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Historias Urbanas: Entre el catizumbal y Héctor Suárez

Redacción República
07 de junio, 2020

Entre el catizumbal y Héctor Suárez, ES LA HISTORIA URBANA DE JOSÉ VICENTE SOLÓRZANO AGUILAR.

1. Palabras caídas en desuso y vueltas a circular

El mensaje del presidente Alejandro Giammattei emitido en cadena nacional la noche del domingo 31 de mayo –mientras la tormenta tropical Amanda se derramaba por todo el país–, atrajo la atención de críticos y partidarios al utilizar la palabra catizumbal para referirse a la mucha gente y los demasiados vehículos que se apresuran a regresar a sus casas cuando está por empezar el toque de queda.

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Muchos se preguntaron cómo le hizo la intérprete de lenguaje de señas para dar con los gestos adecuados que representaran el catizumbal ante el televidente privado del habla y del oído.

Otros se preguntaron a qué quiso aludir el presidente y no faltó quien consideró inapropiado que el funcionario a cargo del principal puesto público del país se expresara en lenguaje tan corriente.

Mi primer encuentro con el mentado catizumbal ocurrió en los artículos quincenales que el poeta y novelista Marco Antonio Flores escribió de 1992 a 1995 para el suplemento dominical Magazine 21, del diario Siglo Veintiuno.

Para estar seguro del significado, revisé el diccionario Voses de Guatemala (Editorial Praxis, México DF, 2005), compilado por el poeta y editor Carlos López. En la página 168 encontré:

catizumbal montón, multitud, muchos, chingo, bastante, cachimbo || profusión, cantidad, exuberancia, abundancia, riqueza, demasía, raudal, afluencia, exceso, saciedad, plétora, montón, cúmulo

Pese al control de movimientos de la población para frenar los contagios del Covid-19 nos encontramos en la calle con el montón de personas, la multitud de motocicletas, muchos carros, un chingo de negocios abiertos, bastante tráfico a las cuatro de la tarde y un cachimbo de energúmenos al volante que doblan la esquina sin conectar el pidevías.

Tal la situación.

2. Recuerdo del hombre común

Al lamentar la muerte del actor Héctor Suárez (1938-2020), varia gente elogió la crítica social que caracterizó a su programa ¿Qué nos pasa?

En Guatemala se transmitió por medio de Canal 13 y no capté esas alusiones, la verdad. Pero resulta poco frecuente encontrarse en la televisión mexicana, ya no digamos en la guatemalteca, a personajes con el físico de Héctor Suárez: moreno, chaparro, con el pelo puntiagudo y cara de maestro de obras.

Productores, guionistas y directores prefieren a las actrices con la cintura estrecha, el vientre plano y la cabellera bien arreglada; privilegian a los actores con porte atlético, bronceados y elegantes.

Si son canches o güeros, aunque sean de rancho, mejor todavía: bastan unas lecciones de dicción para que se les quite ese cantadito campirano que suena tan gracioso y espontáneo al conversar, pero resulta inapropiado a la hora de rodar escenas para telenovelas, películas y comedias.

En contraste, la mayor parte de los espectadores de los programas facturados por Televisa y Televisión Azteca pertenecen al fenotipo contrario: son bajitos, poco o nada agraciados, con tendencia a la gordura o a la calvicie según el sexo al que pertenezcan.

Héctor Suárez se situó del lado opuesto a esas diferencias de clase y supo encarnar al hombre del pueblo raso, al que sólo le resta el humor para burlarse de presidentes, ministros, diputados, magistrados, gerentes y toda persona que se abre paso entre los demás con ayuda de sus guardaespaldas.

Historias Urbanas: Entre el catizumbal y Héctor Suárez

Redacción República
07 de junio, 2020

Entre el catizumbal y Héctor Suárez, ES LA HISTORIA URBANA DE JOSÉ VICENTE SOLÓRZANO AGUILAR.

1. Palabras caídas en desuso y vueltas a circular

El mensaje del presidente Alejandro Giammattei emitido en cadena nacional la noche del domingo 31 de mayo –mientras la tormenta tropical Amanda se derramaba por todo el país–, atrajo la atención de críticos y partidarios al utilizar la palabra catizumbal para referirse a la mucha gente y los demasiados vehículos que se apresuran a regresar a sus casas cuando está por empezar el toque de queda.

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Muchos se preguntaron cómo le hizo la intérprete de lenguaje de señas para dar con los gestos adecuados que representaran el catizumbal ante el televidente privado del habla y del oído.

Otros se preguntaron a qué quiso aludir el presidente y no faltó quien consideró inapropiado que el funcionario a cargo del principal puesto público del país se expresara en lenguaje tan corriente.

Mi primer encuentro con el mentado catizumbal ocurrió en los artículos quincenales que el poeta y novelista Marco Antonio Flores escribió de 1992 a 1995 para el suplemento dominical Magazine 21, del diario Siglo Veintiuno.

Para estar seguro del significado, revisé el diccionario Voses de Guatemala (Editorial Praxis, México DF, 2005), compilado por el poeta y editor Carlos López. En la página 168 encontré:

catizumbal montón, multitud, muchos, chingo, bastante, cachimbo || profusión, cantidad, exuberancia, abundancia, riqueza, demasía, raudal, afluencia, exceso, saciedad, plétora, montón, cúmulo

Pese al control de movimientos de la población para frenar los contagios del Covid-19 nos encontramos en la calle con el montón de personas, la multitud de motocicletas, muchos carros, un chingo de negocios abiertos, bastante tráfico a las cuatro de la tarde y un cachimbo de energúmenos al volante que doblan la esquina sin conectar el pidevías.

Tal la situación.

2. Recuerdo del hombre común

Al lamentar la muerte del actor Héctor Suárez (1938-2020), varia gente elogió la crítica social que caracterizó a su programa ¿Qué nos pasa?

En Guatemala se transmitió por medio de Canal 13 y no capté esas alusiones, la verdad. Pero resulta poco frecuente encontrarse en la televisión mexicana, ya no digamos en la guatemalteca, a personajes con el físico de Héctor Suárez: moreno, chaparro, con el pelo puntiagudo y cara de maestro de obras.

Productores, guionistas y directores prefieren a las actrices con la cintura estrecha, el vientre plano y la cabellera bien arreglada; privilegian a los actores con porte atlético, bronceados y elegantes.

Si son canches o güeros, aunque sean de rancho, mejor todavía: bastan unas lecciones de dicción para que se les quite ese cantadito campirano que suena tan gracioso y espontáneo al conversar, pero resulta inapropiado a la hora de rodar escenas para telenovelas, películas y comedias.

En contraste, la mayor parte de los espectadores de los programas facturados por Televisa y Televisión Azteca pertenecen al fenotipo contrario: son bajitos, poco o nada agraciados, con tendencia a la gordura o a la calvicie según el sexo al que pertenezcan.

Héctor Suárez se situó del lado opuesto a esas diferencias de clase y supo encarnar al hombre del pueblo raso, al que sólo le resta el humor para burlarse de presidentes, ministros, diputados, magistrados, gerentes y toda persona que se abre paso entre los demás con ayuda de sus guardaespaldas.