Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Buffet Político

Ramon Parellada
14 de noviembre, 2014

Nos encontramos a escasos meses para poder degustar
nuevamente de un buffet con gran
variedad de alimentos. Este es un buffet
bien conocido por la mayoría de guatemaltecos ya que solo abre sus puertas cada
cuatro años, aunque los que lo sirven se pasan metidos en la cocina los cuatro
años jugando con lo que van a servir y metiendo los dedos en el atol que luego
le darán a los ciudadanos… Este buffet
es en realidad asqueroso. Se me revuelve el estómago con el solo hecho de
pensar en quienes preparan la comida que se va a servir. Esta comida, estimados
lectores, esta pasada y nos la vienen sirviendo desde hace casi treinta años.

Cada cuatro años nos dicen que va a haber un menú con nuevos
platillos, que nos darán de beber agua fresca y que las tortillas están recién
salidas del comal. La realidad es que el agua está más estancada que la del
lago de Amatitlán, las tortillas más duras que una piedra, y los platillos
burbujean de putrefacción.

Los ciudadanos deben entrar al buffet para escoger su alimento esperando que este sea el que menos
mal le haga. No le haría gracia a ninguno andar en carreritas, como decía mi bisabuela, después de ingerir estos
alimentos manoseados. Lo peor es que si le cae mal la comida no se puede ir a
quejar con el gerente del buffet ni
con ninguno ya que ellos mismos son los que elaboran las normas de higiene y
calidad para luego ser los primeros en violarlas o asegurarse que la normativa
le aplique a todos menos a ellos.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

¡Que ingenuos somos! Nos creemos las cancioncitas,
comprometemos a nuestros hijos por una bolsita de comida y volvemos a caer en
la misma trampa de siempre. Mientras preparan el venenoso buffet, estos traidores se comienzan su metamorfosis. Se arreglan
las arrugas, blanquean los dientes, compran ropa nueva, se pintan el pelo y
comienzan su show. Se ponen tan bonitos
y simpáticos que a la mayoría se les olvida, al igual que cuando ven a Mickey Mouse, que debajo de sus guantes,
trajecito y sonrisa, es en realidad una gran rata.

Lo mismo aplica. La mayoría de los mal llamados políticos
actuales son iguales que Mickey Mouse.
Nos vienen a prometer el cielo cuando nos mantienen a su gusto y antojo en el
infierno. Nos dicen que traen propuestas nuevas y que no son como el resto
cuando la verdad es que son lo mismo y no traen nada nuevo, lo único que los
diferencia en realidad es su cancioncita y color de su partido. Es más, algunos
son tan dinosaurios que están allí metidos desde hace más de veinticinco años.
Me recuerdan a la solitaria. Un parásito que se acomoda y vive en las entrañas
de su huésped alimentándose con lo que a éste le cuesta conseguir con su
trabajo y el sudor de su frente. Se quedan ahí metidos creciendo, engordándose
y viviendo sin hacer mayor esfuerzo. Dejan que el pueblo haga el esfuerzo.
Pueblo compuesto por ciudadanos guatemaltecos honrados y trabajadores, que a
pesar de la inestabilidad y desgobierno causado por “iniciativas” de los mismos
de siempre, logra día a día seguir saliendo adelante, poco a poco, pero siempre
para el frente.

Tenemos esperanza todavía. Tenemos la oportunidad de elegir.
Me ilusionan en verdad las nuevas generaciones jóvenes que todavía no han
participado en las elecciones. Sueño con una Guatemala mejor, y sé que es
posible. Debemos dejar de jugar el juego que nos plantean los políticos que
están en el poder actualmente. En las próximas elecciones no reelijamos a
nadie. Razonemos el voto y dejemos de ser víctimas del buffet político. Veamos la trayectoria de los que se ofrecen como
alternativas nuevas. Veamos quienes los rodean y decidamos. Si nos vienen a
regalar camisas, láminas, juguetes, bolsas de comida, gorras quedémonoslas. No
importa lo que vengan a regalar, el voto no se compra. Ya con todo lo que nos
regalaron bien guardadito vayamos a las urnas y elijamos libremente. Nadie
sabrá por quien votamos. Votemos
responsablemente y pensando en el futuro, no en el instante. Solo así
acabaremos con este nauseabundo buffet
que nos está llevando a la perdición.

