El domingo 26 de octubre se celebraron importantes elecciones en cuatro muy diferentes países del mundo: Túnez, Uruguay, Ucrania y Brasil. Cada uno con modelos distintos y con muchas cosas en juego pero cada uno con importantes lecciones para el mundo entero.
Iniciamos con Túnez, el pequeño país árabe del norte de África que fue el punto de partida para las “primaveras árabes” que iniciaron hace ya casi cuatro años. Estas elecciones reflejarán si el país sigue siendo el modelo a seguir de dichos movimientos que descendieron en caos o en “inviernos árabes” como en Egipto y auténticos infiernos en Libia y Siria. Con más del 60% de empadronados acudiendo a las urnas, y medio centenar de partidos compitiendo, la contienda se reduce al moderado partido islámico Ennahda o al secular partido Nidda Tounes su más cercano rival. Más allá de quien gane, lo importante serán las reformas que establecerán para fortalecer la democracia o bien para alejarse de ella.
El domingo 26 de octubre se celebraron importantes elecciones en cuatro muy diferentes países del mundo: Túnez, Uruguay, Ucrania y Brasil. Cada uno con modelos distintos y con muchas cosas en juego pero cada uno con importantes lecciones para el mundo entero.
Iniciamos con Túnez, el pequeño país árabe del norte de África que fue el punto de partida para las “primaveras árabes” que iniciaron hace ya casi cuatro años. Estas elecciones reflejarán si el país sigue siendo el modelo a seguir de dichos movimientos que descendieron en caos o en “inviernos árabes” como en Egipto y auténticos infiernos en Libia y Siria. Con más del 60% de empadronados acudiendo a las urnas, y medio centenar de partidos compitiendo, la contienda se reduce al moderado partido islámico Ennahda o al secular partido Nidda Tounes su más cercano rival. Más allá de quien gane, lo importante serán las reformas que establecerán para fortalecer la democracia o bien para alejarse de ella.