Como nunca en la historia estamos siendo testigos, y sin darnos cuenta porque el Mundial nos tiene muy embebidos, del endeudamiento más irresponsable de la historia por parte del Ejecutivo, el Congreso y los organismos internacionales. El país está en un punto crítico desde la perspectiva fiscal (no alcanzan los ingresos) y aun así se siguen aprobando préstamos. ¡Una goleada, donde pierde Guatemala!
Llevado eso a las finanzas de un Estado, el hijo (la administración pública) sigue endeudándose con el dinero de los padres (los contribuyentes), y éstos parecen inconscientes del daño que hacen.
Grecia, Argentina y España, con el desarrollo de esos países, sufrieron crisis económicas que obligaron a tomar medidas de contingencia urgentes, que incidieron en recorte del gasto público, aumento de la tasa de desempleo y situaciones extremas en las economías familiares (personas que perdieron sus casas o quedaron en la miseria). Con esos ejemplos y en Guatemala somos tan pasivos que tenemos la crisis en las narices y no somos capaces de reaccionar. ¡El camino hacia el desastre está en el horizonte si no enmendamos el rumbo!
Para mí, siguiendo la lógica, lo primero sería reducir los gastos para que se acoplaran a mis ingresos. Si no me alcanza para comprar un Lamborghini, ¿por qué me voy a endeudar para adquirirlo? ¡Si mis ingresos no alcanzan, no alcanzan! Y seguramente ningún banco me aprobaría el crédito porque el riesgo de incumplimiento de pago es muy grande. ¿Por qué, entonces, los organismos internacionales “de buena fe” siguen dando préstamos a un Estado en déficit? A un Estado que, según la última información se quiere endeudar para modernizar la Marina… ¿es esa una prioridad ahora o es el Lamborghini?
Como nunca en la historia estamos siendo testigos, y sin darnos cuenta porque el Mundial nos tiene muy embebidos, del endeudamiento más irresponsable de la historia por parte del Ejecutivo, el Congreso y los organismos internacionales. El país está en un punto crítico desde la perspectiva fiscal (no alcanzan los ingresos) y aun así se siguen aprobando préstamos. ¡Una goleada, donde pierde Guatemala!
Llevado eso a las finanzas de un Estado, el hijo (la administración pública) sigue endeudándose con el dinero de los padres (los contribuyentes), y éstos parecen inconscientes del daño que hacen.
Grecia, Argentina y España, con el desarrollo de esos países, sufrieron crisis económicas que obligaron a tomar medidas de contingencia urgentes, que incidieron en recorte del gasto público, aumento de la tasa de desempleo y situaciones extremas en las economías familiares (personas que perdieron sus casas o quedaron en la miseria). Con esos ejemplos y en Guatemala somos tan pasivos que tenemos la crisis en las narices y no somos capaces de reaccionar. ¡El camino hacia el desastre está en el horizonte si no enmendamos el rumbo!
Para mí, siguiendo la lógica, lo primero sería reducir los gastos para que se acoplaran a mis ingresos. Si no me alcanza para comprar un Lamborghini, ¿por qué me voy a endeudar para adquirirlo? ¡Si mis ingresos no alcanzan, no alcanzan! Y seguramente ningún banco me aprobaría el crédito porque el riesgo de incumplimiento de pago es muy grande. ¿Por qué, entonces, los organismos internacionales “de buena fe” siguen dando préstamos a un Estado en déficit? A un Estado que, según la última información se quiere endeudar para modernizar la Marina… ¿es esa una prioridad ahora o es el Lamborghini?