Se acerca una nueva Conferencia Episcopal Latinoamericana, y no será de extrañar
que los Obispos pongan su voz de alerta sobre las condiciones materiales de vida,
muchas veces infrahumanas, de gran parte de la población de sus castigados países. No
vamos a referirnos ahora en detalle al tema del diagnóstico de tan delicada situación
(aunque ello sea muy importante) sino que vamos a poner el acento en una cuestión que
tal vez facilite el entendimiento en quienes “diagnosticamos diferente” en estos temas.
“economía libre”, “economía de mercado” (los términos pueden cambiar, estamos
adoptando los distinguidos por Juan Pablo II en Centesimus annus) y la tradición cristiana
y la Doctrina Social de la Iglesia. Por ello, no podemos dejar de registrar que quienes son
partidarios de las economía de mercado (sean cristianos o no) no hablan de oprimidos,
excluidos y explotados. Esos términos han sido interpretados, la mayor parte de las
veces, bajo el paradigma de la lucha de clases. Ese es el motivo, creemos, de que los
partidarios del mercado no usen esa terminología, aunque ello puede ocasionar una
posible confusión: a) que los partidarios del mercado nieguen que haya fenómenos de
injusticia en los temas socioeconómicos; b) que nos les interesa el destino de quienes
padecen inenarrables sufrimientos.
desocupación, desnutrición, y condiciones de vida indignas que, aunque relativas a la
circunstancia histórica, conmueven el corazón de cualquier persona de buena voluntad, y,
sobre todo, de cualquier cristiano para quien, como dijo Edith Stein, nadie le es
indiferente.
*Profesor argentino
Se acerca una nueva Conferencia Episcopal Latinoamericana, y no será de extrañar
que los Obispos pongan su voz de alerta sobre las condiciones materiales de vida,
muchas veces infrahumanas, de gran parte de la población de sus castigados países. No
vamos a referirnos ahora en detalle al tema del diagnóstico de tan delicada situación
(aunque ello sea muy importante) sino que vamos a poner el acento en una cuestión que
tal vez facilite el entendimiento en quienes “diagnosticamos diferente” en estos temas.
“economía libre”, “economía de mercado” (los términos pueden cambiar, estamos
adoptando los distinguidos por Juan Pablo II en Centesimus annus) y la tradición cristiana
y la Doctrina Social de la Iglesia. Por ello, no podemos dejar de registrar que quienes son
partidarios de las economía de mercado (sean cristianos o no) no hablan de oprimidos,
excluidos y explotados. Esos términos han sido interpretados, la mayor parte de las
veces, bajo el paradigma de la lucha de clases. Ese es el motivo, creemos, de que los
partidarios del mercado no usen esa terminología, aunque ello puede ocasionar una
posible confusión: a) que los partidarios del mercado nieguen que haya fenómenos de
injusticia en los temas socioeconómicos; b) que nos les interesa el destino de quienes
padecen inenarrables sufrimientos.
desocupación, desnutrición, y condiciones de vida indignas que, aunque relativas a la
circunstancia histórica, conmueven el corazón de cualquier persona de buena voluntad, y,
sobre todo, de cualquier cristiano para quien, como dijo Edith Stein, nadie le es
indiferente.
*Profesor argentino