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Objetivismo y su diferencia con el realismo

Redacción
22 de julio, 2014

En el capítulo “Sobre la Inteligencia del Perro” de Naturaleza, vol. 33, se describe un experimento en donde al enviar tres hombres a una caseta de vigilancia, unos cuervos se ocultaban. Al regresar dos de los tres hombres, los cuervos advertían que faltaba uno y permanecían ocultos. Fue necesario enviar cinco o seis hombres a la caseta de vigilancia para arruinar los cálculos de los cuervos. Éstos, pensando que este número de hombres había regresado, (cuando en realidad sólo regresaron cuatro) no titubearon en salir de su escondite. Por lo que parece, la habilidad de discriminación de los cuervos se extiende sólo a tres o cuatro unidades, y su habilidad perceptiva matemática consiste en una secuencia como: uno-dos-tres-muchos. 

Los hombres no lo hacemos mucho mejor. Existe un límite al número de unidades que el humano puede enfocar simultáneamente. Trate el lector de identificar el siguiente número:
1000000000000000000000 
¿Es difícil, verdad? Tal vez así sea más fácil:
1,000? 000 ?000 ?000 ?000 ?000,000 
La cifra es mil quintillones, y aún podemos expresarla en forma más condensada: 10²¹ 
Diez elevado a la veintiuna potencia es ya un concepto. De igual manera que hicimos al dividir la cifra en unidades más pequeñas, y por tanto, más fáciles de percibir para captar la cantidad, los conceptos son el medio para superar el límite de nuestra percepción directa al condensar muchas unidades en una. Éstos son condensaciones de conocimiento que posibilita el estudio y la división de la labor cognitiva. Formamos los conceptos como un sistema de clasificación, cada vez que la gama de datos percibidos se vuelve demasiado grande para que nuestro cerebro pueda manejarlos. Los conceptos representan tipos específicos de existentes, que incluyen todas las características de estos existentes, de los observados y de los aún no observados, conocidos y desconocidos. 
El Realismo afirma que existen conceptos “universales”, a diferencia del Nominalismo, y que su contenido, la «quididad» aprehendida por el intelecto está realizada en la entidad. Así, el concepto ‘humano’ en el Realismo se refiere al “universal” que se supone se encuentre dentro del concreto. En el Objetivismo, el concepto ‘humano’ se refiere a las unidades, los entes que existen con todas sus características, las conocidas y las aún por descubrir. 
El Objetivismo rechaza la idea de que el concepto sea igual a su definición. La función de la definición es el de ser una manera de economizar unidades, de sintetizar el significado de un concepto, pero el significado de un concepto incluye mucho más que las características que usamos para conceptualizar cosas. Las características distintivas o definitorias son el “cómo” clasificamos, no el “qué” clasificamos. Lo que clasificamos son entidades existentes, con todas sus características. 
La visión resultante es totalmente distinta a la de los Realistas. El modelo Realista de abstracción como substracción implica que los conceptos más amplios tienen menos contenido cognitivo que los más estrechos o específicos de los que se forman. Para los Realistas, el concepto ‘humano’ abstrae el “universal” de los humanos individuales al substraerlo mentalmente y descartar todo aquello se diferencia entre humanos. Así el concepto ‘animal’ descarta aún más características, reteniendo sólo aquello que tienen en común los animales, descartando también las características “universales” de los humanos. La premisa de abstracción como substracción es la que condujo a Hegel a concluir que el concepto de ‘existencia’ no tiene contenido. Según Hegel, el ‘ser’ es la más alta abstracción posible, del que toda determinación de cualquier tipo, todo carácter, ha sido abstraído. Por lo tanto el ‘ser’, según Hegel, no tiene carácter y está totalmente vacío, por lo que es equivalente a nada. ‘Ser’, entonces –según Hegel, es nada. 
