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Urgen liderazgos municipales efectivos

Redacción República
15 de octubre, 2014

Lograr calidad de vida en los
municipios requiere de liderazgo renovado, responsabilidad y focalización. De
cada 100 quetzales que gastan las alcaldías en 4 departamentos del occidente
del país en el año 2013, solamente Q. 6.25 son fondos propios. Y si a esto
sumamos que el gobierno central tiene baja recaudación, ¿hacia dónde vamos?


Argumentos que justifican la
pereza fiscal en los municipios, habrán muchos, pero no quiero alimentar este círculo
vicioso que ha servido para escudar a algunos alcaldes populistas que bajo la
premisa del: ‘no cobro de servicios,
impuestos locales, lo regalo todo, es obligación del Estado’
entre otras
ofertas, prestan pésimos servicios y de mala calidad.

Esa alta dependencia del
gobierno central es muy peligrosa, porque cuando éste no tenga la capacidad de
recaudar, como se muestra hasta ahora, esos municipios se quedarán sin alcaldía
y sin proyectos o servicios; salvo que se recupere la vocación y espíritu de
servicio que caracterizaba a las autoridades de antes de 1986, cuando no
existían esas transferencias financieras.

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Estadística reflejada por la Asociación
Nacional de Municipalidades (ANAM) con apoyo del Programa de Gobernabilidad
Local de USAID, solo 6 de 334 municipios recaudaron hasta 50% de sus ingresos;
que es un porcentaje aceptable en países como Chile, lo que dignifica
verdaderamente la autonomía. Por otro lado, municipios de Quiché,
Huehuetenango, Totonicapán, Sololá y Zacapa son quienes menos recaudación
tienen a nivel nacional. Resulta contrastante que el Congreso de la República autorizara
éste año crear 4 municipios más, sin condición alguna.

Una condición debiera ser
perder la categoría de municipio si no alcanza al menos la generación del 40%
de sus ingresos, y que implique sustituir al Concejo Municipal por una
administración efectiva.

Con una baja recaudación
nacional y 6.25% de recaudación local, sería justo que esos gobiernos se
focalicen en cumplir por lo menos uno de sus mandatos de ley, “abastecimiento domiciliario de agua potable
debidamente clorada”
, puesto que en el occidente del país 40% de las viviendas
carece de servicios de agua y más del 90% de servicios existentes están contaminados
de coliformes fecales.

Según UNICEF “el agua contaminada es uno de principales
productores de parásitos intestinales, y se da por consumo de alimentos
preparados con agua contaminada, los cuales producen infecciones, que
dependiendo de la gravedad, pueden provocar desnutrición, anemia y retrasos en
el crecimiento. La niñez es la más vulnerable. Las enfermedades diarreicas se
pueden prevenir con agua potable”
. Lo expuesto con anterioridad se confirma
con otras cifras, considerando que el promedio nacional de desnutrición en
Guatemala es de 49% en niños de 0 a 5 años de edad y en Quiché este asciende a 65%;
Huehuetenango con 81%; Totonicapán 68% y Sololá 72%.

Ese mal es visible en la
estatura y el peso; pero sus efectos invisibles está entre otras en retardo en
el desarrollo cerebral, bajo nivel de rendimiento escolar, inasistencia a la
escuela, incluso hasta provocar la muerte; más horas perdidas en el trabajo de
los padres, mucho se resolvería si las alcaldías hacen esfuerzo fiscal para
llevar bienestar a la población, para lo cual es preciso invitar también a
otros sectores, autoridades y organizaciones locales a que no se dejen distraer
por otras cosas que no tengan nada que ver con el desarrollo humano.

Si sus autoridades o cualquier
persona les dice que les van a regalar todo, sepan que los está condenando a
tener una vida no digna. Alcaldes, dialoguen con la verdad, encontrarán apoyo
de sus vecinos para ser sostenible los servicios municipales, tendrán la
calidad esperada y por consiguiente habrá calidad de vida.

