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¿En dónde está la magia?

Redacción
18 de marzo, 2014

Con frecuencia observamos con preocupación la velocidad de crecimiento de nuestra economía. Nos sorprende pensar cómo es posible que la economía de un país lleno de riqueza natural, de gran variedad de recursos pueda crecer tan poco año con año. Cómo es posible que países muchas veces más pequeños, sin recursos naturales, estén creciendo económicamente a más velocidad que nosotros.
Buscamos desesperadamente explicaciones como ubicación geográfica, cultura, gente, historia. Y en ninguna de estas preguntas encontramos una respuesta que nos permita saber en dónde está la magia, qué ha hecho que estos lugares se muevan a gran velocidad. 

Sabemos que las ganas no faltan, hay muchos que están deseosos de una oportunidad, pero parece ser que esto no es suficiente. 
Quizá necesitamos romper algunos paradigmas: 
1.“La solución está en lo que han hecho otros”. Necesitamos pensar que la verdadera respuesta vendrá de adentro hacia fuera, es decir será un modelo propio, no vendrá de pretender igualar a Guatemala a otros países. Cada país tiene su propia realidad y es la realidad de cada uno de sus individuos. La capacidad única de reaccionar de esos individuos es precisamente lo que hará la diferencia; no pretendiendo actuar como si fuéramos otros. 
2.“El mayor atractivo es ser un país de mano de obra barata o tener abundantes recursos naturales”. Nada más falso que esto, en el mundo de hoy nadie está interesado en mano de obra barata, sino mano de obra calificada. Mano de obra que tenga conocimiento especializado que le permita dar resultados a la velocidad que la competencia lo exige. Y entonces sí, al tener esos conocimientos, que esa mano de obra tenga un precio competitivo. Y los recursos naturales, claro que son una gran riqueza, pero como tal no significan nada. Son esos recursos naturales conectados a conocimiento que les permita convertirlos en algo que resuelva un problema o llene una necesidad lo que los hacen valiosos en este proceso de mercado. 
3.“El crecimiento se basa en las acciones del gobierno”. Las economías están formadas por las transacciones entre individuos. Esas son las transacciones que le dan vida a la economía en un país. El verdadero crecimiento vendrá hasta que cada uno de los guatemaltecos nos hagamos responsables de nuestros propios compromisos y busquemos cómo desde nuestro propio rango de acción podemos hacer la diferencia en nuestras vidas, la de nuestras familias, nuestra comunidad y nuestro país. Esto no quiere decir que las acciones de gobierno quedan al margen y no importa qué hagan, pues los resultados serán los mismos. Por supuesto que no, las acciones del gobierno, dado su nivel de poder y su escala, afectan completamente la economía de un país. Y a ese respecto hay muchas cosas interesantes que pueden discutirse, aunque no es el objeto de este artículo. Pero, lo que sí es cierto es que si seguimos esperando que sea el gobierno u otras personas o instituciones las que nos resuelvan los problemas, jamás saldremos de un camino de dependencia. 
4.“Los guatemaltecos no podemos competir a nivel global”.
Existen muchos ejemplos que quisiéramos divulgar, de guatemaltecos emprendedores, arrechos y trabajadores que han hecho la diferencia. Hay ejemplos inspiradores de emprendimiento que pensando diferente han logrado cambiar radicalmente desde su propia vida hasta una industria completa. Pero esto no pasa sólo, sucede gracias a una persona que tuvo visión y tomó acción. Es en estas personas en las que necesitamos enfocarnos como fuentes de inspiración. Aquellas que han tenido la capacidad de ver el mundo diferente, creer en eso que ven, y empezar a dedicar su talento, capacidad, esfuerzo y recursos por construir algo que nadie más ve. 
La próxima vez que nos preguntemos dónde está la magia que encontramos en esos otros países, la respuesta debe ser la magia está en cada uno de sus individuos, que se han atrevido a soñar, a trabajar duro y a empezar caminos sin esperar que otros los empiecen por ellos.

