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Pluma Joven | Luces Imperfectas

Invitado
28 de marzo, 2021

Luces Imperfectas. Tomado del blog Pluma Joven de la Universidad Francisco Marroquín. Un espacio donde los estudiantes exponen sus inquietudes literarias.

Caminar con Jesús no es fácil. Hay mucho de lo que sucede y de lo que te sucede que no entiendes. Buscas respuestas y explicaciones que a veces encuentras y a veces no. No quiero explicarme mal. Creer, aceptar y vivir para Jesús es lo mejor que me pudo pasar. Sin embargo, se presentan ocasiones en las que hay que caminar a ciegas.

Lo usual es que aun luego de haber aceptado a Jesús, las situaciones a tu alrededor sigan siendo las mismas. Lo que te lastimaba, sigue lastimando. Lo difícil, sigue siendo difícil.

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Lo único que ha cambiado o irá a cambiando, porque es un proceso, eres tú. Tu manera de ver la vida, tu norte en quien pones y dejas de poner tu confianza, todo eso es transformado. Ya no se trata de ti, se trata de él.

Es un reto de fe. Pero, ¿cuántos retos no hemos tomado en la vida por amor a otras metas y personas? Estudiar, trabajar, empezar una relación —o terminarla—, casarse, tener hijos, jubilarse. Los retos son constantes y exigen. Sin embargo, cuando crees en el sacrificio que Jesús hizo en la cruz por ti y lo entiendes, el agradecimiento y el amor que te inundan, hace que nada parezca demasiado difícil.

Y hago énfasis en el «demasiado», porque tanto los que creemos en Jesús como los que no, estamos conscientes de que hay etapas y momentos muy difíciles a lo largo de la vida. Quienes creemos, no evadimos la realidad, estamos muy en contacto con ella. Lo que cambia es cómo la explicamos.

El cristiano sabe que su vida no termina al morir y ha decidido imitar a Jesús. A veces lo logra y a veces, no. El cristiano también falla y duda igual que los demás y por eso Dios —al saber de la imperfección que caracteriza al ser humano— dejó en la Biblia una recomendación que dice algo como esto: «No pongas la mirada en los hombres».

Luces de Jesús

La primera vez que escuché esto, dije: ¡Pero Señor, ¿cómo no hacerlo cuando son esas mismas personas tu carta de presentación?! Luego comprendí que esos hombres únicamente son una herramienta más para conocer y vivir en Jesús, tal como lo es la Biblia, la oración, la intercesión y el ayuno. Lo que sucede es que al ser seres sociales, lo más práctico es que esas personas se vuelvan nuestra única representación de cómo funciona la vida de fe.

En realidad, pienso que nunca deberíamos idealizar a las demás personas. Tengamos la edad que tengamos, creamos en Dios o no. Pero debo admitir que no encuentro una situación en la que sea más peligroso poner tu mirada en los demás, que cuando de fe se trata. Algunos cristianos han herido a muchas personas y han cuestionado la existencia de Dios con el ejemplo que estos nos dan… El camino es largo y las probabilidades de fallar son muchas.

¿Cuál es tu posición actual frente a la fe? Tal vez alguien que decía amar a Dios te lastimó. O a lo mejor, no crees en él porque no tienes pruebas que a tu criterio sean suficientes. También puede ser que en este momento tu fe esté débil y te sientas abandonado. Lo único que puedo decirte, sea cual sea tu caso, es que quites tu mirada de la gente e incluso de ti mismo. Ponla en alguien que sí es perfecto.

La conversión

Yo acepté a Jesús en mi corazón. Ha sido una aventura. He comprobado que se trata de una relación. Es un día a día, es un caerse y levantarse constantemente y de diferentes lugares.

Si aplica en tu caso, te pido perdón en nombre de muchos cristianos. Pero por favor, que la gente no sea la excusa perfecta para no acercarte o alejarte de Dios. Sabes muy bien que la perfección no es posible.

Por último, no olvides que siempre pagamos un precio; ya sea por abstenernos al pecado o amigarnos con él. La gran diferencia es que al pecar, nos lastimamos y lastimamos a otros. Arriésgate. Creer en Jesús es de valientes. Al final, lo que todo ser humano busca es equilibrio, algo/alguien que le calme en medio del caos. Jesús te ofrece todo eso, acompañado de perdón y gracia por si acaso lo necesitas.

 Yo por mi parte —y en representación de muchos cristianos— quiero hacerte compañía, alumbrando el camino hacia Él. A veces voy a alumbrar más y a veces menos, a veces bien y a veces mal… incluso, en ocasiones me vas a ver peleando por mantener mi propia llama viva.

Pero puedes estar seguro de que voy a hacer mi mejor esfuerzo. Si te animas, yo me animo… si te animas, yo te invito… al camino imperfecto de gracia que lleva a la vida.

