Redacción
26 de marzo, 2014
A primera vista parece que la política en Guatemala no tiene futuro, y si das un vistazo a las principales noticias de los últimos 40 años, con tristeza reconoces que no hay futuro. Y claro todo ese pesimismo rápidamente le encontramos un culpable, los partidos políticos y sus dueños.
Pero si nos preguntamos ¿qué es un político? La respuesta nos llevará a buscar otros culpables. Los políticos son seguidores de opinión. No son formadores de opinión; para eso hay colegios, universidades, centros de investigación, programas de TV y radio, revistas especializadas, etc. No son expertos en temas morales ni guías espirituales, eso es función de las distintas iglesias y sus líderes. Simplemente deben llevar a acuerdos a los distintos grupos, y para eso buscan ideas en común, no las inventan. Muchas veces le damos categoría de súper héroes al presidente, alcaldes, ministros o diputados, y por eso nos decepcionan tanto.
Para lograr ser político, en un sistema de elección democrático, necesitas un partido político y darte a conocer primero y luego ganarte la “simpatía de la población”. El problema es que para llegar a la población (en el 2015 serán aproximadamente 8 millones de empadronados) necesitas de los medios de comunicación. Debes como político, procurar salir en la TV, radio y prensa. Y si estos medios le dan más importancia, por ejemplo, a las payasadas de los diputados que a sus propuestas, es entendible que tengamos diputados que busque comportase de una forma que logren atraer la atención de los medios. Otro ejemplo son los famosos mítines políticos; para los partidos son caros, y muy ineficientes, (regularmente hay acarreos de personas, están bajo el sol, poca atención de los asistentes, por mencionar algunas desventajas). Pero los debes hacer y muy grandes, porque los medios los cubren, y no puedes permitir que los ciudadanos perciban que tienes poco apoyo. Pienso que si la prensa deja de cubrir estos eventos, poco a poco desparecerían. Según algunos expertos en campañas políticas, los mítines no ayudan a ganar elecciones.
Son los medios en primer lugar (y la participación ciudadana en un distante segundo lugar) los que motivan las acciones de los políticos. Un libro famoso entre los políticos “las leyes del poder” aconseja; “busque llamar la atención a cualquier precio”. La atención principalmente de los medios de comunicación, así es que estos serán los que marcan la pauta de las actitudes de nuestros políticos. Parece ser un círculo vicioso, pues los medios publican lo que los ciudadanos quieren ver y oír, y ellos prefieren los pleitos de los diputados que las discusiones en la comisión de Puntos Constitucionales.
Está claro que a veces los intereses individuales de los dueños de los medios o sus trabajadores actúan contra algunas instituciones de la sociedad, y sobre todo retrasan su evolución. Por supuesto mal con ellos peor sin ellos. La solución no es menos medios de comunicación o su restricción, la libertad de expresión es fundamental para la vida en sociedad y es un pilar de una democracia sana.
El tema no es limitar a los medios, lo importante es que los medios comprendan la dinámica de los Partidos Políticos y de los políticos, y en decisiones pro país, den el primer paso para cambiar. Por ejemplo, dar cobertura a los futuros líderes, abrir espacios para temas que hoy pueden no ser de interés de la población pero si de interés para la construcción de nuestro sistema de gobierno. No dar cobertura a quienes han estado involucrados en actos de corrupción. Muchas veces pedimos que el primer paso lo den los actores políticos, pero ese primer paso puede venir también de los medios de comunicación.
Redacción
26 de marzo, 2014
A primera vista parece que la política en Guatemala no tiene futuro, y si das un vistazo a las principales noticias de los últimos 40 años, con tristeza reconoces que no hay futuro. Y claro todo ese pesimismo rápidamente le encontramos un culpable, los partidos políticos y sus dueños.
Pero si nos preguntamos ¿qué es un político? La respuesta nos llevará a buscar otros culpables. Los políticos son seguidores de opinión. No son formadores de opinión; para eso hay colegios, universidades, centros de investigación, programas de TV y radio, revistas especializadas, etc. No son expertos en temas morales ni guías espirituales, eso es función de las distintas iglesias y sus líderes. Simplemente deben llevar a acuerdos a los distintos grupos, y para eso buscan ideas en común, no las inventan. Muchas veces le damos categoría de súper héroes al presidente, alcaldes, ministros o diputados, y por eso nos decepcionan tanto.
Para lograr ser político, en un sistema de elección democrático, necesitas un partido político y darte a conocer primero y luego ganarte la “simpatía de la población”. El problema es que para llegar a la población (en el 2015 serán aproximadamente 8 millones de empadronados) necesitas de los medios de comunicación. Debes como político, procurar salir en la TV, radio y prensa. Y si estos medios le dan más importancia, por ejemplo, a las payasadas de los diputados que a sus propuestas, es entendible que tengamos diputados que busque comportase de una forma que logren atraer la atención de los medios. Otro ejemplo son los famosos mítines políticos; para los partidos son caros, y muy ineficientes, (regularmente hay acarreos de personas, están bajo el sol, poca atención de los asistentes, por mencionar algunas desventajas). Pero los debes hacer y muy grandes, porque los medios los cubren, y no puedes permitir que los ciudadanos perciban que tienes poco apoyo. Pienso que si la prensa deja de cubrir estos eventos, poco a poco desparecerían. Según algunos expertos en campañas políticas, los mítines no ayudan a ganar elecciones.
Son los medios en primer lugar (y la participación ciudadana en un distante segundo lugar) los que motivan las acciones de los políticos. Un libro famoso entre los políticos “las leyes del poder” aconseja; “busque llamar la atención a cualquier precio”. La atención principalmente de los medios de comunicación, así es que estos serán los que marcan la pauta de las actitudes de nuestros políticos. Parece ser un círculo vicioso, pues los medios publican lo que los ciudadanos quieren ver y oír, y ellos prefieren los pleitos de los diputados que las discusiones en la comisión de Puntos Constitucionales.
Está claro que a veces los intereses individuales de los dueños de los medios o sus trabajadores actúan contra algunas instituciones de la sociedad, y sobre todo retrasan su evolución. Por supuesto mal con ellos peor sin ellos. La solución no es menos medios de comunicación o su restricción, la libertad de expresión es fundamental para la vida en sociedad y es un pilar de una democracia sana.
El tema no es limitar a los medios, lo importante es que los medios comprendan la dinámica de los Partidos Políticos y de los políticos, y en decisiones pro país, den el primer paso para cambiar. Por ejemplo, dar cobertura a los futuros líderes, abrir espacios para temas que hoy pueden no ser de interés de la población pero si de interés para la construcción de nuestro sistema de gobierno. No dar cobertura a quienes han estado involucrados en actos de corrupción. Muchas veces pedimos que el primer paso lo den los actores políticos, pero ese primer paso puede venir también de los medios de comunicación.