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Historias Urbanas | El reinventor del Caballero Nocturno

Redacción República
21 de junio, 2020

El reinventor del Caballero Nocturno, Batman, ES LA HISTORIA URBANA DE JOSÉ VICENTE SOLÓRZANO AGUILAR.

Batman no ocuparía el puesto que tiene dentro del cómic, el cine y la cultura popular de no ser por el trabajo que le dedicó el guionista y editor Dennis O’Neil (St. Louis, Missouri, 1939-Nyack, Nueva York, 2020).

Situémonos en contexto: en veinte años, Batman pasó de misterioso vengador nocturno (1939) a protagonizar aventuras harto delirantes en planetas alejados de la Tierra (1959).

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El primer intento de ordenar la casa, dirigido en 1964 por el editor Julius Schwartz –eliminó al elenco secundario que incluyó a la primera Batwoman, la primera Batgirl, Ace el batisabueso y Bat-Mite, el batiduende– fue rebasado en 1966 por el éxito de la serie de televisión protagonizada por Adam West como el encapotado y Burt Ward como el joven maravilla.

Volvieron las bofetadas a todo crash!, boff! y bam!, el Guasón no dejaba de bromear con sus oponentes y la actriz Julie Newmar causó más de un alboroto entre la teledaudiencia al ponerse el disfraz de Gatúbela.

Dennis O’Neil, nació en St. Louis, Missouri, en 1939 y falleció en Nyack, Nueva York, en marzo de 2020).

Estos episodios funcionaban muy bien para la audiencia infantil, pero no le causaban gracia al lector de cómics cada vez más adulto y mejor instruido.

La competencia representada por el sello Marvel estaba a tono con su época: reflejaba la lucha por los derechos civiles en las páginas de los X-Men, la tensión en los campus universitarios latía bajo las aventuras de Spider-Man y la competencia tecnológica que formó parte de la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética se asomaba entre las páginas de Iron Man.

En esa época O’Neil trabajaba como periodista para un diario de Fort Girardeau, Mississippi.

Provenía de un hogar católico; se graduó en literatura inglesa, filosofía y escritura creativa por la Universidad de Saint Louis.

Prestó servicio militar en la Marina de Guerra y su unidad participó del bloqueo naval a Cuba, ordenado en octubre de 1962 por el gobierno de John F. Kennedy cuando ocurrió la crisis de los misiles desplegados a escondidas por los soviéticos en las provincias de Pinar del Río, Villa Clara y Camagüey.

Estaba familiarizado con los cómics desde su infancia: solía elegir las revistas de Superman, Batman, Flecha Verde y El Vigilante, héroe del Oeste, cuando acompañaba a su padre o a su abuelo a la tienda.

Sus columnas acerca del renacimiento de la industria del cómic se abrieron paso desde lo profundo del Sur hasta el escritorio del guionista y editor Roy Thomas, quien laboraba para Marvel en Nueva York.

Thomas lo invitó a hacerse el examen de admisión aplicado en Marvel: completar los diálogos en cuatro páginas ya dibujadas de los Cuatro Fantásticos. O’Neil superó la prueba y debutó como guionista de Doctor Strange. Poco después siguió velando sus armas como escritor para Charlton Comics, bajo el seudónimo de Sergius O’Shaugnessy, y en 1968, de la mano del editor Dick Giordano, arribó a DC Comics.

No tardó en recibir plena confianza para renovar a personajes notables de la DC. Recreó a Diana Prince (la Mujer Maravilla) como agente secreta e introdujo la conciencia social en Oliver Queen (Flecha Verde).

Hizo que Hal Jordan (Linterna Verde) dejara de trabajar como policía galáctico a las órdenes de los Guardianes del Universo y se fijara en  los problemas que afligen al hombre común.

Trató el auge de la drogadicción al hacer de Speedy, el protegido de Flecha Verde, un adicto a la heroína. Eliminó la kriptonita que debilitaba a Superman y de paso le restó un tercio de poderes para que dejara de tener los atributos de un dios.

