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Hablar de reelección: ¿Para qué?

Redacción
22 de abril, 2014

El debate es un ejercicio sano y definitivamente necesario en nuestra democracia. Es de las mejores herramientas para aprender sobre diferentes puntos de vista, y a su vez, nos ayuda a mejorar la forma en que argumentamos. Cualquiera que busque verdaderas soluciones a la problemática de nuestro país, sabe que el debate es la manera de empezar. 

Pero cuando el Presidente declaró que deberíamos iniciar el debate sobre la reelección presidencial, lo primero que paso por mi mente fue, ¿Para qué? 
Déjenme explicarles mejor. Cuando hablamos de reelegir a un presidente, estamos hablando de reelegir a un partido político también. Entonces, ¿Por qué deberíamos de hablar de reelegir a nuestros mandatarios, si nuestros partidos políticos tienen una vida promedio de 12 años? ¿No deberíamos enfocarnos en institucionalizar primero nuestros partidos? 
Tomemos de ejemplo a los países latinoamericanos. Dentro de la región, la mayoría de los países permiten la reelección definida. Esto quiere decir que el mandatario puede ser electo únicamente una vez más. Dentro de está clasificación podemos encontrar a países que permiten la reelección inmediata y otros que solo permiten la reelección no inmediata. También están esos países como Venezuela, Cuba, Ecuador y Bolivia que han permitido una reelección indefinida. 
Me gustaría que nos enfocáramos únicamente en los que permiten la reelección definitiva, que considero, es la forma más balanceada para dar continuidad a las políticas públicas sin caer en las dictaduras democráticas de los países del ALBA.
Países como El Salvador, Costa Rica, Panamá, Chile y Colombia, que permiten la reelección definida, se caracterizan por tener un Sistema de Partidos Políticos satisfactorio. En promedio cada uno de esos países, cuenta con 10 partidos políticos vigentes, de los cuales, al menos dos, fueron fundados hace más de 50 años. 
La antigüedad de estos partidos ha permitido la consolidación de una Política de País, y asimismo, la formación de cuadros técnicos para ejecutarla. Además, de mantener la línea ideológica desde su fundación. 
Si analizamos el actual Sistema de Partidos Políticos de Guatemala, hasta la fecha tenemos 25 partidos políticos vigentes, según los datos del Tribunal Supremo Electoral.
El partido con mayor antigüedad es el PAN que sufrió varios cismas después de la administración de Álvaro Arzú, y actualmente tiene un único diputado dentro del Congreso de la República. 
Además, cabe mencionar que la militancia partidista en nuestro país es muy reducida. Si hiciéramos un pequeño ejercicio con nuestros amigos de preguntarles con que partido se sienten afines, nos daríamos cuenta que son muy pocos los que se sienten identificados, y es aún más reducida la cifra, los que se sienten identificados ideológicamente con alguna agrupación. 
Entonces, les preguntó a ustedes, ¿Vale la pena hablar de la reelección? O ¿Deberíamos discutir sobre el fracaso de nuestro Sistema de Partidos Políticos primero? 
Si me preguntarán a mi, yo creería que nuestro mandatario debería ser más responsable con las declaraciones que realiza, y que si de verdad quiere proponer debates serios y fructíferos, debería iniciar la discusión sobre la decadencia de nuestros partidos, y las repercusiones que se dan dentro de las instituciones públicas del país. Principalmente en el Congreso, con el creciente transfuguismo de nuestros representantes.

Hablar de reelección: ¿Para qué?

Redacción
22 de abril, 2014

El debate es un ejercicio sano y definitivamente necesario en nuestra democracia. Es de las mejores herramientas para aprender sobre diferentes puntos de vista, y a su vez, nos ayuda a mejorar la forma en que argumentamos. Cualquiera que busque verdaderas soluciones a la problemática de nuestro país, sabe que el debate es la manera de empezar. 

Pero cuando el Presidente declaró que deberíamos iniciar el debate sobre la reelección presidencial, lo primero que paso por mi mente fue, ¿Para qué? 
Déjenme explicarles mejor. Cuando hablamos de reelegir a un presidente, estamos hablando de reelegir a un partido político también. Entonces, ¿Por qué deberíamos de hablar de reelegir a nuestros mandatarios, si nuestros partidos políticos tienen una vida promedio de 12 años? ¿No deberíamos enfocarnos en institucionalizar primero nuestros partidos? 
Tomemos de ejemplo a los países latinoamericanos. Dentro de la región, la mayoría de los países permiten la reelección definida. Esto quiere decir que el mandatario puede ser electo únicamente una vez más. Dentro de está clasificación podemos encontrar a países que permiten la reelección inmediata y otros que solo permiten la reelección no inmediata. También están esos países como Venezuela, Cuba, Ecuador y Bolivia que han permitido una reelección indefinida. 
Me gustaría que nos enfocáramos únicamente en los que permiten la reelección definitiva, que considero, es la forma más balanceada para dar continuidad a las políticas públicas sin caer en las dictaduras democráticas de los países del ALBA.
Países como El Salvador, Costa Rica, Panamá, Chile y Colombia, que permiten la reelección definida, se caracterizan por tener un Sistema de Partidos Políticos satisfactorio. En promedio cada uno de esos países, cuenta con 10 partidos políticos vigentes, de los cuales, al menos dos, fueron fundados hace más de 50 años. 
La antigüedad de estos partidos ha permitido la consolidación de una Política de País, y asimismo, la formación de cuadros técnicos para ejecutarla. Además, de mantener la línea ideológica desde su fundación. 
Si analizamos el actual Sistema de Partidos Políticos de Guatemala, hasta la fecha tenemos 25 partidos políticos vigentes, según los datos del Tribunal Supremo Electoral.
El partido con mayor antigüedad es el PAN que sufrió varios cismas después de la administración de Álvaro Arzú, y actualmente tiene un único diputado dentro del Congreso de la República. 
Además, cabe mencionar que la militancia partidista en nuestro país es muy reducida. Si hiciéramos un pequeño ejercicio con nuestros amigos de preguntarles con que partido se sienten afines, nos daríamos cuenta que son muy pocos los que se sienten identificados, y es aún más reducida la cifra, los que se sienten identificados ideológicamente con alguna agrupación. 
Entonces, les preguntó a ustedes, ¿Vale la pena hablar de la reelección? O ¿Deberíamos discutir sobre el fracaso de nuestro Sistema de Partidos Políticos primero? 
Si me preguntarán a mi, yo creería que nuestro mandatario debería ser más responsable con las declaraciones que realiza, y que si de verdad quiere proponer debates serios y fructíferos, debería iniciar la discusión sobre la decadencia de nuestros partidos, y las repercusiones que se dan dentro de las instituciones públicas del país. Principalmente en el Congreso, con el creciente transfuguismo de nuestros representantes.