Vigente de nuevo la propuesta de cobrar más impuestos so pretexto de proporcionar la seguridad que no llega. El mensaje principal de campaña fue la seguridad y por ello el actual gobierno llegó al poder. Idéntico fin tuvo la reforma fiscal 2012 que proporcionaría más recursos para mejorar, precisamente, la seguridad. Sin embargo, estamos igual o peor que antes y, además, con menor recaudación, producto de una reforma que fracasó en sus objetivos. A todo ello sumarle que puertos y aeropuertos están intervenidos -también para ¡mejorar la recaudación y evitar el fraude!- aunque aquella es menor y las estafas se siguen produciendo.

Pero, con notable desfachatez, vuelven a proponer otro impuesto o reacomodo del presupuesto para enfrentar retos de seguridad. Una que se ha argumentado y recogido en prensa es la necesidad de construir comisarias porque las actuales son edificios alquilados. No obstante, el presupuesto de Gobernación 2014 destina Q46 millones a alquiler lo que representa un bajísimo porcentaje respecto del total. Contrariamente, el mismo presupuesto tiene inútil dinero millonario en protocolo, personal por contrato (Q 32 millones), el genérico concepto de “otros estudios y/o servicios (Q174,5 millones, 200% mas que en 2013) o becas de estudio al interior (Q32 millones), entre otros. Si se suprimieran o aclararan esas partidas habría una sustancial cantidad para las reformas que se pretenden. Por otra parte, el ministerio hace inversiones en rubros que cada año pueden modificarse. En 2014 hay previstos Q391,8 millones para equipo de transporte; Q52,5 para comunicaciones; la modernización de computo se lleva Q86,3 millones y ese general concepto de “otras maquinarias” Q70,68 millones.

Es decir, para 2015 habría disponible más de Q600 millones -no es poca cosa- y en cuatro años se alcanzaría la cifra de Q2.500 millones, similar a la que solicita el ministro. No hay que pensar mucho, más bien tener la voluntad de hacer las cosas y dejar la manida arenga de subida impositiva especialmente cuando muchos contratos de ese ministerio han sido botados por señalamientos de fraude u ofertas por excepción. Otra vía a explorar sería suprimir definitivamente los Q500 inútiles millones que anualmente se despilfarran en fertilizante que solamente abonan clientelismo, lo que elevaría la cifra disponible para inversión en seguridad a Q1,100 millones. Si se continua explorando el presupuesto nacional se alcanzan fácilmente las cifras que don Mauricio solicita. También, como formula complementaria, debería animarse a establecer un sistema fiscal en el que todos paguen. La economía sumergida es superior al 60% y las exenciones impositivas -algunas aprobadas por diputados de este gobierno- favorecen a financistas o personajes tradicionales.

¡Basta de estupideces!, aunque se razonen. Los recursos son escasos, principio esencial de la economía. El debate sobre la optimización del gasto público (eficiencia) ha quedado huero y únicamente la solicitud de más dinero es la perorata empleada por cualquier político de turno. Lo que tiene que hacer el gobierno es dejar de gastar en publicidad, programitas de TV, viajes familiares de la vicepresidenta al Vaticano o similares y prestar atención a su obligación principal: la seguridad. Si así lo hicieran sobrarían recursos o al menos alcanzarían. El problema es que no quieren porque en medio de todo ese río revuelto quedan porcentajes y comisiones que aseguran el incierto futuro de algunos o satisfacen a financistas ¿Por cierto por qué no propusieron esto en el primer año de gobierno? ¿Habían estudiado bien el problema o les sorprende ahora?