Al hacerse cargo de Batman, al lado del dibujante Neal Adams, O’Neil lo convirtió en esa figura imponente que brota de la oscuridad para aterrorizar a los delincuentes.

Junto a Julius Schwartz idearon un antagonista a la altura de la identidad real de Bruce Wayne: Ra’s al Ghul, el líder de la Liga de los Asesinos, quien lo desea como yerno y heredero.

El auge de la criminalidad, la violencia que aquejaba a los suburbios y la especulación inmobiliaria que desterró a miles de personas de sus vecindarios le ayudaron a crear el ambiente lúgubre y poco amigable de la actual Ciudad Gótica.

La historieta ha trascendido hasta llegar a las nuevas generaciones.

Los villanos contra Batman

Los villanos de antaño, el Guasón y Dos Caras al frente, se revelaron como homicidas imposibles de controlar. El aporte de O’Neil se palpa en todas las adaptaciones cinematográficas de Batman, desde la primera entrega dirigida por Tim Burton (1989) hasta la trilogía al mando de Christopher Nolan (2005-2012), junto a los dibujos animados de Batman: The Animated Series (1992-1995).

En años posteriores enfrentó al boxeador Muhammad Alí contra Superman y escribió historias para Iron Man y Daredevil.

Al asumir el cargo de editor en DC supervisó las sagas de Batman: A Death in the Family (1988, donde el Guasón elimina a Jason Todd, el segundo Robin) y Knightfall (1993-1994, en la que Batman queda paralítico a manos del supervillano Bane), con la participación de otra de sus creaciones: Jean Paul Valley, el último servidor de la orden de San Dumas conocido como Azrael y reemplazo temporal de Bruce Wayne.

Enseñó a escribir cómics en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York y siguió ejerciendo su oficio durante la vejez; dio su aporte al número 1000 de Detective Comics publicado el 27 de marzo de 2019. Murió el 11 de junio de 2020, a un mes y ocho días de cumplir 81 años, a causa de un paro cardiorrespiratorio.


Historias Urbanas | El reinventor del Caballero Nocturno

Redacción República
21 de junio, 2020

El reinventor del Caballero Nocturno, Batman, ES LA HISTORIA URBANA DE JOSÉ VICENTE SOLÓRZANO AGUILAR.

Batman no ocuparía el puesto que tiene dentro del cómic, el cine y la cultura popular de no ser por el trabajo que le dedicó el guionista y editor Dennis O’Neil (St. Louis, Missouri, 1939-Nyack, Nueva York, 2020).

Situémonos en contexto: en veinte años, Batman pasó de misterioso vengador nocturno (1939) a protagonizar aventuras harto delirantes en planetas alejados de la Tierra (1959).

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El primer intento de ordenar la casa, dirigido en 1964 por el editor Julius Schwartz –eliminó al elenco secundario que incluyó a la primera Batwoman, la primera Batgirl, Ace el batisabueso y Bat-Mite, el batiduende– fue rebasado en 1966 por el éxito de la serie de televisión protagonizada por Adam West como el encapotado y Burt Ward como el joven maravilla.

Volvieron las bofetadas a todo crash!, boff! y bam!, el Guasón no dejaba de bromear con sus oponentes y la actriz Julie Newmar causó más de un alboroto entre la teledaudiencia al ponerse el disfraz de Gatúbela.

Dennis O’Neil, nació en St. Louis, Missouri, en 1939 y falleció en Nyack, Nueva York, en marzo de 2020).

Estos episodios funcionaban muy bien para la audiencia infantil, pero no le causaban gracia al lector de cómics cada vez más adulto y mejor instruido.

La competencia representada por el sello Marvel estaba a tono con su época: reflejaba la lucha por los derechos civiles en las páginas de los X-Men, la tensión en los campus universitarios latía bajo las aventuras de Spider-Man y la competencia tecnológica que formó parte de la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética se asomaba entre las páginas de Iron Man.

En esa época O’Neil trabajaba como periodista para un diario de Fort Girardeau, Mississippi.

