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Métodos de interrogación: ¿se vale torturar a verdugos?

Nicholas Virzi
18 de diciembre, 2014

Ya pasadas las elecciones de noviembre, 2014, y buscando una relevancia moral para la presidencia fallida de Barack Hussein Obama, los Demócratas en el Senado de Estados Unidos decidieron divulgar su informe sobre los métodos de interrogación que la agencia central de inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) utilizó para sacarle información a los terroristas que atacaron Estados Unidos sobre los futuros ataques que tenían planeados. La divulgación que Estados Unidos realizó prácticas de tortura contra terroristas islámicos asesinos culpables de planear el asesinato en sangre fría de miles de miles de civiles inocentes ha despertado – de nuevo – la indignación del mundo. Informado de nuevo sobre las estrategias de auto defensa practicadas por Estados Unidos, el mundo se ha vuelto a indignar por el trato que recibieron terroristas representantes de movimientos islámicos que, hoy, regularmente difunden videos donde muestran con gran hazaña como torturan, mutilan, y decapitan a sus victimas, para luego vender sus cadáveres, actos bárbaros que, curiosamente, no han sido objetos tan fuertes de la repudiación e indignación mundial.

En plena Guerra contra el Terrorismo, la divulgación de este informe obedece no solo a los intereses políticos de ciertos políticos Demócratas. La divulgación de secretos de guerra por parte de los Demócratas obedece también el deseo de Barack Hussein Obama de dejar un legado progresista mas allá de un monumental plan de salud que, a cinco años de haberse legislado, aún no cuenta con la aprobación del pueblo Americano, y una política externa colapsada, irrespetada tanto por los disque aliados de Estados Unidos como por sus enemigos, sobre todo en el Medio Oriente.

El gobierno de Barack Hussein Obama ha sido calificado por importantes medios progresistas como el menos transparente y abierto de toda la historia de la República Americana. Luego de haber criticado el abuso del privilegio ejecutivo por el Presidente George W. Bush, quien lo afirmaba en casos de secretos de Estado, el Presidente Obama ha reclamado privilegio ejecutivo para protegerse de criticas por escándalos políticos de su propia creación y que no tienen ningún vinculo con temas de Estado. Por esta razón, no es creíble que la divulgación del informe sea motivada por un deseo de ser mas transparente con el mundo sobre las prácticas de interrogación que Estados Unidos decidió aplicar contra los terroristas mas peligrosos del mundo inmediatamente después que habrían logrado el ataque externo mas mortal en territorio Americano.

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El informe de Terrorismo, como se le ha llamado en los medios, contiene graves defectos de nacimiento, que le restan credibilidad y legitimidad. En primer lugar, el informe no expone el contexto en el que se operaba en el momento que se ordenó la tortura de los terroristas, el temor de un posible ataque terrorista nuclear contra Estados Unidos de parte de un grupo terrorista del que se sabía muy poco; en pocas palabras, un ambiente de altísima incertidumbre y aversión al riesgo. Como segundo punto, el informe no contó con la participación de ninguno de los Republicanos miembros del Comité Selecto de Inteligencia del Senado de Estados Unidos, a pesar que importantes Senadores Republicanos como John McCain, Lindsey Graham y John Warner habían sido muy firmes desde un inicio en sus deseos de restringir las prácticas de interrogación implementadas por la CIA. Como tercer punto, en la investigación realizada para sustentar el informe no se hablo con nadie encargado de las interrogaciones, ni tampoco ninguno de los directores de la CIA, desde George Tenet, Porter Goss, Michael Hayden, Leon Panetta, David Petraeus, o el actual John Brennan. Vale recordar que el Director en el momento de las torturas fue George Tenet, nombrado por el Presidente Bill Clinton.

