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Historias Urbanas | Acerca de 502 (llame por pagar)

Invitado
25 de abril, 2021

Acerca de 502 (llame por pagar). Esta es la historia urbana de José Vicente Solórzano Aguilar.

Dentro de la obra de Alberto Arzú (Nueva Guatemala de la Asunción, 1976), puedo señalar esta constante: la interacción de los seres humanos dentro de espacios cerrados.

Lo enuncian títulos como Hotel de los amores fallidos, Café de los corazones solitarios y Taxi ¡crush! Estamos hablando de lugares de paso, donde las personas pueden coincidir por varios días, un par de horas o apenas unos minutos.

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El poeta Alberto Arzú.

Esos encuentros le sirven a Alberto para meditar acerca de la soledad, la alienación y los ruidos. (como escribió el poeta Carlos Gerardo) Aspectos que interfieren en todo acercamiento con nuestros semejantes.

Alberto también estudia las relaciones entre las personas. De quienes comparten de ocho a doce horas diarias dentro de las empresas, como lo hizo en su libro 10-14.

Plantea un recorrido por buena parte de la capital guatemalteca a bordo del autobús rojo que cubre la ruta 204.

La mirada que tiende sobre los microcosmos habitados por oficinistas y pasajeros se desplaza, por qué no, al resto del mundo. No podemos descartar que el mismo comportamiento, los mismos hábitos. No digamos los mismos personajes, se repliquen por docenas en edificios y calles de Buenos Aires, Managua y La Habana.

En el caso de 502 (llame por pagar), Alberto retira ese velo que presenta a una Guatemala cordial, obediente, «pa’servirle a usté». Muestra un país que se resigna a decirle «sí señor» a todo. Como estrategia para no terminar como tierra arrasada.

Nos habla de la gente que reduce sus distracciones a ponerse la camiseta del Real Madrid. A subirle el volumen a su equipo de radio para aturdir a sus vecinos.

Si antes éramos desconfiados, pese a la amabilidad que nos atribuyen en las agencias de viajes, ahora bordeamos la paranoia. Apenas nos encontramos con los desconocidos que nos dan los buenos días. Y nos motivan a que seamos conformes con nuestro destino.

Así lo retratan estos versos que encontramos entre las páginas 11 y 12:

  • No salgamos a protestar que las calles se afean, comamos tortillas con sal, recemos tres padrenuestros. Encomendemos nuestro viaje, que una de dos o regresamos asustados o nos velan tres días con entierro de misa y danzón. Seamos buenos paisanos sigamos creyendo en nuestra gente, sigamos eligiendo presidente, sigamos bailando el son.

El retrato en 502 (llame por pagar)

Al avanzar dentro de 502 (llame por pagar), nos recordamos que vivimos en lugares donde la muerte puede acechar. Cuando vamos a comprar una bolsa de risitos a la tienda de la esquina, o atravesamos la calle de una orilla a otra para saludar a nuestros conocidos.

El poeta no se anda con complacencias. Si la audiencia amenaza con aventarle piedras y trozos de pizza a medio masticar, por presentarles este retrato de país sin símbolos patrios que lo endulcen, lo acepta e incluso los reta a que lo hagan.

Pero a pesar de, y en contra de, hay baluartes que nos ofrecen asilo.

Ahí están los colores verde y turquesa que rodean las aguas de Semuc Champey. El olor a tierra mojada después del primer aguacero y cantar al unísono con el grupo Bohemia Suburbana en sus conciertos.

También apuesta por sus artistas, sus poetas. Las canciones de Gaby Moreno, los versos de Simón Pedroza y las instalaciones de Alejandro Marré. Los epígrafes tomados de poemas de Amable Sánchez Torres, Marco Antonio Flores y Carmen Matute, nos demuestran que el espíritu de creación puede echar brotes aún en las condiciones más adversas.

Sin embargo, no hay que descuidarse. Alberto nos advierte que siempre hay una bala cargada para dispararse en contra nuestra. Los cuerdos prefieren vivir en su mundo de fantasía. Su libro nos toma de las solapas para sacudirnos y sacarnos del embotamiento.

Contacto: Cafeína Editores, [email protected] ¿Dónde conseguirlo? -Centro Cultural Macondo, parquecito de La Rotonda, Huehuetenango. -Casa del Libro, interior de Casa Cervantes, zona 1, Ciudad de Guatemala.