Provenía de un hogar católico; se graduó en literatura inglesa, filosofía y escritura creativa por la Universidad de Saint Louis.

Prestó servicio militar en la Marina de Guerra y su unidad participó del bloqueo naval a Cuba, ordenado en octubre de 1962 por el gobierno de John F. Kennedy cuando ocurrió la crisis de los misiles desplegados a escondidas por los soviéticos en las provincias de Pinar del Río, Villa Clara y Camagüey.

Estaba familiarizado con los cómics desde su infancia: solía elegir las revistas de Superman, Batman, Flecha Verde y El Vigilante, héroe del Oeste, cuando acompañaba a su padre o a su abuelo a la tienda.

Sus columnas acerca del renacimiento de la industria del cómic se abrieron paso desde lo profundo del Sur hasta el escritorio del guionista y editor Roy Thomas, quien laboraba para Marvel en Nueva York.

Thomas lo invitó a hacerse el examen de admisión aplicado en Marvel: completar los diálogos en cuatro páginas ya dibujadas de los Cuatro Fantásticos. O’Neil superó la prueba y debutó como guionista de Doctor Strange. Poco después siguió velando sus armas como escritor para Charlton Comics, bajo el seudónimo de Sergius O’Shaugnessy, y en 1968, de la mano del editor Dick Giordano, arribó a DC Comics.

No tardó en recibir plena confianza para renovar a personajes notables de la DC. Recreó a Diana Prince (la Mujer Maravilla) como agente secreta e introdujo la conciencia social en Oliver Queen (Flecha Verde).

Hizo que Hal Jordan (Linterna Verde) dejara de trabajar como policía galáctico a las órdenes de los Guardianes del Universo y se fijara en  los problemas que afligen al hombre común.

Trató el auge de la drogadicción al hacer de Speedy, el protegido de Flecha Verde, un adicto a la heroína. Eliminó la kriptonita que debilitaba a Superman y de paso le restó un tercio de poderes para que dejara de tener los atributos de un dios.

Al hacerse cargo de Batman, al lado del dibujante Neal Adams, O’Neil lo convirtió en esa figura imponente que brota de la oscuridad para aterrorizar a los delincuentes.

Junto a Julius Schwartz idearon un antagonista a la altura de la identidad real de Bruce Wayne: Ra’s al Ghul, el líder de la Liga de los Asesinos, quien lo desea como yerno y heredero.

El auge de la criminalidad, la violencia que aquejaba a los suburbios y la especulación inmobiliaria que desterró a miles de personas de sus vecindarios le ayudaron a crear el ambiente lúgubre y poco amigable de la actual Ciudad Gótica.

La historieta ha trascendido hasta llegar a las nuevas generaciones.

Los villanos contra Batman

Los villanos de antaño, el Guasón y Dos Caras al frente, se revelaron como homicidas imposibles de controlar. El aporte de O’Neil se palpa en todas las adaptaciones cinematográficas de Batman, desde la primera entrega dirigida por Tim Burton (1989) hasta la trilogía al mando de Christopher Nolan (2005-2012), junto a los dibujos animados de Batman: The Animated Series (1992-1995).

En años posteriores enfrentó al boxeador Muhammad Alí contra Superman y escribió historias para Iron Man y Daredevil.

Al asumir el cargo de editor en DC supervisó las sagas de Batman: A Death in the Family (1988, donde el Guasón elimina a Jason Todd, el segundo Robin) y Knightfall (1993-1994, en la que Batman queda paralítico a manos del supervillano Bane), con la participación de otra de sus creaciones: Jean Paul Valley, el último servidor de la orden de San Dumas conocido como Azrael y reemplazo temporal de Bruce Wayne.

Enseñó a escribir cómics en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York y siguió ejerciendo su oficio durante la vejez; dio su aporte al número 1000 de Detective Comics publicado el 27 de marzo de 2019. Murió el 11 de junio de 2020, a un mes y ocho días de cumplir 81 años, a causa de un paro cardiorrespiratorio.