La teoría de Rand es todo lo contrario. Reconoce que la formación de conceptos es integrativa, es decir, que los conceptos más amplios contienen más contenido cognitivo que cualquiera de los más estrechos o específicos de los que se forman. Al formar el concepto de ‘humano’ uno advierte relaciones entre los humanos contrastando con puntos de contraste como, gorila, caballo, perro etc. Para formar el concepto ‘animal’, uno debe retener ese hecho y advertir además algo: la relación más amplia entre caballos, gorilas, perros, etc., en contraste con plantas, rocas, muebles, artefactos, etc., y otros entes de los cuales se diferencia ‘animal’. 
De tal manera, el concepto más amplio ‘animal’ –que es una abstracción de abstracciones –subsume e incluye toda la información de los conceptos de primer nivel –que son abstracciones de entes concretos –más sus interrelaciones. Así como los conceptos de primer nivel denotan entidades en la realidad, con todas sus características, el concepto de nivel superior, más amplio, también los denota, sólo que representa una perspectiva más extensa, como lo hace el concepto ‘animal’ en virtud de integrar ‘humano’, ‘caballo’, ‘gorila’, ‘perro’, etc. 
El Realismo se disgrega de la realidad desde el primer nivel conceptual, pues sostiene que conceptos como ‘humano’ no se refiere a entidades sino que sólo al elemento universal en él. Aumenta su error al suponer que el concepto ‘animal’ se refiere a un aún más enrarecido universal, dejando al concepto con menor contenido. Para los Realistas lo que el hombre es, su «quididad», su esencia, que capta la mente, se denominan, en lógica, las notas representadas por el concepto, y a la suma total de estas notas se le llama la comprehensión o intensión del concepto. 
Así, según el Realismo, conforme se abstrae más, aumenta la extensión y disminuye la comprehensión: HUMANO (5 notas): Substancia, material, viva, sentiente, racional; ANIMAL (4 notas): Substancia, material, viva, sentiente; ORGANISMO (3 notas): Substancia, material, viva; CUERPO (2 notas): Substancia, material; y así vemos a que conduce. 
El Objetivismo identifica que el concepto ‘animal’ requiere más conocimiento que el concepto ‘humano’, ya que requiere conocimiento del humano y de otras especies. Requiere conocimiento de las características del humano y de las características del perro, del caballo, del gorila, etc., para diferenciarlos de plantas y de objetos inanimados. El error de los Realistas consiste en asumir que el concepto consiste sólo en sus características distintivas. 
El concepto ‘humano’ no consiste sólo en “facultad racional”. Si así fuera, los dos serían intercambiables (el error de Kant, entre otros), pero no lo son. El concepto ‘humano’ incluye todas las características del humano, sirviendo la “facultad racional” como la característica distintiva. 
 En el caso de conceptos más amplios como ‘animal’, éste no consiste sólo en “consciente y locomoción”, sino que éste subsume todas las características de toda especie animal, con “consciencia y locomoción” sirviendo como característica distintiva. 
Así que, mientras el modelo Realista es substractivo, el modelo Objetivista es integrativo.

