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Los dobles raseros

Redacción
24 de marzo, 2014

De repente toda la atención por el caso Portillo se ha desviado encima de la política exterior de Taiwán. Aquella ‘estrategia’ trazada por la CICIG, la Embajada de Estados Unidos y el Ministerio Público fue una burda maniobra poco digna de llamarse jurídica y resultó un gran fracaso. Lo que representa otra prueba más de lo nefasto que fue el papel de Carlos ‘show man’ Castresana y Francisco ‘el novelista’ Dall’anese al frente de la CICIG, aunque quedó como tema aparte. 

Resulta ahora que la llamada diplomacia del dólar que Taiwán mantuvo por varias décadas es una cosa mala para Guatemala y que deberíamos reevaluar nuestra postura frente a la República Popular de China. Es más, hay quienes hablan de considerar la ayuda que Taiwán tuvo con Guatemala en los años más amargos del conflicto armado, como otro indicio  para romper relaciones con la isla y obviamente reabrirlas con la República Popular de China como si está fuera un digno ejemplo a seguir. 
Pero bueno, si ese es el tema, discutamosló, pero con todas las cartas sobre la mesa con tal de no caer en dobles raseros, esos que todos decimos evitar pero que en el día a día los practicamos como una rutina más. 
Iniciemos  aclarando que la ‘Diplomacia del Dólar’ no es una política exterior exclusiva de Taiwán sino más bien una respuesta al ‘tercer camino’ de la política exterior de China continental. Esta decidió, al final de los años 80, embarcarse en la más clara compra de voluntades de otros países para que  rompieran relaciones con Taiwán y así lo hicieron con las islas de San Vicente y las Granadinas, Granada y como último caso Costa Rica a quienes les dieron un estadio nuevo y US$300 millones en concepto de cooperación y para cubrir los gastos de ‘un cierre de la embajada de Costa Rica en Taiwán’. 
Por otro lado, quien hable de sobornos de Taiwán hacia nuestros países, también debería de hablar de chantajes puesto que las relaciones con Taiwán son bilaterales, o sea, de dos vías. Cuantas veces no hemos salido con el llanto de romper con Taiwán para irnos con China con tal que los primeros nos sigan financiando proyectos como el de la carretera al Atlántico. En ese sentido, nuestra relación es de mayor poder con respecto a Taiwán. 
Por último, es cierto que Taiwán financió a los oprobiosos gobiernos militares de Lucas y Ríos Montt pero romper con ellos para reconocer a una China que, entre otros, apoyó al gobierno comunista de Pol Pot en Cambodia es una broma de mal gusto. Con un saldo 10 veces mayor de los desaparecidos y muertos durante la revolución comunista de aquel país en comparación con Guatemala, mi recomendación es nunca reconocer a aquel país en base a solo ese criterio. 
No nos demos golpes en el pecho por favor, lo de Portillo es el resultado de lo malo que abordaron la situación los dos comisionados ya mencionados, los embajadores McFarland y Chacón y el MP. Lo de Taiwán es una excusa para pretender tapar el sol con dos dedos. 
@robertoantoniow

Los dobles raseros

Redacción
24 de marzo, 2014

De repente toda la atención por el caso Portillo se ha desviado encima de la política exterior de Taiwán. Aquella ‘estrategia’ trazada por la CICIG, la Embajada de Estados Unidos y el Ministerio Público fue una burda maniobra poco digna de llamarse jurídica y resultó un gran fracaso. Lo que representa otra prueba más de lo nefasto que fue el papel de Carlos ‘show man’ Castresana y Francisco ‘el novelista’ Dall’anese al frente de la CICIG, aunque quedó como tema aparte. 

Resulta ahora que la llamada diplomacia del dólar que Taiwán mantuvo por varias décadas es una cosa mala para Guatemala y que deberíamos reevaluar nuestra postura frente a la República Popular de China. Es más, hay quienes hablan de considerar la ayuda que Taiwán tuvo con Guatemala en los años más amargos del conflicto armado, como otro indicio  para romper relaciones con la isla y obviamente reabrirlas con la República Popular de China como si está fuera un digno ejemplo a seguir. 
Pero bueno, si ese es el tema, discutamosló, pero con todas las cartas sobre la mesa con tal de no caer en dobles raseros, esos que todos decimos evitar pero que en el día a día los practicamos como una rutina más. 
Iniciemos  aclarando que la ‘Diplomacia del Dólar’ no es una política exterior exclusiva de Taiwán sino más bien una respuesta al ‘tercer camino’ de la política exterior de China continental. Esta decidió, al final de los años 80, embarcarse en la más clara compra de voluntades de otros países para que  rompieran relaciones con Taiwán y así lo hicieron con las islas de San Vicente y las Granadinas, Granada y como último caso Costa Rica a quienes les dieron un estadio nuevo y US$300 millones en concepto de cooperación y para cubrir los gastos de ‘un cierre de la embajada de Costa Rica en Taiwán’. 
Por otro lado, quien hable de sobornos de Taiwán hacia nuestros países, también debería de hablar de chantajes puesto que las relaciones con Taiwán son bilaterales, o sea, de dos vías. Cuantas veces no hemos salido con el llanto de romper con Taiwán para irnos con China con tal que los primeros nos sigan financiando proyectos como el de la carretera al Atlántico. En ese sentido, nuestra relación es de mayor poder con respecto a Taiwán. 
Por último, es cierto que Taiwán financió a los oprobiosos gobiernos militares de Lucas y Ríos Montt pero romper con ellos para reconocer a una China que, entre otros, apoyó al gobierno comunista de Pol Pot en Cambodia es una broma de mal gusto. Con un saldo 10 veces mayor de los desaparecidos y muertos durante la revolución comunista de aquel país en comparación con Guatemala, mi recomendación es nunca reconocer a aquel país en base a solo ese criterio. 
No nos demos golpes en el pecho por favor, lo de Portillo es el resultado de lo malo que abordaron la situación los dos comisionados ya mencionados, los embajadores McFarland y Chacón y el MP. Lo de Taiwán es una excusa para pretender tapar el sol con dos dedos. 
@robertoantoniow