Son ya 29 los muertos desde que empezaron los conflictos en Venezuela y no ha pasado nada. Maduro sigue con la misma posición intransigente de siempre y reduce toda la problemática a un asunto de conspiración internacional en contra de su gobierno. Quienes protestan, abandonados a su suerte por la comunidad internacional, muestran su descontento ante la grave crisis política y económica que afecta a su país, en abierto desafío a línea oficial de pensamiento y corriendo incalculables riesgos dada la brutalidad del gobierno de Maduro y la forma en que operan los grupos paramilitares fieles a la revolución. Efectivamente, las milicias populares promovidas por el gobierno chavista a lo largo de su historia cumplen la función de defenderla revolución cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Una práctica muy utilizada por los gobiernos comunistas después de la Segunda Guerra Mundial, quienes utilizaban las milicias populares para proteger a sus países de fuerzas contrarrevolucionarias; capturar espías enemigos, y; actuar como grupos de choque contra manifestaciones antigubernamentales.
Son ya 29 los muertos desde que empezaron los conflictos en Venezuela y no ha pasado nada. Maduro sigue con la misma posición intransigente de siempre y reduce toda la problemática a un asunto de conspiración internacional en contra de su gobierno. Quienes protestan, abandonados a su suerte por la comunidad internacional, muestran su descontento ante la grave crisis política y económica que afecta a su país, en abierto desafío a línea oficial de pensamiento y corriendo incalculables riesgos dada la brutalidad del gobierno de Maduro y la forma en que operan los grupos paramilitares fieles a la revolución. Efectivamente, las milicias populares promovidas por el gobierno chavista a lo largo de su historia cumplen la función de defenderla revolución cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Una práctica muy utilizada por los gobiernos comunistas después de la Segunda Guerra Mundial, quienes utilizaban las milicias populares para proteger a sus países de fuerzas contrarrevolucionarias; capturar espías enemigos, y; actuar como grupos de choque contra manifestaciones antigubernamentales.