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Los super-gerentes y la desigualdad

Redacción República
06 de octubre, 2014

Thomas Piketty, economista francés y autor de Capital en el Siglo XXI, argumenta que la desigualdad de la riqueza ha incrementado en varios países desarrollados y que una de las causas ha sido la emergencia de los ‘super-gerentes’. En Capital en el Siglo XXI Piketty argumenta que la desigualdad es fundamentalmente negativa y que es necesario tomar medidas para cambiar la tendencia. Uno de los países que Piketty más critica es los Estados Unidos, el enfoque de su análisis es peculiar, ya que los Estados Unidos ha sido un ejemplo de desarrollo económico y es donde la mayoría de inmigrantes quieren ir en búsqueda de un mejor futuro. En general pienso que primero debemos buscar la forma más rápida de reducir la pobreza, independientemente si la desigualdad incrementa en el proceso. Sin embargo, el libro de Piketty ha generado un debate intenso entre académicos y políticos en Europa y Estados Unidos, y su libro tiene varios temas que deben ser analizados detenidamente, uno de ellos es su crítica de los ‘super-gerentes’.

En su libro Piketty analiza la desigualdad de ingresos derivada de ingresos de capital y la desigualdad de ingresos derivada de salarios. Según Piketty, históricamente la desigualdad de riqueza en los Estados Unidos ha ido incrementandose en gran parte por el incremento en los salarios de gerentes de las grandes corporaciones, los cuales denomina ‘super-gerentes’. Luego procede a criticar este fenómeno, diciendo que muchos gerentes tienen la capacidad de decidir o influenciar en gran medida su propio salario y que, analizando la productividad o desempeño de las empresas, no se puede comprobar que dichos gerentes han generado valor para sus respectivas empresas. Piketty menciona que lo que más afecta a las empresas son variables externas, como una crisis económica, y que variables internas, como decisiones gerenciales, son importantes pero que son secundarias y que los individuos realizando las decisiones son fácilmente replicables. A Piketty le parece extravagante tener salarios de millones de dólares para gerentes, dice que esto aumenta la desigualdad y que probablemente no se merecen ese salario porque su productividad no lo justifica.

A Piketty no le parece importar que las grandes corporaciones operan en un ambiente extremadamente competitivo, la mayoría de sectores en la economía tienen competencia local y competencia internacional, y las decisiones estratégicas de la alta gerencia pueden tener repercusiones importantes para el corto y largo plazo. Quien no hubiera querido tener a Steve Jobs liderando una empresa de tecnología, o a Warren Buffet en una empresa de inversiones, los líderes de las corporaciones son precisamente eso, líderes. Y al estar a cargo de empresas cuyo valor en muchas ocasiones es de billones de dólares, me parece que las juntas directivas de dichas empresas hacen lo correcto en contratar a los mejores individuos para tomar las decisiones, aunque su salario sea de millones de dólares.

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Las decisiones estratégicas de los altos ejecutivos dependerá no solo el valor de la compañía, sino el futuro de las personas que trabajan para la empresa o depended de la empresa a través de relaciones comerciales. Los individuos ocupando esos puestos no son fácilmente reemplazables, si lo fueran, su salario no sería tan alto. Analizar si los ejecutivos se merecen su salario puede ser muy útil para las empresas, ya podrán entender si su estructura salarial es la óptima para su organización. Sin embargo, no debemos olvidar que los contratos laborales son entre el trabajador y su empleador y son voluntarios. Inclusive los gerentes generales de las grandes corporaciones tienen un jefe, y la compensación salarial que ellos negocien es parte de un contrato privado.

La única persona o grupo de personas que pueden determinar si un gerente general o un grupo de gerentes se merecen lo que ganan son los accionistas de la empresa, son ellos los que pierden dinero si los gerentes toman malas decisiones y son ellos los que deciden recompensar el buen rendimiento, cualquiera que haya trabajado en una empresa y sea responsable de un área de negocio entiende esto perfectamente. En su crítica a los ‘super-gerentes’ Piketty parece haber analizado una gran cantidad de estadísticas, pero se le olvido aplicar una de nuestras herramientas más poderosas, el sentido común.