En cuarto lugar, y tal vez la falla mas grave del informe sobre tortura, carece totalmente de auto reflexión por parte de los Senadores Demócratas. La Administración de George W. Bush obtuvo el permiso legal para realizar sus practicas de interrogación del Departamento de Justicia, el mismo Departamento que le informó a Obama que tenía la autoridad de emitir acciones ejecutivas otorgando amnistía a millones de inmigrantes ilegales, por cierto. Igual de importante, la Administración de George W. Bush informó al Senado y al Congreso sobre sus prácticas, y obtuvo su beneplácito y financiamiento para realizar las torturas del Legislativo. Vale recalcar que una de los lideres políticos informados sobre las prácticas de la CIA fue Nancy Pelosi, ex presidente de la Cámara Baja que pretende volverse la abanderada de la critica moral en contra de la CIA. La abdicación de sus responsabilidades de supervisar las acciones de la CIA es una mancha mas sobre el Legislativo Americano, que a lo largo de los años ha permitido la concentración del poder político en el Ejecutivo. Empero, también constituye una enorme hipocresía de parte de los Demócratas, que engañosamente hoy critican acciones que ayer aprobaron. La hipocresía e incongruencia han de quedar claras al recordar que este mismo Legislativo ha permitido que la Administración de Barack Hussein Obama asesine, HOY, a sospechosos de ser terroristas, por medio de ataques de drones, incluso a ciudadanos Americanos, sin juicio previo.

Por último ¿Por qué el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que no se habían cometidos crímenes en la conducta de la Guerra contra el Terrorismo? El Departamento de Justicia de Estados Unidos en 2012 anunció que no se perseguirían cargos penales contra ningún agente del gobierno de Estados Unidos que actuó en buena fe en cumplimiento de sus deberes en persecución de la Guerra contra el Terrorismo dentro de los parámetros establecidos por el Departamento de Justicia en su momento. Pareciera que a la Administración de Barack Hussein Obama, por alguna razón, decidió sacarle los trapos sucios a Estados Unidos, sin tener la valentía moral de perseguir penalmente los culpables que la misma Administración hoy señala de haber cometido crímenes de guerra. Lejos de representar un esfuerzo de restablecer la autoridad moral en la política externa Americana, con la divulgación del Informe, se demuestra que la politiquería ha llegado a contaminar la política externa de Estados Unidos, como lo ha hecho en todos los demás ámbitos bajo la Administración de Barack Hussein Obama.

Métodos de interrogación: ¿se vale torturar a verdugos?

Nicholas Virzi
18 de diciembre, 2014

Ya pasadas las elecciones de noviembre, 2014, y buscando una relevancia moral para la presidencia fallida de Barack Hussein Obama, los Demócratas en el Senado de Estados Unidos decidieron divulgar su informe sobre los métodos de interrogación que la agencia central de inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) utilizó para sacarle información a los terroristas que atacaron Estados Unidos sobre los futuros ataques que tenían planeados. La divulgación que Estados Unidos realizó prácticas de tortura contra terroristas islámicos asesinos culpables de planear el asesinato en sangre fría de miles de miles de civiles inocentes ha despertado – de nuevo – la indignación del mundo. Informado de nuevo sobre las estrategias de auto defensa practicadas por Estados Unidos, el mundo se ha vuelto a indignar por el trato que recibieron terroristas representantes de movimientos islámicos que, hoy, regularmente difunden videos donde muestran con gran hazaña como torturan, mutilan, y decapitan a sus victimas, para luego vender sus cadáveres, actos bárbaros que, curiosamente, no han sido objetos tan fuertes de la repudiación e indignación mundial.

En plena Guerra contra el Terrorismo, la divulgación de este informe obedece no solo a los intereses políticos de ciertos políticos Demócratas. La divulgación de secretos de guerra por parte de los Demócratas obedece también el deseo de Barack Hussein Obama de dejar un legado progresista mas allá de un monumental plan de salud que, a cinco años de haberse legislado, aún no cuenta con la aprobación del pueblo Americano, y una política externa colapsada, irrespetada tanto por los disque aliados de Estados Unidos como por sus enemigos, sobre todo en el Medio Oriente.

