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Historias Urbanas | Eric Burdon también cumple 80 años

Invitado
09 de mayo, 2021

Eric Burdon también cumple 80 años. Esta es la historia urbana de José Vicente Solórzano Aguilar.

Eric Burdon conserva su pasaporte británico aunque dejó su país de origen en 1968. Es un superviviente: lo delatan las arrugas que le cuartean el rostro y el pelo blanco, a veces revuelto, que aún le cubre el cráneo.

Retiene la tersa mirada de sus ojos verdes y luce su bigotito bien recortado sobre el labio superior. Años atrás se sometió a cirugía para aliviar los dolores que le maltrataron la espalda. Pero apenas se sube al escenario se siente capaz de correr de una esquina a otra ante la respuesta que recibe del público.

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Nació poco antes de que el hospital donde atendieron a su madre, Irene, fuera alcanzado por el ataque aéreo que lanzó la Luftwafe alemana sobre Newcastle-upon-Tyne, su ciudad natal, el 11 de mayo de 1941.

La música afroamericana lo atrajo desde los diez años, cuando vio a Louis Armstrong en el televisor a blanco y negro comprado por su padre, Matthew.

El asma, agravada por la humedad procedente del cercano y contaminado río Tyne, lo apresó desde pequeño. Quiso tocar el trombón, pero aprendió a controlar su respiración para cantar a todo volumen. Supo ganarse la vida: trabajó de cartero, dibujó planos para construcciones, llegó a cargar bultos.

Sacó los básicos en la escuela para varones y señoritas situada en Wharrier Street. Estudió el diversificado en el colegio de arte y diseño industrial ahora conocido como Mandela Building.

Burdon: “Rogaba que me dejaran cantar”

«Cuando muchacho, me iba a los clubs de jazz y blues por todo Newcastle y rogaba que me dejaran cantar», recordó en entrevista con Jim Clash para la revista Forbes.

«Cierto día me dijeron que cantara en un grupo de jazz, yo tenía 17 años. Apenas tomé el micrófono supe del poder de mi voz. La banda se llamaba Pagan Jazzmen, tenía cinco, seis o siete miembros según la cantidad que estuviera sobre el escenario.

Me llamaron porque era el único tipo que podía cantar al estilo de Joe Turner y Pete Johnson. Poco después, tuve chance de grabar “directo a disco”. Pude oír mi voz desde el gramófono en el estudio Morton Sound, situado en Newcastle West End.

Podía durar hasta diez reproducciones y de ahí se desintegraba, pero me dejó escuchar mi voz por primera vez. Fue una experiencia rara. Pocos años después compartí escenario y grabé con grandes figuras, como Sony Boy Williamson».

Ahí está esa voz registrada en decenas de canciones a partir de 1963, cuando se unió al grupo fundado como el Alan Price Rhythm and Blues Combo y renombrado The Animals en honor al pandillero local Animal Hogg.

Encontró las referencias que necesitaba en Ray Charles, Etta James, Bo Diddley, Chuck Berry y John Lee Hooker. Los datos personales presentados en el primer disco americano de The Animals, puesto a la venta en septiembre de 1964, resumían su ambición personal. Además, su anhelo profesional en dos metas: «girar por los Estados Unidos en carro y conocer a los bluesmen en su terruño». Es fácil imaginarse sus nervios cuando lo contemplaron desde las altas figuras de Hooker, Berry y Williamson antes que le apretaran las manos.

«Siempre nos reímos de ese asunto de la “invasión británica”», respondió a Jim Clash acerca de su primer cruce del Atlántico.

«Fue un término que acuñó Walter Cronkite, el reportero número 1 de la cbs, para meternos a todos dentro de la misma canasta. Poco tenía que ver con la música, no hubo ningún plan secreto para tomar por asalto a los Estados Unidos.

Dicho esto, les permitió que escucharan la música que inventaron, pero ahora devuelta con nueva pasión. Fue un lazo favorable que ayudó un poquito al entendimiento (algunos podrían decir que fue un renacimiento musical).