Los super-gerentes y la desigualdad

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06 de octubre, 2014

Thomas Piketty, economista francés y autor de Capital en el Siglo XXI, argumenta que la desigualdad de la riqueza ha incrementado en varios países desarrollados y que una de las causas ha sido la emergencia de los ‘super-gerentes’. En Capital en el Siglo XXI Piketty argumenta que la desigualdad es fundamentalmente negativa y que es necesario tomar medidas para cambiar la tendencia. Uno de los países que Piketty más critica es los Estados Unidos, el enfoque de su análisis es peculiar, ya que los Estados Unidos ha sido un ejemplo de desarrollo económico y es donde la mayoría de inmigrantes quieren ir en búsqueda de un mejor futuro. En general pienso que primero debemos buscar la forma más rápida de reducir la pobreza, independientemente si la desigualdad incrementa en el proceso. Sin embargo, el libro de Piketty ha generado un debate intenso entre académicos y políticos en Europa y Estados Unidos, y su libro tiene varios temas que deben ser analizados detenidamente, uno de ellos es su crítica de los ‘super-gerentes’.

En su libro Piketty analiza la desigualdad de ingresos derivada de ingresos de capital y la desigualdad de ingresos derivada de salarios. Según Piketty, históricamente la desigualdad de riqueza en los Estados Unidos ha ido incrementandose en gran parte por el incremento en los salarios de gerentes de las grandes corporaciones, los cuales denomina ‘super-gerentes’. Luego procede a criticar este fenómeno, diciendo que muchos gerentes tienen la capacidad de decidir o influenciar en gran medida su propio salario y que, analizando la productividad o desempeño de las empresas, no se puede comprobar que dichos gerentes han generado valor para sus respectivas empresas. Piketty menciona que lo que más afecta a las empresas son variables externas, como una crisis económica, y que variables internas, como decisiones gerenciales, son importantes pero que son secundarias y que los individuos realizando las decisiones son fácilmente replicables. A Piketty le parece extravagante tener salarios de millones de dólares para gerentes, dice que esto aumenta la desigualdad y que probablemente no se merecen ese salario porque su productividad no lo justifica.

A Piketty no le parece importar que las grandes corporaciones operan en un ambiente extremadamente competitivo, la mayoría de sectores en la economía tienen competencia local y competencia internacional, y las decisiones estratégicas de la alta gerencia pueden tener repercusiones importantes para el corto y largo plazo. Quien no hubiera querido tener a Steve Jobs liderando una empresa de tecnología, o a Warren Buffet en una empresa de inversiones, los líderes de las corporaciones son precisamente eso, líderes. Y al estar a cargo de empresas cuyo valor en muchas ocasiones es de billones de dólares, me parece que las juntas directivas de dichas empresas hacen lo correcto en contratar a los mejores individuos para tomar las decisiones, aunque su salario sea de millones de dólares.

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Las decisiones estratégicas de los altos ejecutivos dependerá no solo el valor de la compañía, sino el futuro de las personas que trabajan para la empresa o depended de la empresa a través de relaciones comerciales. Los individuos ocupando esos puestos no son fácilmente reemplazables, si lo fueran, su salario no sería tan alto. Analizar si los ejecutivos se merecen su salario puede ser muy útil para las empresas, ya podrán entender si su estructura salarial es la óptima para su organización. Sin embargo, no debemos olvidar que los contratos laborales son entre el trabajador y su empleador y son voluntarios. Inclusive los gerentes generales de las grandes corporaciones tienen un jefe, y la compensación salarial que ellos negocien es parte de un contrato privado.

La única persona o grupo de personas que pueden determinar si un gerente general o un grupo de gerentes se merecen lo que ganan son los accionistas de la empresa, son ellos los que pierden dinero si los gerentes toman malas decisiones y son ellos los que deciden recompensar el buen rendimiento, cualquiera que haya trabajado en una empresa y sea responsable de un área de negocio entiende esto perfectamente. En su crítica a los ‘super-gerentes’ Piketty parece haber analizado una gran cantidad de estadísticas, pero se le olvido aplicar una de nuestras herramientas más poderosas, el sentido común.