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Caminando por la Ciudad | Pablo Músculos

Invitado
23 de mayo, 2021

Pablo Músculos. Caminando por la Ciudad es el blog de Ángel Álvarez, quien narra historias y situaciones de los habitantes de la capital y otras ciudades.


«Súbanle más libras a estas pesas, muchá, que parecen niñitas con esos botecitos», les grita Pablo Músculos al llegar al improvisado gimnasio donde se entrena con pesas fabricadas con latas de leche y mucho cemento.

Los más cuadrados del barrio se juntan a diario para hacer muchas rutinas exageradas. Los famosos veintiunos de repeticiones, las pirámides, las series escalonadas que cada vez son más difíciles de concluir.

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Se paran frente al espejo para ver sus cuadros marcados en el abdomen. Algunos no dejan de medir sus bíceps, muslos y pantorrillas. Se sienten más toros entre más gruesas y venosas se vean.

Otros optan por tener los brazos más marcados y complementados con una espalda ancha, cintura pequeña. Y piernas semejantes a dos robles saturados de raíces saltadas.

Mientras tanto, todos salen a caminar por la ciudad con prendas de ropa demasiado ajustadas, aduciendo que la musculatura no respeta su sitio en la prenda de vestir. Aunque saben perfectamente que compran números más pequeños de su talla normal.

Varios sólo salen a pasear a sitios donde se les permita quitarse la ropa. Van a piscinas, centros de masajes, spas, baños de vapor y turicentros al aire libre. Andan casi desnudos luciendo su anatomía, donde las chicas griten al nomas verlos y comérselos con miradas lujuriosas.

Vistos como héroes

No desaprovechan cualquier medio. Sus redes sociales están saturadas con fotografías donde muestran sus mejores ángulos aceitados. Presentan videos con sus rutinas de entrenamiento y sitios donde demuestran su dieta balanceada.

También promueven la comida orgánica, sin que falten sus vitaminas generadoras de masa muscular. Gustan los batidos mágicos que aumentan el físico de manera exagerada, rápida y sospechosa.

Su espero es estar en el ojo público. Los medios de comunicación se les da un espacio para dar consejos de salud y superación. Comparten sus historias de vida, salidos de la pobreza y del barrio peligroso.

Con tintes de humildad y recomendaciones dicen cómo superar la delincuencia con ejercicios y mucha disciplina.

Aparece Pablo Músculos

Este grupo se reúne todas las mañanas, desde muy temprano, para calentar el cuerpo con carreras exhaustivas, horas de gimnasio y clases de aeróbicos.

Pero sus jornadas son interrumpidas. Todo marcha como marca la naturaleza sino fuera porque a medio entreno les interrumpe Pablo Músculos, como le apodan los vecinos. Es una persona que no hace ejercicios, sólo vive la rutina laboral, sus tiempos libres los dedica a ver televisión, beber cerveza, atiborrarse de comida chatarra y dormir.

Los comentarios son que en su anatomía algo inexplicable le acompaña y llega a demostrarles a los atletas cómo se levanta el peso de campeonato.

Mastica una tortilla embadurnada de frijoles con mucha crema. Se toma un gran pachón de atol de maíz, entra al improvisado gimnasio, empieza a reírse de los que ahí entrenan. Les insiste en practicar con peso de campeón, no con peso de niñita de ocho años.

Los afanados voltean a verlo enojados: los más nuevos lo desafían, los más antiguos sólo bajan la cabeza y siguen su rutina. Siempre se dirige al más cuadrado o al líder para retarlo a levantar esos pesos exagerados que sólo Pablo Músculos puede levantar.

Los sorprende a todos

Y el hombre deja su pan a medio morder y su atol sobre uno de los monstruos de metal, triplica el peso del que más tiene, hace rutinas más fuertes y pesadas que las de todos.

El salón se queda con la boca abierta pues no se explica cómo ese tipo que no entrena. Se la pasa comiendo mal y se está todo el día recostado viendo televisión, tiene ese superpoder capaz de ganarle a todos.

Se escuchan las grandes carcajadas de Pablo Músculos, al mismo tiempo que se termina su pan. Se empina su pachón de atol, mientras los demás se quedan tratando de encontrar la explicación a tanta fuerza que los deja ahí, humillados.

Y los más observadores se fijaron en esas marcas como pinchazos que tiene en los brazos. Tal vez ahí esté el secreto, pero Pablo les dijo que nada, esos son piquetes de zancudos, abundan mucho en esta época del año.