En cierta forma, pienso que ayudó a abrir las mentes y eliminar ciertas barreras. Para nosotros fue el boleto para salir de Newcastle, irnos del Reino Unido y llegar directo a los Estados Unidos. Estábamos emocionados de encontrarnos en la tierra donde nacieron el jazz, el blues y el rock and roll».

Sus primeras interpretaciones

Primero sobresalió como intérprete de canciones ajenas: «House of The Rising Sun», «Blue Feeling», «The History of Bo Diddley», y «Baby Let Me Take You Home». También «Don’t Let Me Be Misunderstood», «It’s My Life», «Don’t Bring Me Down», «See See Rider».

Sonaron en los repasos de la juventud guatemalteca; «See See Rider» fue versionada por el grupo sos. Después cantó acerca de lo que aprendió y lo que vivió. El cambio llegó con el desbande de The Animals y la pronta fundación de The New Animals.

Echó mano de sus recuerdos de infancia y adolescencia en la Inglaterra posterior a la Segunda Guerra Mundial. Se acordó del cigarrillo que fumó a los diez años y de su primer amor a los 13, él novato, ella experimentada.

Contador de historias

También pensó en los buenos tiempos que desperdició mientras disfrutaba de los buenos tiempos. Se descubrió como contador de historias.

Ahí está la espléndida fábula moral incluida en «Sky Pilot» —conocida en nuestros rumbos por su traducción literal, «piloto espacial»—. Trata del capellán militar que bendice a los soldados antes de que partan al frente; la patria los absolverá si desobedecen el primer mandamiento, pero no se olvidarán de su bautismo de fuego:

Son soldados de Dios,

deben entender

que el destino de su país

está en sus jóvenes manos.

Que Dios les dé fuerza,

hagan muy bien su trabajo.

Si valió la pena,

sólo el tiempo lo dirá.

Regresan temprano,

con lágrimas en los ojos.

La peste a muerte

se eleva a los cielos.

Un soldado todo afectado

se le queda viendo al capellán.

Recuerda las palabras:

«no matarás».1

Fijó su residencia en San Francisco. Frank Zappa desestimó la escena local. «Pensé que iba a encontrarme con maravillas y milagros, y escuché a un puñado de grupos de blues blanco que no sonaban tan fuera de lo común como mi bandita de la secundaria».

Para él fue una certeza: «No nací acá, pero tal vez muera aquí». Ahondó su conocimiento de la música afroamericana como parte del grupo War en 1969; la tropa lo abandonó en pos de un contrato más lucrativo en 1971. Males del negocio.

https://www.youtube.com/watch?v=3i0DMbCKnAg

Probó suerte en Alemania Occidental desde 1977 hasta su arresto por posesión de drogas en 1983. Grabó discos que apenas rozaron las listas de ventas: Survivor (1977), I Used To Be An Animal (1988), My Secret Life (2004), Soul of a Man (2006).

Nota de interés: Historias Urbanas | Reír a pesar de los atrasos

Su más reciente larga duración apareció en enero de 2013 bajo el título de ‘Til Your River Runs Dry. «Mirar hacia el pasado con ojo sincero es un proceso doloroso, pero sólo pueden hacerlo quienes sobrevivieron y observaron el desfile de aquellos cuyas existencias fueron deshechas a tierna edad. Mis varios amigos que se fueron antes, en la plenitud de su vida, por siempre 27», escribió en la contraportada.

Se inspiró en el rescate de Antoine «Fats» Domino cuando el huracán Katrina arrasó con Nueva Orleans. Recordó su asistencia al funeral de Bo Diddley y se soñó de visita en la Casa Blanca para recomendarle al presidente que sea amistoso con sus vecinos, traiga a los soldados de regreso y reconstruya el país desde dentro.

Ahora reside en el pueblo californiano de Ojai, donde el martes 11 de mayo recibirá el abrazo de su esposa Marianna. Además, leerá los mensajes que sus admiradores le enviarán a través de redes sociales y recibirá las llamadas telefónicas que lo felicitarán.

Eric Victor Burdon nació el 11 de mayo de 1941 en Walker, Newcastle.

