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Consecuencias Negativas de los nuevos impuestos

Ramon Parellada
05 de diciembre, 2014

El Congreso de la República aprobó la semana pasada el presupuesto para el 2015.  Los gastos siguen inflados y los ingresos tributarios sobreestimados.  El paquete aprobado nos sorprendió con nuevos impuestos especiales a la Minería, al cemento y a la telefonía además de  más endeudamiento interno y externo.   El presupuesto debió haber tenido una fuerte reducción en gastos pero no hubo ningún intento serio en lograr dicha reducción.

Los impuestos tienen consecuencias negativas en cuanto al crecimiento económico.  Recordemos que los impuestos vienen de las personas que en lo privado producen riqueza.  Es un traslado de recursos privados que servirían para que las personas y empresas sigan invirtiendo y creando bienes y servicios hacia el gobierno que por naturaleza los consume y dedica a las distintas funciones que lleva a cabo, sean o no sean primordiales.

Cualquier impuesto frena el crecimiento económico porque esos recursos que son susceptibles de invertirse en nuevos proyectos dejan de estar disponibles y pasan a manos que lo consumen ineficientemente.

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Ahora bien, se aprobaron 3 impuestos especiales.  Uno es el incremento de las regalías a las mineras y canteras que pasa del 1% de la ley actual al 10%, dejando a las municipalidades el 1% y al fondo común el 9%.  El Niquel pagará el 5% y el Jade el 6%.   El segundo es un incremento al impuesto especial de distribución que ya tenía en cemento pasando de Q.1.50/ saco a Q.5.00/ saco de 42.5 kilos.  De esto se otorgará Q.1.50 para financiar el programa de vivienda popular.  Y el tercero es un impuesto a las líneas de telefonía fija y móvil que consiste en Q.5.00 mensuales por cada línea asignada a telefonía fija o móvil y Q.100.00 mensuales por centrales de llamadas.

En el caso de las regalías a la minería, ya las empresas que explotan oro y plata estaban pagando una “regalía voluntaria” al gobierno del 5% de lo cual el 3% lo dejaban en el municipio donde se encontraba la explotación.  Con el cambio, toda la minería e incluso la explotación de arena y caliza pagarán 10% de regalías.  Es decir, el 10% de sus ingresos serán destinados a pagar las regalías.   Esta es una de las regalías más altas que existe en el mundo entero en este momento.  Las acciones de las mineras que tienen explotaciones autorizadas en Guatemala cayeron ya entre el 10 y el 20%.     En un mercado competitivo en el que los costos y los impuestos son importantes para atraer o alejar inversiones, este incremento sin precedentes ahuyentará desde ya nuevas inversiones, encarecerá productos de construcción como la arena y la cal a los guatemaltecos y disminuirá de inmediato los ingresos a las municipalidades que ahora recibían el 3% de explotaciones de oro y plata para recibir el 1%.

En el caso de la Distribución del Cemento, en un país donde hay tanta pobreza, se le pone cuesta arriba al guatemalteco hacerse de su hogar.   Es obvio que ahora las carreteras de cemento, casas, puentes y  todo tipo de construcción que lleve este material se encarecerán.

Los mismo ocurre con el impuesto a la telefonía.  Cuántas vidas se han salvado porque ahora cualquier persona puede tener acceso a un teléfono móvil.  Si alguien gana mucho y consume mucho teléfono pues pagar Q.5.00 al mes le afectará en mucho menor escala al que gana poco y paga por líneas tarjeteras Q.10.00 al mes.

Los impuestos especiales no deberían existir porque distorsionan la actividad gravada en relación a otras actividades, encarecen el servicio y reduce la demanda.  Por otro lado crea incertidumbre a los inversionistas que no saben cuándo, la actividad en la que están, puede ser gravada de manera especial perdiendo competitividad con otras empresas similares en países del exterior.

Consecuencias Negativas de los nuevos impuestos

Ramon Parellada
05 de diciembre, 2014

El Congreso de la República aprobó la semana pasada el presupuesto para el 2015.  Los gastos siguen inflados y los ingresos tributarios sobreestimados.  El paquete aprobado nos sorprendió con nuevos impuestos especiales a la Minería, al cemento y a la telefonía además de  más endeudamiento interno y externo.   El presupuesto debió haber tenido una fuerte reducción en gastos pero no hubo ningún intento serio en lograr dicha reducción.

Los impuestos tienen consecuencias negativas en cuanto al crecimiento económico.  Recordemos que los impuestos vienen de las personas que en lo privado producen riqueza.  Es un traslado de recursos privados que servirían para que las personas y empresas sigan invirtiendo y creando bienes y servicios hacia el gobierno que por naturaleza los consume y dedica a las distintas funciones que lleva a cabo, sean o no sean primordiales.

Cualquier impuesto frena el crecimiento económico porque esos recursos que son susceptibles de invertirse en nuevos proyectos dejan de estar disponibles y pasan a manos que lo consumen ineficientemente.

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Ahora bien, se aprobaron 3 impuestos especiales.  Uno es el incremento de las regalías a las mineras y canteras que pasa del 1% de la ley actual al 10%, dejando a las municipalidades el 1% y al fondo común el 9%.  El Niquel pagará el 5% y el Jade el 6%.   El segundo es un incremento al impuesto especial de distribución que ya tenía en cemento pasando de Q.1.50/ saco a Q.5.00/ saco de 42.5 kilos.  De esto se otorgará Q.1.50 para financiar el programa de vivienda popular.  Y el tercero es un impuesto a las líneas de telefonía fija y móvil que consiste en Q.5.00 mensuales por cada línea asignada a telefonía fija o móvil y Q.100.00 mensuales por centrales de llamadas.

En el caso de las regalías a la minería, ya las empresas que explotan oro y plata estaban pagando una “regalía voluntaria” al gobierno del 5% de lo cual el 3% lo dejaban en el municipio donde se encontraba la explotación.  Con el cambio, toda la minería e incluso la explotación de arena y caliza pagarán 10% de regalías.  Es decir, el 10% de sus ingresos serán destinados a pagar las regalías.   Esta es una de las regalías más altas que existe en el mundo entero en este momento.  Las acciones de las mineras que tienen explotaciones autorizadas en Guatemala cayeron ya entre el 10 y el 20%.     En un mercado competitivo en el que los costos y los impuestos son importantes para atraer o alejar inversiones, este incremento sin precedentes ahuyentará desde ya nuevas inversiones, encarecerá productos de construcción como la arena y la cal a los guatemaltecos y disminuirá de inmediato los ingresos a las municipalidades que ahora recibían el 3% de explotaciones de oro y plata para recibir el 1%.

En el caso de la Distribución del Cemento, en un país donde hay tanta pobreza, se le pone cuesta arriba al guatemalteco hacerse de su hogar.   Es obvio que ahora las carreteras de cemento, casas, puentes y  todo tipo de construcción que lleve este material se encarecerán.

Los mismo ocurre con el impuesto a la telefonía.  Cuántas vidas se han salvado porque ahora cualquier persona puede tener acceso a un teléfono móvil.  Si alguien gana mucho y consume mucho teléfono pues pagar Q.5.00 al mes le afectará en mucho menor escala al que gana poco y paga por líneas tarjeteras Q.10.00 al mes.

Los impuestos especiales no deberían existir porque distorsionan la actividad gravada en relación a otras actividades, encarecen el servicio y reduce la demanda.  Por otro lado crea incertidumbre a los inversionistas que no saben cuándo, la actividad en la que están, puede ser gravada de manera especial perdiendo competitividad con otras empresas similares en países del exterior.