  • Notas relacionadas:

El chino pobre

La monja rumbera

Doña Tanates

Caminando por la Ciudad | Pablo Músculos

Invitado
23 de mayo, 2021

Pablo Músculos. Caminando por la Ciudad es el blog de Ángel Álvarez, quien narra historias y situaciones de los habitantes de la capital y otras ciudades.


«Súbanle más libras a estas pesas, muchá, que parecen niñitas con esos botecitos», les grita Pablo Músculos al llegar al improvisado gimnasio donde se entrena con pesas fabricadas con latas de leche y mucho cemento.

Los más cuadrados del barrio se juntan a diario para hacer muchas rutinas exageradas. Los famosos veintiunos de repeticiones, las pirámides, las series escalonadas que cada vez son más difíciles de concluir.

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Se paran frente al espejo para ver sus cuadros marcados en el abdomen. Algunos no dejan de medir sus bíceps, muslos y pantorrillas. Se sienten más toros entre más gruesas y venosas se vean.

Otros optan por tener los brazos más marcados y complementados con una espalda ancha, cintura pequeña. Y piernas semejantes a dos robles saturados de raíces saltadas.

Mientras tanto, todos salen a caminar por la ciudad con prendas de ropa demasiado ajustadas, aduciendo que la musculatura no respeta su sitio en la prenda de vestir. Aunque saben perfectamente que compran números más pequeños de su talla normal.

Varios sólo salen a pasear a sitios donde se les permita quitarse la ropa. Van a piscinas, centros de masajes, spas, baños de vapor y turicentros al aire libre. Andan casi desnudos luciendo su anatomía, donde las chicas griten al nomas verlos y comérselos con miradas lujuriosas.

Vistos como héroes

No desaprovechan cualquier medio. Sus redes sociales están saturadas con fotografías donde muestran sus mejores ángulos aceitados. Presentan videos con sus rutinas de entrenamiento y sitios donde demuestran su dieta balanceada.

También promueven la comida orgánica, sin que falten sus vitaminas generadoras de masa muscular. Gustan los batidos mágicos que aumentan el físico de manera exagerada, rápida y sospechosa.

Su espero es estar en el ojo público. Los medios de comunicación se les da un espacio para dar consejos de salud y superación. Comparten sus historias de vida, salidos de la pobreza y del barrio peligroso.

Con tintes de humildad y recomendaciones dicen cómo superar la delincuencia con ejercicios y mucha disciplina.

Aparece Pablo Músculos

Este grupo se reúne todas las mañanas, desde muy temprano, para calentar el cuerpo con carreras exhaustivas, horas de gimnasio y clases de aeróbicos.

Pero sus jornadas son interrumpidas. Todo marcha como marca la naturaleza sino fuera porque a medio entreno les interrumpe Pablo Músculos, como le apodan los vecinos. Es una persona que no hace ejercicios, sólo vive la rutina laboral, sus tiempos libres los dedica a ver televisión, beber cerveza, atiborrarse de comida chatarra y dormir.

Los comentarios son que en su anatomía algo inexplicable le acompaña y llega a demostrarles a los atletas cómo se levanta el peso de campeonato.

Mastica una tortilla embadurnada de frijoles con mucha crema. Se toma un gran pachón de atol de maíz, entra al improvisado gimnasio, empieza a reírse de los que ahí entrenan. Les insiste en practicar con peso de campeón, no con peso de niñita de ocho años.

Los afanados voltean a verlo enojados: los más nuevos lo desafían, los más antiguos sólo bajan la cabeza y siguen su rutina. Siempre se dirige al más cuadrado o al líder para retarlo a levantar esos pesos exagerados que sólo Pablo Músculos puede levantar.

Los sorprende a todos

Y el hombre deja su pan a medio morder y su atol sobre uno de los monstruos de metal, triplica el peso del que más tiene, hace rutinas más fuertes y pesadas que las de todos.

El salón se queda con la boca abierta pues no se explica cómo ese tipo que no entrena. Se la pasa comiendo mal y se está todo el día recostado viendo televisión, tiene ese superpoder capaz de ganarle a todos.

Se escuchan las grandes carcajadas de Pablo Músculos, al mismo tiempo que se termina su pan. Se empina su pachón de atol, mientras los demás se quedan tratando de encontrar la explicación a tanta fuerza que los deja ahí, humillados.

Y los más observadores se fijaron en esas marcas como pinchazos que tiene en los brazos. Tal vez ahí esté el secreto, pero Pablo les dijo que nada, esos son piquetes de zancudos, abundan mucho en esta época del año.

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