Allison Acevedo
ALUMNI- Psicología Clínica
Departamento de Psicología
UFM

Pluma Joven | Luces Imperfectas

Invitado
28 de marzo, 2021

Luces Imperfectas. Tomado del blog Pluma Joven de la Universidad Francisco Marroquín. Un espacio donde los estudiantes exponen sus inquietudes literarias.

Caminar con Jesús no es fácil. Hay mucho de lo que sucede y de lo que te sucede que no entiendes. Buscas respuestas y explicaciones que a veces encuentras y a veces no. No quiero explicarme mal. Creer, aceptar y vivir para Jesús es lo mejor que me pudo pasar. Sin embargo, se presentan ocasiones en las que hay que caminar a ciegas.

Lo usual es que aun luego de haber aceptado a Jesús, las situaciones a tu alrededor sigan siendo las mismas. Lo que te lastimaba, sigue lastimando. Lo difícil, sigue siendo difícil.

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Lo único que ha cambiado o irá a cambiando, porque es un proceso, eres tú. Tu manera de ver la vida, tu norte en quien pones y dejas de poner tu confianza, todo eso es transformado. Ya no se trata de ti, se trata de él.

Es un reto de fe. Pero, ¿cuántos retos no hemos tomado en la vida por amor a otras metas y personas? Estudiar, trabajar, empezar una relación —o terminarla—, casarse, tener hijos, jubilarse. Los retos son constantes y exigen. Sin embargo, cuando crees en el sacrificio que Jesús hizo en la cruz por ti y lo entiendes, el agradecimiento y el amor que te inundan, hace que nada parezca demasiado difícil.

Y hago énfasis en el «demasiado», porque tanto los que creemos en Jesús como los que no, estamos conscientes de que hay etapas y momentos muy difíciles a lo largo de la vida. Quienes creemos, no evadimos la realidad, estamos muy en contacto con ella. Lo que cambia es cómo la explicamos.

El cristiano sabe que su vida no termina al morir y ha decidido imitar a Jesús. A veces lo logra y a veces, no. El cristiano también falla y duda igual que los demás y por eso Dios —al saber de la imperfección que caracteriza al ser humano— dejó en la Biblia una recomendación que dice algo como esto: «No pongas la mirada en los hombres».

Luces de Jesús

La primera vez que escuché esto, dije: ¡Pero Señor, ¿cómo no hacerlo cuando son esas mismas personas tu carta de presentación?! Luego comprendí que esos hombres únicamente son una herramienta más para conocer y vivir en Jesús, tal como lo es la Biblia, la oración, la intercesión y el ayuno. Lo que sucede es que al ser seres sociales, lo más práctico es que esas personas se vuelvan nuestra única representación de cómo funciona la vida de fe.

En realidad, pienso que nunca deberíamos idealizar a las demás personas. Tengamos la edad que tengamos, creamos en Dios o no. Pero debo admitir que no encuentro una situación en la que sea más peligroso poner tu mirada en los demás, que cuando de fe se trata. Algunos cristianos han herido a muchas personas y han cuestionado la existencia de Dios con el ejemplo que estos nos dan… El camino es largo y las probabilidades de fallar son muchas.

¿Cuál es tu posición actual frente a la fe? Tal vez alguien que decía amar a Dios te lastimó. O a lo mejor, no crees en él porque no tienes pruebas que a tu criterio sean suficientes. También puede ser que en este momento tu fe esté débil y te sientas abandonado. Lo único que puedo decirte, sea cual sea tu caso, es que quites tu mirada de la gente e incluso de ti mismo. Ponla en alguien que sí es perfecto.

La conversión

Yo acepté a Jesús en mi corazón. Ha sido una aventura. He comprobado que se trata de una relación. Es un día a día, es un caerse y levantarse constantemente y de diferentes lugares.

Si aplica en tu caso, te pido perdón en nombre de muchos cristianos. Pero por favor, que la gente no sea la excusa perfecta para no acercarte o alejarte de Dios. Sabes muy bien que la perfección no es posible.

Por último, no olvides que siempre pagamos un precio; ya sea por abstenernos al pecado o amigarnos con él. La gran diferencia es que al pecar, nos lastimamos y lastimamos a otros. Arriésgate. Creer en Jesús es de valientes. Al final, lo que todo ser humano busca es equilibrio, algo/alguien que le calme en medio del caos. Jesús te ofrece todo eso, acompañado de perdón y gracia por si acaso lo necesitas.

 Yo por mi parte —y en representación de muchos cristianos— quiero hacerte compañía, alumbrando el camino hacia Él. A veces voy a alumbrar más y a veces menos, a veces bien y a veces mal… incluso, en ocasiones me vas a ver peleando por mantener mi propia llama viva.

Pero puedes estar seguro de que voy a hacer mi mejor esfuerzo. Si te animas, yo me animo… si te animas, yo te invito… al camino imperfecto de gracia que lleva a la vida.

Allison Acevedo
ALUMNI- Psicología Clínica
Departamento de Psicología
UFM