Urgen liderazgos municipales efectivos

Redacción República
15 de octubre, 2014

Lograr calidad de vida en los
municipios requiere de liderazgo renovado, responsabilidad y focalización. De
cada 100 quetzales que gastan las alcaldías en 4 departamentos del occidente
del país en el año 2013, solamente Q. 6.25 son fondos propios. Y si a esto
sumamos que el gobierno central tiene baja recaudación, ¿hacia dónde vamos?


Argumentos que justifican la
pereza fiscal en los municipios, habrán muchos, pero no quiero alimentar este círculo
vicioso que ha servido para escudar a algunos alcaldes populistas que bajo la
premisa del: ‘no cobro de servicios,
impuestos locales, lo regalo todo, es obligación del Estado’
entre otras
ofertas, prestan pésimos servicios y de mala calidad.

Esa alta dependencia del
gobierno central es muy peligrosa, porque cuando éste no tenga la capacidad de
recaudar, como se muestra hasta ahora, esos municipios se quedarán sin alcaldía
y sin proyectos o servicios; salvo que se recupere la vocación y espíritu de
servicio que caracterizaba a las autoridades de antes de 1986, cuando no
existían esas transferencias financieras.

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Estadística reflejada por la Asociación
Nacional de Municipalidades (ANAM) con apoyo del Programa de Gobernabilidad
Local de USAID, solo 6 de 334 municipios recaudaron hasta 50% de sus ingresos;
que es un porcentaje aceptable en países como Chile, lo que dignifica
verdaderamente la autonomía. Por otro lado, municipios de Quiché,
Huehuetenango, Totonicapán, Sololá y Zacapa son quienes menos recaudación
tienen a nivel nacional. Resulta contrastante que el Congreso de la República autorizara
éste año crear 4 municipios más, sin condición alguna.

Una condición debiera ser
perder la categoría de municipio si no alcanza al menos la generación del 40%
de sus ingresos, y que implique sustituir al Concejo Municipal por una
administración efectiva.

Con una baja recaudación
nacional y 6.25% de recaudación local, sería justo que esos gobiernos se
focalicen en cumplir por lo menos uno de sus mandatos de ley, “abastecimiento domiciliario de agua potable
debidamente clorada”
, puesto que en el occidente del país 40% de las viviendas
carece de servicios de agua y más del 90% de servicios existentes están contaminados
de coliformes fecales.

Según UNICEF “el agua contaminada es uno de principales
productores de parásitos intestinales, y se da por consumo de alimentos
preparados con agua contaminada, los cuales producen infecciones, que
dependiendo de la gravedad, pueden provocar desnutrición, anemia y retrasos en
el crecimiento. La niñez es la más vulnerable. Las enfermedades diarreicas se
pueden prevenir con agua potable”
. Lo expuesto con anterioridad se confirma
con otras cifras, considerando que el promedio nacional de desnutrición en
Guatemala es de 49% en niños de 0 a 5 años de edad y en Quiché este asciende a 65%;
Huehuetenango con 81%; Totonicapán 68% y Sololá 72%.

Ese mal es visible en la
estatura y el peso; pero sus efectos invisibles está entre otras en retardo en
el desarrollo cerebral, bajo nivel de rendimiento escolar, inasistencia a la
escuela, incluso hasta provocar la muerte; más horas perdidas en el trabajo de
los padres, mucho se resolvería si las alcaldías hacen esfuerzo fiscal para
llevar bienestar a la población, para lo cual es preciso invitar también a
otros sectores, autoridades y organizaciones locales a que no se dejen distraer
por otras cosas que no tengan nada que ver con el desarrollo humano.

Si sus autoridades o cualquier
persona les dice que les van a regalar todo, sepan que los está condenando a
tener una vida no digna. Alcaldes, dialoguen con la verdad, encontrarán apoyo
de sus vecinos para ser sostenible los servicios municipales, tendrán la
calidad esperada y por consiguiente habrá calidad de vida.