Objetivismo y su diferencia con el realismo

Redacción
22 de julio, 2014

En el capítulo “Sobre la Inteligencia del Perro” de Naturaleza, vol. 33, se describe un experimento en donde al enviar tres hombres a una caseta de vigilancia, unos cuervos se ocultaban. Al regresar dos de los tres hombres, los cuervos advertían que faltaba uno y permanecían ocultos. Fue necesario enviar cinco o seis hombres a la caseta de vigilancia para arruinar los cálculos de los cuervos. Éstos, pensando que este número de hombres había regresado, (cuando en realidad sólo regresaron cuatro) no titubearon en salir de su escondite. Por lo que parece, la habilidad de discriminación de los cuervos se extiende sólo a tres o cuatro unidades, y su habilidad perceptiva matemática consiste en una secuencia como: uno-dos-tres-muchos. 

Los hombres no lo hacemos mucho mejor. Existe un límite al número de unidades que el humano puede enfocar simultáneamente. Trate el lector de identificar el siguiente número:
1000000000000000000000 
¿Es difícil, verdad? Tal vez así sea más fácil:
1,000? 000 ?000 ?000 ?000 ?000,000 
La cifra es mil quintillones, y aún podemos expresarla en forma más condensada: 10²¹ 
Diez elevado a la veintiuna potencia es ya un concepto. De igual manera que hicimos al dividir la cifra en unidades más pequeñas, y por tanto, más fáciles de percibir para captar la cantidad, los conceptos son el medio para superar el límite de nuestra percepción directa al condensar muchas unidades en una. Éstos son condensaciones de conocimiento que posibilita el estudio y la división de la labor cognitiva. Formamos los conceptos como un sistema de clasificación, cada vez que la gama de datos percibidos se vuelve demasiado grande para que nuestro cerebro pueda manejarlos. Los conceptos representan tipos específicos de existentes, que incluyen todas las características de estos existentes, de los observados y de los aún no observados, conocidos y desconocidos. 
El Realismo afirma que existen conceptos “universales”, a diferencia del Nominalismo, y que su contenido, la «quididad» aprehendida por el intelecto está realizada en la entidad. Así, el concepto ‘humano’ en el Realismo se refiere al “universal” que se supone se encuentre dentro del concreto. En el Objetivismo, el concepto ‘humano’ se refiere a las unidades, los entes que existen con todas sus características, las conocidas y las aún por descubrir. 
El Objetivismo rechaza la idea de que el concepto sea igual a su definición. La función de la definición es el de ser una manera de economizar unidades, de sintetizar el significado de un concepto, pero el significado de un concepto incluye mucho más que las características que usamos para conceptualizar cosas. Las características distintivas o definitorias son el “cómo” clasificamos, no el “qué” clasificamos. Lo que clasificamos son entidades existentes, con todas sus características. 
La visión resultante es totalmente distinta a la de los Realistas. El modelo Realista de abstracción como substracción implica que los conceptos más amplios tienen menos contenido cognitivo que los más estrechos o específicos de los que se forman. Para los Realistas, el concepto ‘humano’ abstrae el “universal” de los humanos individuales al substraerlo mentalmente y descartar todo aquello se diferencia entre humanos. Así el concepto ‘animal’ descarta aún más características, reteniendo sólo aquello que tienen en común los animales, descartando también las características “universales” de los humanos. La premisa de abstracción como substracción es la que condujo a Hegel a concluir que el concepto de ‘existencia’ no tiene contenido. Según Hegel, el ‘ser’ es la más alta abstracción posible, del que toda determinación de cualquier tipo, todo carácter, ha sido abstraído. Por lo tanto el ‘ser’, según Hegel, no tiene carácter y está totalmente vacío, por lo que es equivalente a nada. ‘Ser’, entonces –según Hegel, es nada. 
La teoría de Rand es todo lo contrario. Reconoce que la formación de conceptos es integrativa, es decir, que los conceptos más amplios contienen más contenido cognitivo que cualquiera de los más estrechos o específicos de los que se forman. Al formar el concepto de ‘humano’ uno advierte relaciones entre los humanos contrastando con puntos de contraste como, gorila, caballo, perro etc. Para formar el concepto ‘animal’, uno debe retener ese hecho y advertir además algo: la relación más amplia entre caballos, gorilas, perros, etc., en contraste con plantas, rocas, muebles, artefactos, etc., y otros entes de los cuales se diferencia ‘animal’. 
De tal manera, el concepto más amplio ‘animal’ –que es una abstracción de abstracciones –subsume e incluye toda la información de los conceptos de primer nivel –que son abstracciones de entes concretos –más sus interrelaciones. Así como los conceptos de primer nivel denotan entidades en la realidad, con todas sus características, el concepto de nivel superior, más amplio, también los denota, sólo que representa una perspectiva más extensa, como lo hace el concepto ‘animal’ en virtud de integrar ‘humano’, ‘caballo’, ‘gorila’, ‘perro’, etc. 
El Realismo se disgrega de la realidad desde el primer nivel conceptual, pues sostiene que conceptos como ‘humano’ no se refiere a entidades sino que sólo al elemento universal en él. Aumenta su error al suponer que el concepto ‘animal’ se refiere a un aún más enrarecido universal, dejando al concepto con menor contenido. Para los Realistas lo que el hombre es, su «quididad», su esencia, que capta la mente, se denominan, en lógica, las notas representadas por el concepto, y a la suma total de estas notas se le llama la comprehensión o intensión del concepto. 
Así, según el Realismo, conforme se abstrae más, aumenta la extensión y disminuye la comprehensión: HUMANO (5 notas): Substancia, material, viva, sentiente, racional; ANIMAL (4 notas): Substancia, material, viva, sentiente; ORGANISMO (3 notas): Substancia, material, viva; CUERPO (2 notas): Substancia, material; y así vemos a que conduce. 
El Objetivismo identifica que el concepto ‘animal’ requiere más conocimiento que el concepto ‘humano’, ya que requiere conocimiento del humano y de otras especies. Requiere conocimiento de las características del humano y de las características del perro, del caballo, del gorila, etc., para diferenciarlos de plantas y de objetos inanimados. El error de los Realistas consiste en asumir que el concepto consiste sólo en sus características distintivas. 
El concepto ‘humano’ no consiste sólo en “facultad racional”. Si así fuera, los dos serían intercambiables (el error de Kant, entre otros), pero no lo son. El concepto ‘humano’ incluye todas las características del humano, sirviendo la “facultad racional” como la característica distintiva. 
 En el caso de conceptos más amplios como ‘animal’, éste no consiste sólo en “consciente y locomoción”, sino que éste subsume todas las características de toda especie animal, con “consciencia y locomoción” sirviendo como característica distintiva. 
Así que, mientras el modelo Realista es substractivo, el modelo Objetivista es integrativo.