Historias Urbanas | Eric Burdon también cumple 80 años

Invitado
09 de mayo, 2021

Eric Burdon también cumple 80 años. Esta es la historia urbana de José Vicente Solórzano Aguilar.

Eric Burdon conserva su pasaporte británico aunque dejó su país de origen en 1968. Es un superviviente: lo delatan las arrugas que le cuartean el rostro y el pelo blanco, a veces revuelto, que aún le cubre el cráneo.

Retiene la tersa mirada de sus ojos verdes y luce su bigotito bien recortado sobre el labio superior. Años atrás se sometió a cirugía para aliviar los dolores que le maltrataron la espalda. Pero apenas se sube al escenario se siente capaz de correr de una esquina a otra ante la respuesta que recibe del público.

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Nació poco antes de que el hospital donde atendieron a su madre, Irene, fuera alcanzado por el ataque aéreo que lanzó la Luftwafe alemana sobre Newcastle-upon-Tyne, su ciudad natal, el 11 de mayo de 1941.

La música afroamericana lo atrajo desde los diez años, cuando vio a Louis Armstrong en el televisor a blanco y negro comprado por su padre, Matthew.

El asma, agravada por la humedad procedente del cercano y contaminado río Tyne, lo apresó desde pequeño. Quiso tocar el trombón, pero aprendió a controlar su respiración para cantar a todo volumen. Supo ganarse la vida: trabajó de cartero, dibujó planos para construcciones, llegó a cargar bultos.

Sacó los básicos en la escuela para varones y señoritas situada en Wharrier Street. Estudió el diversificado en el colegio de arte y diseño industrial ahora conocido como Mandela Building.

Burdon: “Rogaba que me dejaran cantar”

«Cuando muchacho, me iba a los clubs de jazz y blues por todo Newcastle y rogaba que me dejaran cantar», recordó en entrevista con Jim Clash para la revista Forbes.

«Cierto día me dijeron que cantara en un grupo de jazz, yo tenía 17 años. Apenas tomé el micrófono supe del poder de mi voz. La banda se llamaba Pagan Jazzmen, tenía cinco, seis o siete miembros según la cantidad que estuviera sobre el escenario.

Me llamaron porque era el único tipo que podía cantar al estilo de Joe Turner y Pete Johnson. Poco después, tuve chance de grabar “directo a disco”. Pude oír mi voz desde el gramófono en el estudio Morton Sound, situado en Newcastle West End.

Podía durar hasta diez reproducciones y de ahí se desintegraba, pero me dejó escuchar mi voz por primera vez. Fue una experiencia rara. Pocos años después compartí escenario y grabé con grandes figuras, como Sony Boy Williamson».

Ahí está esa voz registrada en decenas de canciones a partir de 1963, cuando se unió al grupo fundado como el Alan Price Rhythm and Blues Combo y renombrado The Animals en honor al pandillero local Animal Hogg.

Encontró las referencias que necesitaba en Ray Charles, Etta James, Bo Diddley, Chuck Berry y John Lee Hooker. Los datos personales presentados en el primer disco americano de The Animals, puesto a la venta en septiembre de 1964, resumían su ambición personal. Además, su anhelo profesional en dos metas: «girar por los Estados Unidos en carro y conocer a los bluesmen en su terruño». Es fácil imaginarse sus nervios cuando lo contemplaron desde las altas figuras de Hooker, Berry y Williamson antes que le apretaran las manos.

«Siempre nos reímos de ese asunto de la “invasión británica”», respondió a Jim Clash acerca de su primer cruce del Atlántico.

«Fue un término que acuñó Walter Cronkite, el reportero número 1 de la cbs, para meternos a todos dentro de la misma canasta. Poco tenía que ver con la música, no hubo ningún plan secreto para tomar por asalto a los Estados Unidos.

Dicho esto, les permitió que escucharan la música que inventaron, pero ahora devuelta con nueva pasión. Fue un lazo favorable que ayudó un poquito al entendimiento (algunos podrían decir que fue un renacimiento musical).

