Redacción
26 de junio, 2014
¿Tiene usted una enorme sensibilidad hacia los grupos marginados y le molesta que haya personas que tengan mucho dinero? ¿Las injusticias sociales lo encolerizan tanto que se ve obligado a denunciarlas en las redes sociales por medio de su smartphone? Probablemente usted es un gran humanista de izquierda. A continuación encuentra unas recomendaciones para consolidarse dentro de esta forma de vida .
1. Lea Las venas abiertas de América Latina y a Noam Chomsky. Galeano recién dijo que no volvería a leer su obra magna y que la escribió sin saber lo suficiente de economía y política, pero seguro la senilidad ya le llegó al escritor uruguayo. Tampoco importa que Chomsky desprecie tanto al país y el sistema económico que lo han tratado muy pero muy bien: Estados Unidos es el origen del mal mundial.
2. Muestre un rotundo desprecio a las dictaduras, pero cuidado, no denuncie todas, sólo las de derecha. Defienda a los Castro en Cuba, diga que allí hay democracia pero que a los burgueses les molesta porque no es una al estilo occidental. Diga que el pueblo es pobre, no por la economía planificada que ha fracasado en todos lados del mundo, sino por el embargo económico que mantienen los gringos. Diga que al menos ahí tienen buena educación y salud, aunque es conocido el denigrante estado de sus hospitales y el bajo rendimiento de los estudiantes de colegio cubanos. Lo mismo puede decir de Chávez, Maduro, Correa, Morales, Ortega. Ojo, si alguien le pregunta sobre la situación actual de Venezuela, absténgase de opinar porque no se puede saber qué sucede allí con certeza, dado que han circulado unas fotos falsas en las redes sociales.
3. Siempre debe tener en la punta de la lengua estas palabras: oligarquía, terrateniente, latifundismo, neoliberalismo, explotación, alienado, clase, patriarcado, dictadura militar, criollo. Si se siente capaz puede usar algunas del complejo campo de la sociológica como decolonial o heteronormativo. También las puede mezclar, ejemplo: vivimos en un sistema económico neoliberal patriarcal.
4. Construya su análisis político desde una visión de clase: los que tienen contra los que no tienen. Su análisis político debe partir del hecho que ambos grupos siempre tienen intereses antagónicos, más allá del hecho que la realidad es tan compleja que los intereses de las personas no se limitan a su clase, si es que en todo caso esta categoría es objetivamente medible.
5. Tenga en cuenta que el sistema político fallido en Guatemala aún existe porque le beneficia a los grupos económicos tradicionales, quienes controlan todo el show. Poco importa que hayan “nuevos ricos”, producto del narcotráfico y de la corrupción en la concesión de obra pública estatal, que son los que están ejerciendo una gran influencia en la política nacional.
6. Sobre la historia de Guatemala, debe poner especial énfasis a la Revolución del 44. Durante los gobiernos de la revolución Guatemala mejoró en todos los aspectos, luego del golpe de Estado del 54 Guatemala ha vivido una larga noche de la que aún no sale. Sea enfático: el gobierno de Arbenz no era comunista, era capitalista porque así lo dijo en su discurso. El hecho que el partido comunista controlara a Arbenz o que comunistas extranjeros de renombre se pasearan en Guatemala en esos días o que la reforma agraria fuera dirigida por un comunista, todo eso poco importa. También sostenga que Arbenz era un gran demócrata. Que haya usado el aparato estatal para hacer campaña, que haya destituido a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia o que la policía haya cometido asesinatos políticos no le quita méritos.
Redacción
26 de junio, 2014
¿Tiene usted una enorme sensibilidad hacia los grupos marginados y le molesta que haya personas que tengan mucho dinero? ¿Las injusticias sociales lo encolerizan tanto que se ve obligado a denunciarlas en las redes sociales por medio de su smartphone? Probablemente usted es un gran humanista de izquierda. A continuación encuentra unas recomendaciones para consolidarse dentro de esta forma de vida .
1. Lea Las venas abiertas de América Latina y a Noam Chomsky. Galeano recién dijo que no volvería a leer su obra magna y que la escribió sin saber lo suficiente de economía y política, pero seguro la senilidad ya le llegó al escritor uruguayo. Tampoco importa que Chomsky desprecie tanto al país y el sistema económico que lo han tratado muy pero muy bien: Estados Unidos es el origen del mal mundial.
2. Muestre un rotundo desprecio a las dictaduras, pero cuidado, no denuncie todas, sólo las de derecha. Defienda a los Castro en Cuba, diga que allí hay democracia pero que a los burgueses les molesta porque no es una al estilo occidental. Diga que el pueblo es pobre, no por la economía planificada que ha fracasado en todos lados del mundo, sino por el embargo económico que mantienen los gringos. Diga que al menos ahí tienen buena educación y salud, aunque es conocido el denigrante estado de sus hospitales y el bajo rendimiento de los estudiantes de colegio cubanos. Lo mismo puede decir de Chávez, Maduro, Correa, Morales, Ortega. Ojo, si alguien le pregunta sobre la situación actual de Venezuela, absténgase de opinar porque no se puede saber qué sucede allí con certeza, dado que han circulado unas fotos falsas en las redes sociales.
3. Siempre debe tener en la punta de la lengua estas palabras: oligarquía, terrateniente, latifundismo, neoliberalismo, explotación, alienado, clase, patriarcado, dictadura militar, criollo. Si se siente capaz puede usar algunas del complejo campo de la sociológica como decolonial o heteronormativo. También las puede mezclar, ejemplo: vivimos en un sistema económico neoliberal patriarcal.
4. Construya su análisis político desde una visión de clase: los que tienen contra los que no tienen. Su análisis político debe partir del hecho que ambos grupos siempre tienen intereses antagónicos, más allá del hecho que la realidad es tan compleja que los intereses de las personas no se limitan a su clase, si es que en todo caso esta categoría es objetivamente medible.
5. Tenga en cuenta que el sistema político fallido en Guatemala aún existe porque le beneficia a los grupos económicos tradicionales, quienes controlan todo el show. Poco importa que hayan “nuevos ricos”, producto del narcotráfico y de la corrupción en la concesión de obra pública estatal, que son los que están ejerciendo una gran influencia en la política nacional.
6. Sobre la historia de Guatemala, debe poner especial énfasis a la Revolución del 44. Durante los gobiernos de la revolución Guatemala mejoró en todos los aspectos, luego del golpe de Estado del 54 Guatemala ha vivido una larga noche de la que aún no sale. Sea enfático: el gobierno de Arbenz no era comunista, era capitalista porque así lo dijo en su discurso. El hecho que el partido comunista controlara a Arbenz o que comunistas extranjeros de renombre se pasearan en Guatemala en esos días o que la reforma agraria fuera dirigida por un comunista, todo eso poco importa. También sostenga que Arbenz era un gran demócrata. Que haya usado el aparato estatal para hacer campaña, que haya destituido a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia o que la policía haya cometido asesinatos políticos no le quita méritos.