Historias Urbanas | Acerca de 502 (llame por pagar)

Invitado
25 de abril, 2021

Acerca de 502 (llame por pagar). Esta es la historia urbana de José Vicente Solórzano Aguilar.

Dentro de la obra de Alberto Arzú (Nueva Guatemala de la Asunción, 1976), puedo señalar esta constante: la interacción de los seres humanos dentro de espacios cerrados.

Lo enuncian títulos como Hotel de los amores fallidos, Café de los corazones solitarios y Taxi ¡crush! Estamos hablando de lugares de paso, donde las personas pueden coincidir por varios días, un par de horas o apenas unos minutos.

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El poeta Alberto Arzú.

Esos encuentros le sirven a Alberto para meditar acerca de la soledad, la alienación y los ruidos. (como escribió el poeta Carlos Gerardo) Aspectos que interfieren en todo acercamiento con nuestros semejantes.

Alberto también estudia las relaciones entre las personas. De quienes comparten de ocho a doce horas diarias dentro de las empresas, como lo hizo en su libro 10-14.

Plantea un recorrido por buena parte de la capital guatemalteca a bordo del autobús rojo que cubre la ruta 204.

La mirada que tiende sobre los microcosmos habitados por oficinistas y pasajeros se desplaza, por qué no, al resto del mundo. No podemos descartar que el mismo comportamiento, los mismos hábitos. No digamos los mismos personajes, se repliquen por docenas en edificios y calles de Buenos Aires, Managua y La Habana.

En el caso de 502 (llame por pagar), Alberto retira ese velo que presenta a una Guatemala cordial, obediente, «pa’servirle a usté». Muestra un país que se resigna a decirle «sí señor» a todo. Como estrategia para no terminar como tierra arrasada.

Nos habla de la gente que reduce sus distracciones a ponerse la camiseta del Real Madrid. A subirle el volumen a su equipo de radio para aturdir a sus vecinos.

Si antes éramos desconfiados, pese a la amabilidad que nos atribuyen en las agencias de viajes, ahora bordeamos la paranoia. Apenas nos encontramos con los desconocidos que nos dan los buenos días. Y nos motivan a que seamos conformes con nuestro destino.

Así lo retratan estos versos que encontramos entre las páginas 11 y 12:

  • No salgamos a protestar que las calles se afean, comamos tortillas con sal, recemos tres padrenuestros. Encomendemos nuestro viaje, que una de dos o regresamos asustados o nos velan tres días con entierro de misa y danzón. Seamos buenos paisanos sigamos creyendo en nuestra gente, sigamos eligiendo presidente, sigamos bailando el son.

El retrato en 502 (llame por pagar)

Al avanzar dentro de 502 (llame por pagar), nos recordamos que vivimos en lugares donde la muerte puede acechar. Cuando vamos a comprar una bolsa de risitos a la tienda de la esquina, o atravesamos la calle de una orilla a otra para saludar a nuestros conocidos.

El poeta no se anda con complacencias. Si la audiencia amenaza con aventarle piedras y trozos de pizza a medio masticar, por presentarles este retrato de país sin símbolos patrios que lo endulcen, lo acepta e incluso los reta a que lo hagan.

Pero a pesar de, y en contra de, hay baluartes que nos ofrecen asilo.

Ahí están los colores verde y turquesa que rodean las aguas de Semuc Champey. El olor a tierra mojada después del primer aguacero y cantar al unísono con el grupo Bohemia Suburbana en sus conciertos.

También apuesta por sus artistas, sus poetas. Las canciones de Gaby Moreno, los versos de Simón Pedroza y las instalaciones de Alejandro Marré. Los epígrafes tomados de poemas de Amable Sánchez Torres, Marco Antonio Flores y Carmen Matute, nos demuestran que el espíritu de creación puede echar brotes aún en las condiciones más adversas.

Sin embargo, no hay que descuidarse. Alberto nos advierte que siempre hay una bala cargada para dispararse en contra nuestra. Los cuerdos prefieren vivir en su mundo de fantasía. Su libro nos toma de las solapas para sacudirnos y sacarnos del embotamiento.

Contacto: Cafeína Editores, [email protected] ¿Dónde conseguirlo? -Centro Cultural Macondo, parquecito de La Rotonda, Huehuetenango. -Casa del Libro, interior de Casa Cervantes, zona 1, Ciudad de Guatemala.