vocal o la incorporación de una consonante voltean el correcto significado de la oración. Las fuentes de Lennon remitían al humor característico de la gente de Liverpool y a su oído para captar frases disparatadas como las que se le escapaban a Ringo Starr, con toda espontaneidad, al estilo «Tomorrow Never Knows».
Pronto enfrentó su primer bloqueo como escritor: «cuando empezó eso de “queremos otro libro suyo, don Lennon”, sólo podía sentarme a trabajar con una botella de Johnny Walker y me dije “si esto implica una botella para ponerme a escribir…”. Por eso dejé de hacerlo». El segundo libro publicado en vida de Lennon se titula A Spaniard In The Works (1965).
Como autor de canciones, tenía predilección por el contenido de «In My Life», «Strawberry Fields Forever» y «I Am The Walrus». Sentía que escribía mejor cuando hablaba de sí mismo en vez de crear personajes como lo hacía Paul McCartney. Aún así llegó a afirmar que ideó las demás estrofas de «Eleanor Rigby»; McCartney, en reciprocidad, se atribuyó la mayor parte de «In My Life».
Lennon deseaba que el texto se defendiera al leerlo en papel y consideró su definición mejor en «Across The Universe»: «Definitivamente es de las mejores letras que he escrito. Es más, posiblemente sea la mejor. Es una excelente poesía –o como sea que lo quieras llamar. Me refiero a que, aún sin la melodía, la letra es sólida. Definitivamente, las que me gustan son aquellas que sus letras pueden mantenerse solas, sin necesidad de melodía. Son como un poema y son fuertes».
Recordemos los cuatro primeros versos en su idioma original:
Words are flowing out
Like endless rain into a paper cup
They slither while they pass
They slip away across the universe
Aunque dejó de componer canciones y se volcó de lleno a la crianza de su hijo Sean, nacido el 9 de octubre de 1975, Lennon sintió ansiedad por ponerse a hacer algo y escribió doscientas páginas a la manera de In His Own Write. El resultado no le convenció, algo podía rescatarse pero no bastaba para dar la cara por los demás y mejor lo guardó dentro de un cajón.
Aparte de sus relatos para niños, Lennon fantaseaba con armar una saga familiar basada en las mujeres de su familia materna. Recibió su inclinación por el arte de parte de su madre Julia Stanley, guapa, ligera de cascos, amante del vino, los hombres y el canto; la estricta guía de la tía Mimi se encargó de proveerle de techo, comida y educación para convertirlo en ciudadano responsable y digno representante de la clase media baja inglesa.
«Hubo cinco mujeres que fueron mi familia. Cinco mujeres fuertes, inteligentes y hermosas», evocó para Playboy. «Eran mujeres fantásticas y dominaban la situación en toda la familia. Los hombres eran invisibles. Siempre estuve con las mujeres, siempre las escuché hablar sobre los hombres y sobre la vida, y siempre sabían qué estaba pasando. Los hombres ni se enteraban». La historia de cada hermana –Mimi la mayor, Julia la menor– habría alcanzado para escribir cantidad de escenas desarrolladas en el puerto de Liverpool desde el fin de la era victoriana hasta la Segunda Guerra Mundial.
Esos libros, seguro, hubieran contado con la participación de Yoko Ono como diseñadora. Se vale pensar en ediciones especiales limitadas a un puñado de copias, numeradas y firmadas por ambos, para destinar el porcentaje de la venta a la causa que patrocinarán.
Todas esas ideas las proyectaba John Lennon para la segunda mitad de su vida que empezaría después de cumplir los 40 años. Hoy se comparten para conmemorar el 80 aniversario de su nacimiento. Y estamos convocados para celebrar el centenario –aquí, allá y en todas partes– el 9 de octubre de 2040.
Bibliografía
John Lennon: la guía más completa de su vida, música y leyenda, Rolling Stone México, 2012
SHEFF, David (conductor) and G. Barry Goldson (editor), The Playboy Interviews with John Lennon & Yoko Ono, Playboy Press, New York, 1981
VARIOS AUTORES, The Beatles Antología, Ediciones B, Barcelona, segunda reimpresión, diciembre de 2000