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La esperanza deshonrada en Sudan del Sur

Redacción República
14 de marzo, 2014

Cuando llegue por primera vez a Sudan del Sur, a la ciudad de Rumbek en el año 2005, nadie podía asegurar con certeza que después del largo e intenso conflicto armado con el Norte, el cual finalizó ese mismo año con la firma del Acuerdo de Paz, la emancipación total del Sur se estaría alcanzando a tan corto plazo.

Las razones para la desconfianza eran muchas: la repentina muerte del líder histórico del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudan (SPLM), John Garang de Mabior, en un accidente aéreo que aún hoy muchos consideran un asesinato político; la poca voluntad del Gobierno de Khartum de cumplir con los compromisos adquiridos; la inequidad en la distribución de los ingresos de la exportación del petróleo y el conflicto en Darfur que desviaba en gran medida la atención internacional de la aun frágil e inestable situación en el Sur. 

Sin embargo, la dinámica empezó a cambiar gracias a una pronta recuperación del vacío de liderazgo, el cual fue asumido por Salva Kiir Mayardit, a un cambio repentino por parte del gobierno en Khartoum, el cual se mostró más flexible para avanzar en la implementación final de los acuerdos. Todo ello fue propiciado, sin lugar a dudas, por la acusación en la Corte Penal Internacional contra el Presidente Omar Hasan Ahmad al-Bashir, por genocidio y crímenes de guerra, y debido al fuerte apoyo internacional para la realización de las elecciones y el referéndum en los años 2010 y 2011, respectivamente.

Es así que Sudan del Sur llegó a convertirse en la nación más nueva del mundo, durando lastimosamente poco la celebración, ya que a finales del 2013 el mundo fue sorprendido por la noticia que el país se encontraba nuevamente inmerso en un enfrentamiento armado entre las fuerzas bajo órdenes de Salva Kiir y un grupo leal al Vice-Presidente Riek Machar, destituido por el Presidente acusado de fraguar un golpe de Estado. Asimismo, el Secretario General del partido, Pagan Amum Okiech, fue destituido y encarcelado. Yo tuve la oportunidad de reencontrarme con Pagan Amum, cuando llegó a observar las Elecciones Presidenciales en El Salvador en el 2009, y lo note con mucho entusiasmo hacia el futuro de su país. ¿Quién iba a imaginarse que estaría tras las rejas en menos de 4 años?

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Mucho se ha especulado sobre lo que realmente pasó, pero lo que propició la confrontación fue el deseo manifiesto de Riek Machar de competir contra Salva Kiir por la Presidencia y liderazgo del partido. El Presidente, de manera precipitada y calculando erróneamente las repercusiones, ordenó el arresto de Riek y Pagan. Sin embargo, Riek logró evadir a sus captores, iniciando así la insurrección y lucha armada. El tema étnico contribuyó en gran medida a que el conflicto escalara, ya que Riek es miembro de la tribu Nuer y el Presidente Kiir es Dinka, ambas tribus con una rivalidad ancestral muy predominante en Sudan.

Finalmente, el 23 de enero del 2014 se acordó un cese al fuego en Etiopia, pero debido a acusaciones de incumplimiento por ambas partes se anunció la suspensión temporal de las negociaciones el 10 de febrero, reiniciando así los ataques armados en Jonglei y en el Nilo Alto. El resultado fueron más de 10 mil muertos y 800 mil desplazados, y las cifras continúan creciendo cada día.

Sudan ha sufrido por décadas el precio de su libertad y, ahora que la tiene, el afán por aferrase al poder y los intereses particulares de algunos dirigentes ha deshonrado la esperanza de un pueblo, al cual no le queda más que revivir las pesadillas de su trágico pasado y confiar en que lograran superarlo o por lo menos sobrevivir una vez más.

La esperanza deshonrada en Sudan del Sur

Redacción República
14 de marzo, 2014

Cuando llegue por primera vez a Sudan del Sur, a la ciudad de Rumbek en el año 2005, nadie podía asegurar con certeza que después del largo e intenso conflicto armado con el Norte, el cual finalizó ese mismo año con la firma del Acuerdo de Paz, la emancipación total del Sur se estaría alcanzando a tan corto plazo.

Las razones para la desconfianza eran muchas: la repentina muerte del líder histórico del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudan (SPLM), John Garang de Mabior, en un accidente aéreo que aún hoy muchos consideran un asesinato político; la poca voluntad del Gobierno de Khartum de cumplir con los compromisos adquiridos; la inequidad en la distribución de los ingresos de la exportación del petróleo y el conflicto en Darfur que desviaba en gran medida la atención internacional de la aun frágil e inestable situación en el Sur. 

Sin embargo, la dinámica empezó a cambiar gracias a una pronta recuperación del vacío de liderazgo, el cual fue asumido por Salva Kiir Mayardit, a un cambio repentino por parte del gobierno en Khartoum, el cual se mostró más flexible para avanzar en la implementación final de los acuerdos. Todo ello fue propiciado, sin lugar a dudas, por la acusación en la Corte Penal Internacional contra el Presidente Omar Hasan Ahmad al-Bashir, por genocidio y crímenes de guerra, y debido al fuerte apoyo internacional para la realización de las elecciones y el referéndum en los años 2010 y 2011, respectivamente.

Es así que Sudan del Sur llegó a convertirse en la nación más nueva del mundo, durando lastimosamente poco la celebración, ya que a finales del 2013 el mundo fue sorprendido por la noticia que el país se encontraba nuevamente inmerso en un enfrentamiento armado entre las fuerzas bajo órdenes de Salva Kiir y un grupo leal al Vice-Presidente Riek Machar, destituido por el Presidente acusado de fraguar un golpe de Estado. Asimismo, el Secretario General del partido, Pagan Amum Okiech, fue destituido y encarcelado. Yo tuve la oportunidad de reencontrarme con Pagan Amum, cuando llegó a observar las Elecciones Presidenciales en El Salvador en el 2009, y lo note con mucho entusiasmo hacia el futuro de su país. ¿Quién iba a imaginarse que estaría tras las rejas en menos de 4 años?

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Mucho se ha especulado sobre lo que realmente pasó, pero lo que propició la confrontación fue el deseo manifiesto de Riek Machar de competir contra Salva Kiir por la Presidencia y liderazgo del partido. El Presidente, de manera precipitada y calculando erróneamente las repercusiones, ordenó el arresto de Riek y Pagan. Sin embargo, Riek logró evadir a sus captores, iniciando así la insurrección y lucha armada. El tema étnico contribuyó en gran medida a que el conflicto escalara, ya que Riek es miembro de la tribu Nuer y el Presidente Kiir es Dinka, ambas tribus con una rivalidad ancestral muy predominante en Sudan.

Finalmente, el 23 de enero del 2014 se acordó un cese al fuego en Etiopia, pero debido a acusaciones de incumplimiento por ambas partes se anunció la suspensión temporal de las negociaciones el 10 de febrero, reiniciando así los ataques armados en Jonglei y en el Nilo Alto. El resultado fueron más de 10 mil muertos y 800 mil desplazados, y las cifras continúan creciendo cada día.

Sudan ha sufrido por décadas el precio de su libertad y, ahora que la tiene, el afán por aferrase al poder y los intereses particulares de algunos dirigentes ha deshonrado la esperanza de un pueblo, al cual no le queda más que revivir las pesadillas de su trágico pasado y confiar en que lograran superarlo o por lo menos sobrevivir una vez más.