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¿Crecimiento Económico con equidad?

Redacción
27 de febrero, 2014

En la mayoría de foros, los mensajes políticos y discursos de presidentes del mundo entero, al hablar de la urgente necesidad de un mayor crecimiento económico, rápidamente le agregan “con equidad”. Lo que quieren decir con equidad es un crecimiento económico con redistribución de la riqueza, altos impuestos progresivos para los más ricos y subsidios para los más pobres. 

La idea de algunas personas es que nadie sobresalga sobre los demás y si sobresale se le quite para darle a los menos afortunados. Estas personas que normalmente se les identifica como socialistas o progresivos se creen que tienen el monopolio de la compasión y de la preocupación por los menos afortunados. Es verdad que algunos de ellos, al hablar, usan el corazón y te hacen sacar una que otra lágrima. Pero ni tienen el monopolio de las causas por los más pobres ni sus propuestas son efectivas para mejorar el nivel de vida de los menos afortunados. No basta usar el corazón, hay que usar la cabeza para entender cómo se puede crear riqueza más rápidamente y que todos mejoren su nivel de vida. 
Cuando me hablan de equidad, de redistribución y de una sociedad más igualitaria les respondo que prefiero un millón de veces un enriquecimiento desigual donde todos mejoren a un emparejamiento empobrecedor de la mayoría. Y de todos modos, no existe tal sociedad en que todos sean iguales porque cada ser humano es único y diferente a los demás, tiene diferentes habilidades, inteligencia e inteligencias, motricidad, belleza, agilidad, fuerza, aversión al riesgo, y puedo seguir enumerando todas las diferencias pero no terminaría el punto en este espacio.

Ni siquiera el indicador estrella de los que defienden la equidad, el coeficiente de Gini, puede garantizar la equidad pues se basa en promedios y al final siempre hay diferencias individuales bien marcadas en todas las sociedades. Incluso en las que aplicaron el comunismo más duro no existía ninguna equidad, siempre habían quienes vivían en mejores condiciones que otros. 

El crecimiento “con equidad” no mejora el nivel de vida de los más pobres como lo hace el crecimiento económico basado en la igualdad ante la ley y el respeto a los derechos individuales. Si queremos que un país se desarrolle rápida e integralmente debemos entender y aceptar que las diferencias son naturales y propias de todos los seres humanos. La equidad es una utopía, es imposible en esta vida y en este mundo de seres humanos desiguales. La igualdad ante la ley es la única que debe existir para que una sociedad pueda funcionar entre seres humanos desiguales. 
Hablar de crecimiento económico “con equidad” es contradictorio. La búsqueda de la equidad frena el crecimiento económico y la creación de riqueza y por lo tanto disminuye el incremento en el nivel de vida de los miembros de la sociedad. En Latinoamérica tenemos casos donde esta lucha por la equidad ha terminado destrozando la economía de los países donde se ha tratado de implementar con mayor fuerza, Cuba con su Castrismo, Venezuela con el Socialismo del Siglo XXI y Argentina con toda clase de medidas populistas y socialistas. 
La igualdad económica, que al fin y al cabo es la que buscan los socialistas y políticos populistas, no puede ser un valor en cuyo nombre se violen derechos fundamentales del ser humano como la libertad, la vida y la propiedad. Así sucede en regímenes socialistas donde se pasa sobre estos derechos con tal de lograr una sociedad supuestamente más equitativa. Las consecuencias no intencionadas de quienes así piensan es un empobrecimiento continuo y permanente porque cualquier iniciativa creadora de riqueza es rápidamente controlada y regulada en caso de ser exitosa.

¿Crecimiento Económico con equidad?

Redacción
27 de febrero, 2014

En la mayoría de foros, los mensajes políticos y discursos de presidentes del mundo entero, al hablar de la urgente necesidad de un mayor crecimiento económico, rápidamente le agregan “con equidad”. Lo que quieren decir con equidad es un crecimiento económico con redistribución de la riqueza, altos impuestos progresivos para los más ricos y subsidios para los más pobres. 

La idea de algunas personas es que nadie sobresalga sobre los demás y si sobresale se le quite para darle a los menos afortunados. Estas personas que normalmente se les identifica como socialistas o progresivos se creen que tienen el monopolio de la compasión y de la preocupación por los menos afortunados. Es verdad que algunos de ellos, al hablar, usan el corazón y te hacen sacar una que otra lágrima. Pero ni tienen el monopolio de las causas por los más pobres ni sus propuestas son efectivas para mejorar el nivel de vida de los menos afortunados. No basta usar el corazón, hay que usar la cabeza para entender cómo se puede crear riqueza más rápidamente y que todos mejoren su nivel de vida. 
Cuando me hablan de equidad, de redistribución y de una sociedad más igualitaria les respondo que prefiero un millón de veces un enriquecimiento desigual donde todos mejoren a un emparejamiento empobrecedor de la mayoría. Y de todos modos, no existe tal sociedad en que todos sean iguales porque cada ser humano es único y diferente a los demás, tiene diferentes habilidades, inteligencia e inteligencias, motricidad, belleza, agilidad, fuerza, aversión al riesgo, y puedo seguir enumerando todas las diferencias pero no terminaría el punto en este espacio.

Ni siquiera el indicador estrella de los que defienden la equidad, el coeficiente de Gini, puede garantizar la equidad pues se basa en promedios y al final siempre hay diferencias individuales bien marcadas en todas las sociedades. Incluso en las que aplicaron el comunismo más duro no existía ninguna equidad, siempre habían quienes vivían en mejores condiciones que otros. 

El crecimiento “con equidad” no mejora el nivel de vida de los más pobres como lo hace el crecimiento económico basado en la igualdad ante la ley y el respeto a los derechos individuales. Si queremos que un país se desarrolle rápida e integralmente debemos entender y aceptar que las diferencias son naturales y propias de todos los seres humanos. La equidad es una utopía, es imposible en esta vida y en este mundo de seres humanos desiguales. La igualdad ante la ley es la única que debe existir para que una sociedad pueda funcionar entre seres humanos desiguales. 
Hablar de crecimiento económico “con equidad” es contradictorio. La búsqueda de la equidad frena el crecimiento económico y la creación de riqueza y por lo tanto disminuye el incremento en el nivel de vida de los miembros de la sociedad. En Latinoamérica tenemos casos donde esta lucha por la equidad ha terminado destrozando la economía de los países donde se ha tratado de implementar con mayor fuerza, Cuba con su Castrismo, Venezuela con el Socialismo del Siglo XXI y Argentina con toda clase de medidas populistas y socialistas. 
La igualdad económica, que al fin y al cabo es la que buscan los socialistas y políticos populistas, no puede ser un valor en cuyo nombre se violen derechos fundamentales del ser humano como la libertad, la vida y la propiedad. Así sucede en regímenes socialistas donde se pasa sobre estos derechos con tal de lograr una sociedad supuestamente más equitativa. Las consecuencias no intencionadas de quienes así piensan es un empobrecimiento continuo y permanente porque cualquier iniciativa creadora de riqueza es rápidamente controlada y regulada en caso de ser exitosa.