Buffet Político

Ramon Parellada
14 de noviembre, 2014

Nos encontramos a escasos meses para poder degustar
nuevamente de un buffet con gran
variedad de alimentos. Este es un buffet
bien conocido por la mayoría de guatemaltecos ya que solo abre sus puertas cada
cuatro años, aunque los que lo sirven se pasan metidos en la cocina los cuatro
años jugando con lo que van a servir y metiendo los dedos en el atol que luego
le darán a los ciudadanos… Este buffet
es en realidad asqueroso. Se me revuelve el estómago con el solo hecho de
pensar en quienes preparan la comida que se va a servir. Esta comida, estimados
lectores, esta pasada y nos la vienen sirviendo desde hace casi treinta años.

Cada cuatro años nos dicen que va a haber un menú con nuevos
platillos, que nos darán de beber agua fresca y que las tortillas están recién
salidas del comal. La realidad es que el agua está más estancada que la del
lago de Amatitlán, las tortillas más duras que una piedra, y los platillos
burbujean de putrefacción.

Los ciudadanos deben entrar al buffet para escoger su alimento esperando que este sea el que menos
mal le haga. No le haría gracia a ninguno andar en carreritas, como decía mi bisabuela, después de ingerir estos
alimentos manoseados. Lo peor es que si le cae mal la comida no se puede ir a
quejar con el gerente del buffet ni
con ninguno ya que ellos mismos son los que elaboran las normas de higiene y
calidad para luego ser los primeros en violarlas o asegurarse que la normativa
le aplique a todos menos a ellos.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

¡Que ingenuos somos! Nos creemos las cancioncitas,
comprometemos a nuestros hijos por una bolsita de comida y volvemos a caer en
la misma trampa de siempre. Mientras preparan el venenoso buffet, estos traidores se comienzan su metamorfosis. Se arreglan
las arrugas, blanquean los dientes, compran ropa nueva, se pintan el pelo y
comienzan su show. Se ponen tan bonitos
y simpáticos que a la mayoría se les olvida, al igual que cuando ven a Mickey Mouse, que debajo de sus guantes,
trajecito y sonrisa, es en realidad una gran rata.

Lo mismo aplica. La mayoría de los mal llamados políticos
actuales son iguales que Mickey Mouse.
Nos vienen a prometer el cielo cuando nos mantienen a su gusto y antojo en el
infierno. Nos dicen que traen propuestas nuevas y que no son como el resto
cuando la verdad es que son lo mismo y no traen nada nuevo, lo único que los
diferencia en realidad es su cancioncita y color de su partido. Es más, algunos
son tan dinosaurios que están allí metidos desde hace más de veinticinco años.
Me recuerdan a la solitaria. Un parásito que se acomoda y vive en las entrañas
de su huésped alimentándose con lo que a éste le cuesta conseguir con su
trabajo y el sudor de su frente. Se quedan ahí metidos creciendo, engordándose
y viviendo sin hacer mayor esfuerzo. Dejan que el pueblo haga el esfuerzo.
Pueblo compuesto por ciudadanos guatemaltecos honrados y trabajadores, que a
pesar de la inestabilidad y desgobierno causado por “iniciativas” de los mismos
de siempre, logra día a día seguir saliendo adelante, poco a poco, pero siempre
para el frente.

Tenemos esperanza todavía. Tenemos la oportunidad de elegir.
Me ilusionan en verdad las nuevas generaciones jóvenes que todavía no han
participado en las elecciones. Sueño con una Guatemala mejor, y sé que es
posible. Debemos dejar de jugar el juego que nos plantean los políticos que
están en el poder actualmente. En las próximas elecciones no reelijamos a
nadie. Razonemos el voto y dejemos de ser víctimas del buffet político. Veamos la trayectoria de los que se ofrecen como
alternativas nuevas. Veamos quienes los rodean y decidamos. Si nos vienen a
regalar camisas, láminas, juguetes, bolsas de comida, gorras quedémonoslas. No
importa lo que vengan a regalar, el voto no se compra. Ya con todo lo que nos
regalaron bien guardadito vayamos a las urnas y elijamos libremente. Nadie
sabrá por quien votamos. Votemos
responsablemente y pensando en el futuro, no en el instante. Solo así
acabaremos con este nauseabundo buffet
que nos está llevando a la perdición.