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Ahora sí

María Dolores Arias
30 de diciembre, 2014

“Ahora sí”, son las palabras con las que iniciamos las oraciones de nuestros propósitos para el siguiente año. “Ahora sí” nos prometemos solemnemente realizar aquello que durante estos días hemos estado pensando sería un buen hábito desarrollar.
Y es que cada fin de año, como cada cierre de un período, es un momento propicio para hacer un balance de la etapa de la vida que se cierra. Es válido imaginar la vida como un libro con varios capítulos que se escriben conforme vamos viviendo, y así como en todo libro hay mejores historias que otras, también hay mejores escritores que otros.
Este recuento de fin de año es útil para poner en su justa dimensión los logros alcanzados así como para reconocer aquello que nos propusimos y por alguna razón no conseguimos. Este análisis nos ayuda a entender las razones de nuestros éxitos o fracasos y cómo podemos ser cada vez más efectivos.
Definitivamente aquello que nos propusimos obtener y conseguimos, nos hace sentir orgullosos de nosotros mismos y agradecidos con quienes nos apoyaron. Demuestra nuestra capacidad para conseguir nuestros sueños.
Ahora bien, los fracasos serán rotundos si no aprendemos la lección que siempre traen consigo. Sí, lo sé, a nadie le gusta fracasar y pensamos que ese cuento de la lección se dice fácil desde afuera pero vivirlo es otra cosa. Pero precisamente como he fracasado, y a veces rotundamente al no aprender repitiendo mis errores, comprendo el malestar que se siente. Y cuando entendí la frase del Dalai Lama “cuando pierdas, no pierdas también la lección”, comprendí que podía rescatar algo positivo. Aprendí a vivir conscientemente.
Vivir conscientemente no es algo automático ni siquiera te lo enseñan de niño. Es más, a veces pienso que de pequeños tenemos ese potencial desarrollado al observar y poner atención a todo lo que nos rodea y sólo nos falta ese empujoncito de nuestros padres que nos ayude a organizar toda esa información de forma correcta y sin contradicciones.
Vivir conscientemente es un acto voluntario. Es una decisión y como toda decisión, requiere de la acción para no quedar en solo un deseo. Vivir conscientemente es estar alerta, es poner atención a la información que te dan los sentidos, es usar tu razón para analizar esa información y formar tus juicios. Es revisar los juicios que guían tus acciones, es comparar el resultado de tus acciones con tus expectativas y hacer los ajustes necesarios.
Así que, si “Ahora sí…” te has propuesto algo para el próximo año, empieza con las preguntas que aconsejan los expertos: ¿mi propósito es retador? ¿Cuál es el principal motivo para hacerlo? Estas preguntas las debes responder honestamente, ir hasta la raíz del porqué de este objetivo. Es aquí donde el análisis consciente es de suma importancia si quieres ser exitoso.
Ya que tienes la porqué esencial de tus propósitos, entonces te toca contestar ¿en qué tiempo lo quiero conseguir? ¿Cómo lo voy a medir? ¿Qué voy a hacer para obtenerlo? ¿A quiénes les pediré ayuda? Con las repuestas podrás trazar una ruta que contribuya en tus objetivos.
Si tienes la paciencia para planificar tu éxito, estás listo para “Ahora sí” lograr lo que te propongas.
Mis mejores deseos para este próximo año son que “Ahora sí” pongas atención a lo que te rodea. Deseo que por tu bien y el de tu familia “ahora sí” te propongas aclararte las ideas y seas activo en la lucha de las ideas.
Te deseo que vivas consciente y escribas las mejores historias en los capítulos por venir de tu vida. ¡Feliz 2015!
@Md30
Facebook.com/mda30

Ahora sí

María Dolores Arias
30 de diciembre, 2014

“Ahora sí”, son las palabras con las que iniciamos las oraciones de nuestros propósitos para el siguiente año. “Ahora sí” nos prometemos solemnemente realizar aquello que durante estos días hemos estado pensando sería un buen hábito desarrollar.
Y es que cada fin de año, como cada cierre de un período, es un momento propicio para hacer un balance de la etapa de la vida que se cierra. Es válido imaginar la vida como un libro con varios capítulos que se escriben conforme vamos viviendo, y así como en todo libro hay mejores historias que otras, también hay mejores escritores que otros.
Este recuento de fin de año es útil para poner en su justa dimensión los logros alcanzados así como para reconocer aquello que nos propusimos y por alguna razón no conseguimos. Este análisis nos ayuda a entender las razones de nuestros éxitos o fracasos y cómo podemos ser cada vez más efectivos.
Definitivamente aquello que nos propusimos obtener y conseguimos, nos hace sentir orgullosos de nosotros mismos y agradecidos con quienes nos apoyaron. Demuestra nuestra capacidad para conseguir nuestros sueños.
Ahora bien, los fracasos serán rotundos si no aprendemos la lección que siempre traen consigo. Sí, lo sé, a nadie le gusta fracasar y pensamos que ese cuento de la lección se dice fácil desde afuera pero vivirlo es otra cosa. Pero precisamente como he fracasado, y a veces rotundamente al no aprender repitiendo mis errores, comprendo el malestar que se siente. Y cuando entendí la frase del Dalai Lama “cuando pierdas, no pierdas también la lección”, comprendí que podía rescatar algo positivo. Aprendí a vivir conscientemente.
Vivir conscientemente no es algo automático ni siquiera te lo enseñan de niño. Es más, a veces pienso que de pequeños tenemos ese potencial desarrollado al observar y poner atención a todo lo que nos rodea y sólo nos falta ese empujoncito de nuestros padres que nos ayude a organizar toda esa información de forma correcta y sin contradicciones.
Vivir conscientemente es un acto voluntario. Es una decisión y como toda decisión, requiere de la acción para no quedar en solo un deseo. Vivir conscientemente es estar alerta, es poner atención a la información que te dan los sentidos, es usar tu razón para analizar esa información y formar tus juicios. Es revisar los juicios que guían tus acciones, es comparar el resultado de tus acciones con tus expectativas y hacer los ajustes necesarios.
Así que, si “Ahora sí…” te has propuesto algo para el próximo año, empieza con las preguntas que aconsejan los expertos: ¿mi propósito es retador? ¿Cuál es el principal motivo para hacerlo? Estas preguntas las debes responder honestamente, ir hasta la raíz del porqué de este objetivo. Es aquí donde el análisis consciente es de suma importancia si quieres ser exitoso.
Ya que tienes la porqué esencial de tus propósitos, entonces te toca contestar ¿en qué tiempo lo quiero conseguir? ¿Cómo lo voy a medir? ¿Qué voy a hacer para obtenerlo? ¿A quiénes les pediré ayuda? Con las repuestas podrás trazar una ruta que contribuya en tus objetivos.
Si tienes la paciencia para planificar tu éxito, estás listo para “Ahora sí” lograr lo que te propongas.
Mis mejores deseos para este próximo año son que “Ahora sí” pongas atención a lo que te rodea. Deseo que por tu bien y el de tu familia “ahora sí” te propongas aclararte las ideas y seas activo en la lucha de las ideas.
Te deseo que vivas consciente y escribas las mejores historias en los capítulos por venir de tu vida. ¡Feliz 2015!
@Md30
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