Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Los Derechos Humanos son de todos.

Redacción
05 de mayo, 2014

Derechos Humanos es una noción que cada vez es más utilizada en los noticieros nacionales e internacionales, periódicos y redes sociales; ha sido históricamente el estandarte de luchas sociales de todo tipo, como las sindicales, las que impulsan la igualdad de género o las que abogan por políticas públicas en pro de modelos de desarrollo que generen equidad patrimonial entre los miembros de una nación. Y, por supuesto, esta noción ha sido el fundamento de los mayores logros de la Humanidad como el derecho a la vida e integridad personal, el reconocimiento de las libertades de expresión y de consciencia, los límites al poder del Estado frente a los gobernados y la construcción (siempre en vías de mejora) de sistemas jurídicos que establecen el consagrado derecho al debido proceso. 

La universalidad del concepto de derechos humanos responde a la necesidad mundial de gozar con espacios de paz, seguridad y desarrollo y del anhelo de las naciones por el respeto, la tolerancia y la igualdad… pero ¿pueden ser el estandarte de una sola ideología en particular? En Guatemala, el movimiento de izquierda se adueñó del concepto; y la derecha, lo rechazó como totalmente contrario a su ideario. Y esas diferencias ideológicas han permeado negativamente la percepción de “derechos humanos” ante la opinión pública e impedido que algo universal, que nos pertenece a todos, pueda tomar su lugar como una herramienta de construcción de democracia, de evaluación de la gestión pública, y de educación respecto de nuestras obligaciones y derechos como ciudadanos en esta nuestra República de Guatemala. 
El derecho internacional de los derechos humanos nos implica a todos y nos permite hablar, conversar y dialogar entre iguales, desde una misma plataforma y con conceptos equivalentes, para alcanzar consensos y, como nos corresponde, defender “la primacía de la persona humana como sujeto y fin del orden social […] la consolidación del régimen de legalidad, seguridad, justicia, igualdad, libertad y paz […] impulsar la plena vigencia de los Derechos Humanos dentro de un orden institucional estable, permanente y popular, donde gobernados y gobernantes procedan con absoluto apego al Derecho” tal y como reza nuestra Constitución. 
Es momento que aceptemos de una vez por todas que los estándares internacionales en materia de derechos humanos no son normas extranjeras: son leyes del país y forman parte de nuestro sistema de gobierno, que rigen cada una de nuestras acciones como seres humanos, seamos parte de la sociedad civil o bien, funjamos como empleados estatales de cualquier nivel; escojamos o no ser de izquierda, de derecha o de cualquiera de las gradaciones que entre éstas ideologías se han catalogado. En cualquier caso, la libertad de opción de conciencia, que es un derecho humano, se extiende a también a considerar motivos políticos (ejemplo de casos como éste: Bakunin, Kropotkin, Malatesta, Leon Tolstoi y Henry David Thoreau) para que el individuo valore su posición en el seno de la sociedad. 
Todos estamos invitados a participar: empresarios, estudiantes, académicos, políticos, etc. Los derechos humanos son universales y no son patrimonio moral de ninguna ideología en particular. Guatemala es un país libre y por tanto todos tenemos la obligación y el derecho de conocer la normativa internacional que nos afecta. Así pues, insto a todo el que lea este pequeño documento, a enterarse un poco más sobre la universalidad de los Derechos Humanos, de su origen, su significado más allá de las ideologías y su aporte como instrumento para la Paz.

Los Derechos Humanos son de todos.

Redacción
05 de mayo, 2014

Derechos Humanos es una noción que cada vez es más utilizada en los noticieros nacionales e internacionales, periódicos y redes sociales; ha sido históricamente el estandarte de luchas sociales de todo tipo, como las sindicales, las que impulsan la igualdad de género o las que abogan por políticas públicas en pro de modelos de desarrollo que generen equidad patrimonial entre los miembros de una nación. Y, por supuesto, esta noción ha sido el fundamento de los mayores logros de la Humanidad como el derecho a la vida e integridad personal, el reconocimiento de las libertades de expresión y de consciencia, los límites al poder del Estado frente a los gobernados y la construcción (siempre en vías de mejora) de sistemas jurídicos que establecen el consagrado derecho al debido proceso. 

La universalidad del concepto de derechos humanos responde a la necesidad mundial de gozar con espacios de paz, seguridad y desarrollo y del anhelo de las naciones por el respeto, la tolerancia y la igualdad… pero ¿pueden ser el estandarte de una sola ideología en particular? En Guatemala, el movimiento de izquierda se adueñó del concepto; y la derecha, lo rechazó como totalmente contrario a su ideario. Y esas diferencias ideológicas han permeado negativamente la percepción de “derechos humanos” ante la opinión pública e impedido que algo universal, que nos pertenece a todos, pueda tomar su lugar como una herramienta de construcción de democracia, de evaluación de la gestión pública, y de educación respecto de nuestras obligaciones y derechos como ciudadanos en esta nuestra República de Guatemala. 
El derecho internacional de los derechos humanos nos implica a todos y nos permite hablar, conversar y dialogar entre iguales, desde una misma plataforma y con conceptos equivalentes, para alcanzar consensos y, como nos corresponde, defender “la primacía de la persona humana como sujeto y fin del orden social […] la consolidación del régimen de legalidad, seguridad, justicia, igualdad, libertad y paz […] impulsar la plena vigencia de los Derechos Humanos dentro de un orden institucional estable, permanente y popular, donde gobernados y gobernantes procedan con absoluto apego al Derecho” tal y como reza nuestra Constitución. 
Es momento que aceptemos de una vez por todas que los estándares internacionales en materia de derechos humanos no son normas extranjeras: son leyes del país y forman parte de nuestro sistema de gobierno, que rigen cada una de nuestras acciones como seres humanos, seamos parte de la sociedad civil o bien, funjamos como empleados estatales de cualquier nivel; escojamos o no ser de izquierda, de derecha o de cualquiera de las gradaciones que entre éstas ideologías se han catalogado. En cualquier caso, la libertad de opción de conciencia, que es un derecho humano, se extiende a también a considerar motivos políticos (ejemplo de casos como éste: Bakunin, Kropotkin, Malatesta, Leon Tolstoi y Henry David Thoreau) para que el individuo valore su posición en el seno de la sociedad. 
Todos estamos invitados a participar: empresarios, estudiantes, académicos, políticos, etc. Los derechos humanos son universales y no son patrimonio moral de ninguna ideología en particular. Guatemala es un país libre y por tanto todos tenemos la obligación y el derecho de conocer la normativa internacional que nos afecta. Así pues, insto a todo el que lea este pequeño documento, a enterarse un poco más sobre la universalidad de los Derechos Humanos, de su origen, su significado más allá de las ideologías y su aporte como instrumento para la Paz.