El gobierno de Barack Hussein Obama ha sido calificado por importantes medios progresistas como el menos transparente y abierto de toda la historia de la República Americana. Luego de haber criticado el abuso del privilegio ejecutivo por el Presidente George W. Bush, quien lo afirmaba en casos de secretos de Estado, el Presidente Obama ha reclamado privilegio ejecutivo para protegerse de criticas por escándalos políticos de su propia creación y que no tienen ningún vinculo con temas de Estado. Por esta razón, no es creíble que la divulgación del informe sea motivada por un deseo de ser mas transparente con el mundo sobre las prácticas de interrogación que Estados Unidos decidió aplicar contra los terroristas mas peligrosos del mundo inmediatamente después que habrían logrado el ataque externo mas mortal en territorio Americano.

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El informe de Terrorismo, como se le ha llamado en los medios, contiene graves defectos de nacimiento, que le restan credibilidad y legitimidad. En primer lugar, el informe no expone el contexto en el que se operaba en el momento que se ordenó la tortura de los terroristas, el temor de un posible ataque terrorista nuclear contra Estados Unidos de parte de un grupo terrorista del que se sabía muy poco; en pocas palabras, un ambiente de altísima incertidumbre y aversión al riesgo. Como segundo punto, el informe no contó con la participación de ninguno de los Republicanos miembros del Comité Selecto de Inteligencia del Senado de Estados Unidos, a pesar que importantes Senadores Republicanos como John McCain, Lindsey Graham y John Warner habían sido muy firmes desde un inicio en sus deseos de restringir las prácticas de interrogación implementadas por la CIA. Como tercer punto, en la investigación realizada para sustentar el informe no se hablo con nadie encargado de las interrogaciones, ni tampoco ninguno de los directores de la CIA, desde George Tenet, Porter Goss, Michael Hayden, Leon Panetta, David Petraeus, o el actual John Brennan. Vale recordar que el Director en el momento de las torturas fue George Tenet, nombrado por el Presidente Bill Clinton.

En cuarto lugar, y tal vez la falla mas grave del informe sobre tortura, carece totalmente de auto reflexión por parte de los Senadores Demócratas. La Administración de George W. Bush obtuvo el permiso legal para realizar sus practicas de interrogación del Departamento de Justicia, el mismo Departamento que le informó a Obama que tenía la autoridad de emitir acciones ejecutivas otorgando amnistía a millones de inmigrantes ilegales, por cierto. Igual de importante, la Administración de George W. Bush informó al Senado y al Congreso sobre sus prácticas, y obtuvo su beneplácito y financiamiento para realizar las torturas del Legislativo. Vale recalcar que una de los lideres políticos informados sobre las prácticas de la CIA fue Nancy Pelosi, ex presidente de la Cámara Baja que pretende volverse la abanderada de la critica moral en contra de la CIA. La abdicación de sus responsabilidades de supervisar las acciones de la CIA es una mancha mas sobre el Legislativo Americano, que a lo largo de los años ha permitido la concentración del poder político en el Ejecutivo. Empero, también constituye una enorme hipocresía de parte de los Demócratas, que engañosamente hoy critican acciones que ayer aprobaron. La hipocresía e incongruencia han de quedar claras al recordar que este mismo Legislativo ha permitido que la Administración de Barack Hussein Obama asesine, HOY, a sospechosos de ser terroristas, por medio de ataques de drones, incluso a ciudadanos Americanos, sin juicio previo.

Por último ¿Por qué el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que no se habían cometidos crímenes en la conducta de la Guerra contra el Terrorismo? El Departamento de Justicia de Estados Unidos en 2012 anunció que no se perseguirían cargos penales contra ningún agente del gobierno de Estados Unidos que actuó en buena fe en cumplimiento de sus deberes en persecución de la Guerra contra el Terrorismo dentro de los parámetros establecidos por el Departamento de Justicia en su momento. Pareciera que a la Administración de Barack Hussein Obama, por alguna razón, decidió sacarle los trapos sucios a Estados Unidos, sin tener la valentía moral de perseguir penalmente los culpables que la misma Administración hoy señala de haber cometido crímenes de guerra. Lejos de representar un esfuerzo de restablecer la autoridad moral en la política externa Americana, con la divulgación del Informe, se demuestra que la politiquería ha llegado a contaminar la política externa de Estados Unidos, como lo ha hecho en todos los demás ámbitos bajo la Administración de Barack Hussein Obama.