¿En dónde está la magia?

Redacción
18 de marzo, 2014

Con frecuencia observamos con preocupación la velocidad de crecimiento de nuestra economía. Nos sorprende pensar cómo es posible que la economía de un país lleno de riqueza natural, de gran variedad de recursos pueda crecer tan poco año con año. Cómo es posible que países muchas veces más pequeños, sin recursos naturales, estén creciendo económicamente a más velocidad que nosotros.
Buscamos desesperadamente explicaciones como ubicación geográfica, cultura, gente, historia. Y en ninguna de estas preguntas encontramos una respuesta que nos permita saber en dónde está la magia, qué ha hecho que estos lugares se muevan a gran velocidad. 

Sabemos que las ganas no faltan, hay muchos que están deseosos de una oportunidad, pero parece ser que esto no es suficiente. 
Quizá necesitamos romper algunos paradigmas: 
1.“La solución está en lo que han hecho otros”. Necesitamos pensar que la verdadera respuesta vendrá de adentro hacia fuera, es decir será un modelo propio, no vendrá de pretender igualar a Guatemala a otros países. Cada país tiene su propia realidad y es la realidad de cada uno de sus individuos. La capacidad única de reaccionar de esos individuos es precisamente lo que hará la diferencia; no pretendiendo actuar como si fuéramos otros. 
2.“El mayor atractivo es ser un país de mano de obra barata o tener abundantes recursos naturales”. Nada más falso que esto, en el mundo de hoy nadie está interesado en mano de obra barata, sino mano de obra calificada. Mano de obra que tenga conocimiento especializado que le permita dar resultados a la velocidad que la competencia lo exige. Y entonces sí, al tener esos conocimientos, que esa mano de obra tenga un precio competitivo. Y los recursos naturales, claro que son una gran riqueza, pero como tal no significan nada. Son esos recursos naturales conectados a conocimiento que les permita convertirlos en algo que resuelva un problema o llene una necesidad lo que los hacen valiosos en este proceso de mercado. 
3.“El crecimiento se basa en las acciones del gobierno”. Las economías están formadas por las transacciones entre individuos. Esas son las transacciones que le dan vida a la economía en un país. El verdadero crecimiento vendrá hasta que cada uno de los guatemaltecos nos hagamos responsables de nuestros propios compromisos y busquemos cómo desde nuestro propio rango de acción podemos hacer la diferencia en nuestras vidas, la de nuestras familias, nuestra comunidad y nuestro país. Esto no quiere decir que las acciones de gobierno quedan al margen y no importa qué hagan, pues los resultados serán los mismos. Por supuesto que no, las acciones del gobierno, dado su nivel de poder y su escala, afectan completamente la economía de un país. Y a ese respecto hay muchas cosas interesantes que pueden discutirse, aunque no es el objeto de este artículo. Pero, lo que sí es cierto es que si seguimos esperando que sea el gobierno u otras personas o instituciones las que nos resuelvan los problemas, jamás saldremos de un camino de dependencia. 
4.“Los guatemaltecos no podemos competir a nivel global”.
Existen muchos ejemplos que quisiéramos divulgar, de guatemaltecos emprendedores, arrechos y trabajadores que han hecho la diferencia. Hay ejemplos inspiradores de emprendimiento que pensando diferente han logrado cambiar radicalmente desde su propia vida hasta una industria completa. Pero esto no pasa sólo, sucede gracias a una persona que tuvo visión y tomó acción. Es en estas personas en las que necesitamos enfocarnos como fuentes de inspiración. Aquellas que han tenido la capacidad de ver el mundo diferente, creer en eso que ven, y empezar a dedicar su talento, capacidad, esfuerzo y recursos por construir algo que nadie más ve. 
La próxima vez que nos preguntemos dónde está la magia que encontramos en esos otros países, la respuesta debe ser la magia está en cada uno de sus individuos, que se han atrevido a soñar, a trabajar duro y a empezar caminos sin esperar que otros los empiecen por ellos.