En cierta forma, pienso que ayudó a abrir las mentes y eliminar ciertas barreras. Para nosotros fue el boleto para salir de Newcastle, irnos del Reino Unido y llegar directo a los Estados Unidos. Estábamos emocionados de encontrarnos en la tierra donde nacieron el jazz, el blues y el rock and roll».

Sus primeras interpretaciones

Primero sobresalió como intérprete de canciones ajenas: «House of The Rising Sun», «Blue Feeling», «The History of Bo Diddley», y «Baby Let Me Take You Home». También «Don’t Let Me Be Misunderstood», «It’s My Life», «Don’t Bring Me Down», «See See Rider».

Sonaron en los repasos de la juventud guatemalteca; «See See Rider» fue versionada por el grupo sos. Después cantó acerca de lo que aprendió y lo que vivió. El cambio llegó con el desbande de The Animals y la pronta fundación de The New Animals.

Echó mano de sus recuerdos de infancia y adolescencia en la Inglaterra posterior a la Segunda Guerra Mundial. Se acordó del cigarrillo que fumó a los diez años y de su primer amor a los 13, él novato, ella experimentada.

Contador de historias

También pensó en los buenos tiempos que desperdició mientras disfrutaba de los buenos tiempos. Se descubrió como contador de historias.

Ahí está la espléndida fábula moral incluida en «Sky Pilot» —conocida en nuestros rumbos por su traducción literal, «piloto espacial»—. Trata del capellán militar que bendice a los soldados antes de que partan al frente; la patria los absolverá si desobedecen el primer mandamiento, pero no se olvidarán de su bautismo de fuego:

Son soldados de Dios,

deben entender

que el destino de su país

está en sus jóvenes manos.

Que Dios les dé fuerza,

hagan muy bien su trabajo.

Si valió la pena,

sólo el tiempo lo dirá.

Regresan temprano,

con lágrimas en los ojos.

La peste a muerte

se eleva a los cielos.

Un soldado todo afectado

se le queda viendo al capellán.

Recuerda las palabras:

«no matarás».1

Fijó su residencia en San Francisco. Frank Zappa desestimó la escena local. «Pensé que iba a encontrarme con maravillas y milagros, y escuché a un puñado de grupos de blues blanco que no sonaban tan fuera de lo común como mi bandita de la secundaria».

Para él fue una certeza: «No nací acá, pero tal vez muera aquí». Ahondó su conocimiento de la música afroamericana como parte del grupo War en 1969; la tropa lo abandonó en pos de un contrato más lucrativo en 1971. Males del negocio.

https://www.youtube.com/watch?v=3i0DMbCKnAg

Probó suerte en Alemania Occidental desde 1977 hasta su arresto por posesión de drogas en 1983. Grabó discos que apenas rozaron las listas de ventas: Survivor (1977), I Used To Be An Animal (1988), My Secret Life (2004), Soul of a Man (2006).

Nota de interés: Historias Urbanas | Reír a pesar de los atrasos

Su más reciente larga duración apareció en enero de 2013 bajo el título de ‘Til Your River Runs Dry. «Mirar hacia el pasado con ojo sincero es un proceso doloroso, pero sólo pueden hacerlo quienes sobrevivieron y observaron el desfile de aquellos cuyas existencias fueron deshechas a tierna edad. Mis varios amigos que se fueron antes, en la plenitud de su vida, por siempre 27», escribió en la contraportada.

Se inspiró en el rescate de Antoine «Fats» Domino cuando el huracán Katrina arrasó con Nueva Orleans. Recordó su asistencia al funeral de Bo Diddley y se soñó de visita en la Casa Blanca para recomendarle al presidente que sea amistoso con sus vecinos, traiga a los soldados de regreso y reconstruya el país desde dentro.

Ahora reside en el pueblo californiano de Ojai, donde el martes 11 de mayo recibirá el abrazo de su esposa Marianna. Además, leerá los mensajes que sus admiradores le enviarán a través de redes sociales y recibirá las llamadas telefónicas que lo felicitarán.

Eric Victor Burdon nació el 11 de mayo de 1941 en Walker, Newcastle.