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Inversión sin privilegios

Redacción
14 de julio, 2014
En días recientes se ha comentado sobre la iniciativa 4644 conocida como la “Ley de Inversión y empleo”, la cual envió el Ejecutivo a principios del año pasado para discusión en el Congreso y, en febrero de este año, recibió el dictamen favorable con modificación por parte de la Comisión de Economía y Comercio Exterior. 

El origen de esta iniciativa es el Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias (SMC) que firmó el Gobierno de Guatemala con la Organización Mundial de Comercio (OMC) para reducir y eliminar los subsidios a las exportaciones no agropecuarias durante un periodo de ocho años cuyo plazo vencía en 2003. Sin embargo en la Ronda de Doha se negoció la extensión de ese plazo hasta el 31 de diciembre de 2015. 
A simple vista, el nombre de esta iniciativa es alentador si pensamos que precisamente es la inversión privada lo que necesitamos en el país para generar riqueza y empleo que mejoren la calidad de vida de todos. 
Pero si analizamos más a fondo esta iniciativa ya no resulta tan favorable como en un principio parecía. Ya que propone, entre otras cosas, incentivos fiscales y no tributarios para atraer a los inversionistas como la exención del ISR, del IVA por importaciones, del IVA doméstico, de derechos arancelarios a la importación, del Impuesto de Solidaridad (ISO) o cualquier otro impuesto acreditable al ISR, además de facilitar los trámites, registros y certificaciones de las entidades de Gobierno para reducir los tiempos y costos de instalación y operación. Todos estos beneficios (y otros no mencionados) sólo serán aplicables para quienes estén autorizados por el Ministerio de Economía y que además inviertan más de quinientos mil dólares. 
Considero que sí es deseable que haya inversión privada tanto nacional como extranjera en el país…pero no a través de privilegios como los antes mencionados. Sí es necesario que se generen más empleos productivos, léase en la iniciativa privada… pero no dándole mayores beneficios por el tamaño de la cartera sino tratando a todos por igual ante la ley. 
Sí es necesario que se desarrollen más regiones del país para que haya más polos de crecimiento y diversificación de la economía si así fuera el caso… pero no que decida dónde, cuánto y cómo el burócrata de turno sino los mismos inversionistas a su provecho y riesgo. 
Sí es necesario bajar las tasas de impuestos… pero a todos para reactivar la economía. Sí es necesario facilitar y simplificar los trámites ante las dependencias del gobierno…pero no sólo a quienes el burócrata decida sino a todos por igual. 
Los politiqueros están demostrando que son conscientes que para ser competitivos se deben reducir los impuestos, facilitar los trámites de instalación y operación de los emprendedores. 
Ahora les falta entender que TODOS los emprendedores honestos y capaces buscan ser competitivos, no buscan privilegios del gobierno sino que no les estorben. Buscan del gobierno seguridad, justicia y certeza jurídica principalmente. 
Si los politiqueros, por fin, están reconociendo que uno de los incentivos (tal vez no el más importante) para aumentar la inversión es bajar los impuestos, por qué entonces no se aplican a todo el país. Por qué no exigen que se respete la propiedad de quienes ya invierten, por qué no simplifican la tramitología interminable para operar en el país, por qué no reducen el poder discrecional de los burócratas. 
La mejor forma de atraer inversión es primero tratando bien a quienes ya invierten, no mediante privilegios, sino mediante leyes claras, universales, aplicables a todos; mediante la certeza jurídica y el cumplimiento de la función principal del gobierno: seguridad y justicia. 
Sí a la eliminación del ISR….pero no sólo para algunos sino para todos.

Inversión sin privilegios

Redacción
14 de julio, 2014
En días recientes se ha comentado sobre la iniciativa 4644 conocida como la “Ley de Inversión y empleo”, la cual envió el Ejecutivo a principios del año pasado para discusión en el Congreso y, en febrero de este año, recibió el dictamen favorable con modificación por parte de la Comisión de Economía y Comercio Exterior. 

El origen de esta iniciativa es el Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias (SMC) que firmó el Gobierno de Guatemala con la Organización Mundial de Comercio (OMC) para reducir y eliminar los subsidios a las exportaciones no agropecuarias durante un periodo de ocho años cuyo plazo vencía en 2003. Sin embargo en la Ronda de Doha se negoció la extensión de ese plazo hasta el 31 de diciembre de 2015. 
A simple vista, el nombre de esta iniciativa es alentador si pensamos que precisamente es la inversión privada lo que necesitamos en el país para generar riqueza y empleo que mejoren la calidad de vida de todos. 
Pero si analizamos más a fondo esta iniciativa ya no resulta tan favorable como en un principio parecía. Ya que propone, entre otras cosas, incentivos fiscales y no tributarios para atraer a los inversionistas como la exención del ISR, del IVA por importaciones, del IVA doméstico, de derechos arancelarios a la importación, del Impuesto de Solidaridad (ISO) o cualquier otro impuesto acreditable al ISR, además de facilitar los trámites, registros y certificaciones de las entidades de Gobierno para reducir los tiempos y costos de instalación y operación. Todos estos beneficios (y otros no mencionados) sólo serán aplicables para quienes estén autorizados por el Ministerio de Economía y que además inviertan más de quinientos mil dólares. 
Considero que sí es deseable que haya inversión privada tanto nacional como extranjera en el país…pero no a través de privilegios como los antes mencionados. Sí es necesario que se generen más empleos productivos, léase en la iniciativa privada… pero no dándole mayores beneficios por el tamaño de la cartera sino tratando a todos por igual ante la ley. 
Sí es necesario que se desarrollen más regiones del país para que haya más polos de crecimiento y diversificación de la economía si así fuera el caso… pero no que decida dónde, cuánto y cómo el burócrata de turno sino los mismos inversionistas a su provecho y riesgo. 
Sí es necesario bajar las tasas de impuestos… pero a todos para reactivar la economía. Sí es necesario facilitar y simplificar los trámites ante las dependencias del gobierno…pero no sólo a quienes el burócrata decida sino a todos por igual. 
Los politiqueros están demostrando que son conscientes que para ser competitivos se deben reducir los impuestos, facilitar los trámites de instalación y operación de los emprendedores. 
Ahora les falta entender que TODOS los emprendedores honestos y capaces buscan ser competitivos, no buscan privilegios del gobierno sino que no les estorben. Buscan del gobierno seguridad, justicia y certeza jurídica principalmente. 
Si los politiqueros, por fin, están reconociendo que uno de los incentivos (tal vez no el más importante) para aumentar la inversión es bajar los impuestos, por qué entonces no se aplican a todo el país. Por qué no exigen que se respete la propiedad de quienes ya invierten, por qué no simplifican la tramitología interminable para operar en el país, por qué no reducen el poder discrecional de los burócratas. 
La mejor forma de atraer inversión es primero tratando bien a quienes ya invierten, no mediante privilegios, sino mediante leyes claras, universales, aplicables a todos; mediante la certeza jurídica y el cumplimiento de la función principal del gobierno: seguridad y justicia. 
Sí a la eliminación del ISR….pero no sólo para algunos sino para todos.