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Inversión y Empleo: Debate Equivocado

Redacción
23 de julio, 2014

La discusión en torno a Ley de Inversión y Empleo permite constatar, nuevamente, que lo único que importa al neo imperialismo tributario, en su variedad criolla, es garantizar que los contribuyentes cada vez paguen más. Poco o nada importa a los defensores de este neo imperialismo tributario los efectos que sus diseños impositivos puedan tener sobre la capacidad de creación de nuevos empleos, promoción de la inversión o ampliación de las oportunidades de negocios. 

Estos personajes rara vez, tal vez ninguna, han considerado que el diseño de la estructura tributaria es parte integral de una estrategia global de desarrollo o, por lo menos, que su voraz apetito por aumentar la recaudación puede tener impactos negativos sobre las posibilidades de crecimiento del país. En general, la mayoría de reformas tributarias han hecho caso omiso de la relación existente entre impuestos al trabajo, al capital, al ahorro y a la inversión y sus efectos sobre la creación de empleos y posibilidades de crecimiento del país. 
La mayoría de reformas tributarias en el pasado ha estado motivadas por el deseo de aumentar la carga tributaria. Antes de considerar algún potencial efecto negativo entre la estructura impositiva y el desarrollo económico, siempre se ha preferido dar prioridad al potencial recaudatorio de los impuestos. Es así como siempre se terminan adoptando impuestos por su capacidad recaudatoria, facilidad de cobro y fiscalización o por su papel punitivo contra sectores que no tributan “suficiente” en la estructura previa de impuestos. Una inercia que ha vuelto a aflorar dentro la discusión en torno la Ley de Inversión y Empleo, en donde las consideraciones acerca de la necesidad de generar mayores oportunidades de empleo e inversión han quedado de lado ante la potencial amenaza que dicha ley representa para la recaudación.
Como mínimo, en dicho debate debería no olvidarse que el fin fundamental del sistema económico no es que todos los ciudadanos paguen impuestos, sino que todos tengan acceso a un empleo y a mayor bienestar social y económico. Cuestión que difícilmente se podrá lograr en ausencia de mayores niveles de inversión, nuevas empresas y más oportunidades económicas para todos. 
En la medida que las reformas tributarias sigan enfocadas en aumentar la recaudación tributaria, lo único que se va a lograr es ir reduciendo gradualmente la capacidad competitiva o ventajas naturales que pudiera tener el aparato productivo nacional. Aspectos que han quedado olvidados dentro de la discusión de la referida ley de Inversión y Empleo; discusión en donde lo único importante pareciera ser garantizar la recaudación tributaria.

Inversión y Empleo: Debate Equivocado

Redacción
23 de julio, 2014

La discusión en torno a Ley de Inversión y Empleo permite constatar, nuevamente, que lo único que importa al neo imperialismo tributario, en su variedad criolla, es garantizar que los contribuyentes cada vez paguen más. Poco o nada importa a los defensores de este neo imperialismo tributario los efectos que sus diseños impositivos puedan tener sobre la capacidad de creación de nuevos empleos, promoción de la inversión o ampliación de las oportunidades de negocios. 

Estos personajes rara vez, tal vez ninguna, han considerado que el diseño de la estructura tributaria es parte integral de una estrategia global de desarrollo o, por lo menos, que su voraz apetito por aumentar la recaudación puede tener impactos negativos sobre las posibilidades de crecimiento del país. En general, la mayoría de reformas tributarias han hecho caso omiso de la relación existente entre impuestos al trabajo, al capital, al ahorro y a la inversión y sus efectos sobre la creación de empleos y posibilidades de crecimiento del país. 
La mayoría de reformas tributarias en el pasado ha estado motivadas por el deseo de aumentar la carga tributaria. Antes de considerar algún potencial efecto negativo entre la estructura impositiva y el desarrollo económico, siempre se ha preferido dar prioridad al potencial recaudatorio de los impuestos. Es así como siempre se terminan adoptando impuestos por su capacidad recaudatoria, facilidad de cobro y fiscalización o por su papel punitivo contra sectores que no tributan “suficiente” en la estructura previa de impuestos. Una inercia que ha vuelto a aflorar dentro la discusión en torno la Ley de Inversión y Empleo, en donde las consideraciones acerca de la necesidad de generar mayores oportunidades de empleo e inversión han quedado de lado ante la potencial amenaza que dicha ley representa para la recaudación.
Como mínimo, en dicho debate debería no olvidarse que el fin fundamental del sistema económico no es que todos los ciudadanos paguen impuestos, sino que todos tengan acceso a un empleo y a mayor bienestar social y económico. Cuestión que difícilmente se podrá lograr en ausencia de mayores niveles de inversión, nuevas empresas y más oportunidades económicas para todos. 
En la medida que las reformas tributarias sigan enfocadas en aumentar la recaudación tributaria, lo único que se va a lograr es ir reduciendo gradualmente la capacidad competitiva o ventajas naturales que pudiera tener el aparato productivo nacional. Aspectos que han quedado olvidados dentro de la discusión de la referida ley de Inversión y Empleo; discusión en donde lo único importante pareciera ser garantizar la recaudación tributaria.