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¿Es fértil Guate para los “outsiders” políticos?

Redacción
09 de diciembre, 2014

Hoy día la regla es escuchar que los partidos políticos, en Guatemala, son meros vehículos electorales, sin ideología, sin programa y sin arraigo territorial permanente que les permita ser los verdaderos intermediarios entre la Sociedad y el Estado. Por eso no es extraño encontrar a los partidos políticos entre las instituciones que menos confianza generan en la población. En nuestro país, en el año 2010, de acuerdo a cifras del Latinobarometro, un 58% indicaba que no había un partido político por el cual se sintiera más cercano; para el año 2013, esa cifra ha aumentado al 75%. Es decir, tres de cada cuatro guatemaltecos han llegado a la conclusión de que no hay partido político alguno al cual se sientan más cercanos.

Tenemos un alto índice de nacimiento de partidos políticos… pero también un alto índice de mortalidad partidaria. No por gusto Edelberto Torres-Rivas diría en algún momento que Guatemala es un “cementerio de partidos políticos”. Al 29 de octubre pasado el TSE registra, como vigentes, a 28 partidos políticos. Son muchos, pero pocos los conocidos; haga un ejercicio y verá que escasamente usted o quienes le rodean logran recordar más de 10 partidos políticos.

Además de la falta de confianza que generan los partidos y su escaso contacto y penetración permanente con la sociedad, pasa algo más. Hay partidos y líderes muy grises, sosos y anodinos… aunque podría haber excepciones. Todo este escenario podría dar pauta para el surgimiento y viabilidad de lo que se ha denominado “outsiders” o forasteros de la política, especialmente, en quienes aspiran a llegar a un cargo en el Parlamento.

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Moises Naím en su libro El Fin del Poder, ha reparado sobre la emergencia de políticos como el caso del payaso brasileño “Tiririca”, quien en las elecciones de 2010 de su país, se convirtió en el diputado federal más votado (obtuvo más de 1 millón 350 mil votos) y ha vuelto a ser electo diputado por el Estado de San Pablo en Brasil, en octubre de 2014, con 1 millón 16 mil votos. Junto a “Tiririca”, en Brasil hay brincado a la política otros personajes como los ex futbolistas Romario y Bebeto. La campaña política de “Tiririca” ha sido tan irreverente que en 2010 les decía a sus votantes “¿qué hace un diputado federal?… la realidad no lo sé… pero si me da su voto… yo le cuento” (https://www.youtube.com/watch?v=HkG7qsp2DuU).

Así como Brasil tiene sus “outsiders” en la política, Guatemala no se queda atrás. Vea el caso del actual diputado que antes era conocido con el mote de “Cacarañica”, el caso de los parlamentarios que integran el grupo de los “dipukids” o el del ex futbolista, ahora convertido en “Ministro de Cultura”. Para 2015 ya ha anunciado su interés en correr por una curul el polémico comentarista de fútbol “Pirulo”. Ante candidatos sosos y anodinos, no sorprende ver esta realidad, aunque no hay que olvidar el factor del financiamiento de las campañas electorales.

Si el “centro de gravedad” del poder político se ha trasladado cada vez más al Congreso, es importante visualizar a quiénes postularan los partidos políticos por las curules. Las campañas políticas suelen tener un alto componente “emocional” y si los partidos no lo tienen dentro de sus filas, suelen importarlo y esta puede ser una situación para dar paso a los “outsiders”. Los forasteros de la política chapina al parecer vendrían de la farándula, el deporte y uno que otro del mundo privado. Es verdad, los “outsiders” suelen ser pocos, especialmente en un terreno político como el guatemalteco donde la partidocracia está controlada por ciertos factores de poder y donde sólo entran al juego aquellos cercanos y representantes de ciertos intereses y quienes cuentan con un importante financiamiento electoral.

¿Es fértil Guate para los “outsiders” políticos?

Redacción
09 de diciembre, 2014

Hoy día la regla es escuchar que los partidos políticos, en Guatemala, son meros vehículos electorales, sin ideología, sin programa y sin arraigo territorial permanente que les permita ser los verdaderos intermediarios entre la Sociedad y el Estado. Por eso no es extraño encontrar a los partidos políticos entre las instituciones que menos confianza generan en la población. En nuestro país, en el año 2010, de acuerdo a cifras del Latinobarometro, un 58% indicaba que no había un partido político por el cual se sintiera más cercano; para el año 2013, esa cifra ha aumentado al 75%. Es decir, tres de cada cuatro guatemaltecos han llegado a la conclusión de que no hay partido político alguno al cual se sientan más cercanos.

Tenemos un alto índice de nacimiento de partidos políticos… pero también un alto índice de mortalidad partidaria. No por gusto Edelberto Torres-Rivas diría en algún momento que Guatemala es un “cementerio de partidos políticos”. Al 29 de octubre pasado el TSE registra, como vigentes, a 28 partidos políticos. Son muchos, pero pocos los conocidos; haga un ejercicio y verá que escasamente usted o quienes le rodean logran recordar más de 10 partidos políticos.

Además de la falta de confianza que generan los partidos y su escaso contacto y penetración permanente con la sociedad, pasa algo más. Hay partidos y líderes muy grises, sosos y anodinos… aunque podría haber excepciones. Todo este escenario podría dar pauta para el surgimiento y viabilidad de lo que se ha denominado “outsiders” o forasteros de la política, especialmente, en quienes aspiran a llegar a un cargo en el Parlamento.

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Moises Naím en su libro El Fin del Poder, ha reparado sobre la emergencia de políticos como el caso del payaso brasileño “Tiririca”, quien en las elecciones de 2010 de su país, se convirtió en el diputado federal más votado (obtuvo más de 1 millón 350 mil votos) y ha vuelto a ser electo diputado por el Estado de San Pablo en Brasil, en octubre de 2014, con 1 millón 16 mil votos. Junto a “Tiririca”, en Brasil hay brincado a la política otros personajes como los ex futbolistas Romario y Bebeto. La campaña política de “Tiririca” ha sido tan irreverente que en 2010 les decía a sus votantes “¿qué hace un diputado federal?… la realidad no lo sé… pero si me da su voto… yo le cuento” (https://www.youtube.com/watch?v=HkG7qsp2DuU).

Así como Brasil tiene sus “outsiders” en la política, Guatemala no se queda atrás. Vea el caso del actual diputado que antes era conocido con el mote de “Cacarañica”, el caso de los parlamentarios que integran el grupo de los “dipukids” o el del ex futbolista, ahora convertido en “Ministro de Cultura”. Para 2015 ya ha anunciado su interés en correr por una curul el polémico comentarista de fútbol “Pirulo”. Ante candidatos sosos y anodinos, no sorprende ver esta realidad, aunque no hay que olvidar el factor del financiamiento de las campañas electorales.

Si el “centro de gravedad” del poder político se ha trasladado cada vez más al Congreso, es importante visualizar a quiénes postularan los partidos políticos por las curules. Las campañas políticas suelen tener un alto componente “emocional” y si los partidos no lo tienen dentro de sus filas, suelen importarlo y esta puede ser una situación para dar paso a los “outsiders”. Los forasteros de la política chapina al parecer vendrían de la farándula, el deporte y uno que otro del mundo privado. Es verdad, los “outsiders” suelen ser pocos, especialmente en un terreno político como el guatemalteco donde la partidocracia está controlada por ciertos factores de poder y donde sólo entran al juego aquellos cercanos y representantes de ciertos intereses y quienes cuentan con un importante financiamiento electoral.