22 de junio, 2014
Varias lecturas surgen de la visita del vicepresidente de EEUU, Joe Biden. Una visita que debemos reconocer como histórica y que se suma a otras visitas de alto nivel que funcionarios del gobierno de los EEUU han hecho al país.
Primero, llama la atención que la visita se haya concretado en el último minuto, una cuestión que resultó llamativa tomando en cuenta el contexto en el que se desarrolla la misma. Por un lado, que hayan transcurrido dos meses antes del nombramiento del nuevo embajador de EEUU y tomando en cuenta que este aun no se haya presentado al país, la visita de Biden tenía como primer propósito allanar el camino previo a la venida del Embajador Todd Robinson.
Junto a esto la visita del vicepresidente se da después del escándalo mediático suscitado por el caso de los menores de edad guatemaltecos que se encuentran detenidos en diferentes ciudades de los Estados Unidos lo que ha desatado ya una crisis humanitaria. Por lo sorpresivo de la visita, Departamento de Estado no permitió que nuestras autoridades fijaran una postura contundente en la agenda. También fue un error no haber permitido que representantes de asociaciones pro migrantes, tanto en EEUU como en Guatemala, tuvieran acceso directo a la reunión. Recordemos que estas asociaciones hacen muchísimo más por los migrantes que este y anteriores gobiernos de Guatemala.
Pero allanar el camino para el embajador Robinson y ablandar la crisis de los niños migrantes eran puntos realmente secundarios. El punto neurálgico de la visita es la cooperación que EEUU espera de Guatemala en materia de lucha contra las drogas y las deportaciones de los capos del narco que los EEUU quieren. En ese sentido, se viene un llamado de atención a las nuevas autoridades del Ministerio Público y la fiscal Thelma Aldana para que continúen con el trabajo que en esa área realizó Claudia Paz y Paz. Esa será también la tarea fundamental de Robinson, encargarse de que esa estrecha colaboración entre las fuerzas de seguridad nacionales, las fuerzas antinarcóticos de los EEUU y el Ministerio Público. Todo lo demás pasa a un plano secundario.
¿Debería ser así? No, pero la otra parte de la agenda bilateral corresponde a nosotros. Guatemala debe asumir una posición más firme frente a los Estados Unidos, identificar sus intereses primordiales, aceptarlos pero con la condición de que ellos cumplan con nuestro interés primordial que en este caso es un Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés) y detener la criminalización de los migrantes.
@robertoantoniow
22 de junio, 2014
Varias lecturas surgen de la visita del vicepresidente de EEUU, Joe Biden. Una visita que debemos reconocer como histórica y que se suma a otras visitas de alto nivel que funcionarios del gobierno de los EEUU han hecho al país.
Primero, llama la atención que la visita se haya concretado en el último minuto, una cuestión que resultó llamativa tomando en cuenta el contexto en el que se desarrolla la misma. Por un lado, que hayan transcurrido dos meses antes del nombramiento del nuevo embajador de EEUU y tomando en cuenta que este aun no se haya presentado al país, la visita de Biden tenía como primer propósito allanar el camino previo a la venida del Embajador Todd Robinson.
Junto a esto la visita del vicepresidente se da después del escándalo mediático suscitado por el caso de los menores de edad guatemaltecos que se encuentran detenidos en diferentes ciudades de los Estados Unidos lo que ha desatado ya una crisis humanitaria. Por lo sorpresivo de la visita, Departamento de Estado no permitió que nuestras autoridades fijaran una postura contundente en la agenda. También fue un error no haber permitido que representantes de asociaciones pro migrantes, tanto en EEUU como en Guatemala, tuvieran acceso directo a la reunión. Recordemos que estas asociaciones hacen muchísimo más por los migrantes que este y anteriores gobiernos de Guatemala.
Pero allanar el camino para el embajador Robinson y ablandar la crisis de los niños migrantes eran puntos realmente secundarios. El punto neurálgico de la visita es la cooperación que EEUU espera de Guatemala en materia de lucha contra las drogas y las deportaciones de los capos del narco que los EEUU quieren. En ese sentido, se viene un llamado de atención a las nuevas autoridades del Ministerio Público y la fiscal Thelma Aldana para que continúen con el trabajo que en esa área realizó Claudia Paz y Paz. Esa será también la tarea fundamental de Robinson, encargarse de que esa estrecha colaboración entre las fuerzas de seguridad nacionales, las fuerzas antinarcóticos de los EEUU y el Ministerio Público. Todo lo demás pasa a un plano secundario.
¿Debería ser así? No, pero la otra parte de la agenda bilateral corresponde a nosotros. Guatemala debe asumir una posición más firme frente a los Estados Unidos, identificar sus intereses primordiales, aceptarlos pero con la condición de que ellos cumplan con nuestro interés primordial que en este caso es un Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés) y detener la criminalización de los migrantes.
@robertoantoniow