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Israel se equivoca

Redacción
29 de julio, 2014
La ofensiva del ejército israelí sobre Gaza, bautizada Margen defensivo, continúa. El número de muertos, tanto israelíes como, sobre todo, gazatíes, sigue aumentando. Las llamadas internacionales de condena a la acción del gobierno de Tel Aviv se multiplican y la sensación de un malestar antisemita crece, como se ha visto en las manifestaciones, las aceptadas y las reprimidas, en París. Y todo ello porque el gobierno hebreo de Benjamín Netanyahu se equivoca. 
Se equivoca porque Hamas, la organización terrorista que controla Gaza funciona en base a muertos. Su objetivo final es no sólo destruir el Estado de Israel, sino edificar un estado integrista islámico que cuantos más mártires posea, más querido será para “su Señor”. Ojo, no todos los musulmanes son integristas, pero los de Hamas lo son todos. 
Israel se equivoca por no recordar machaconamente, cada día, que el Estado de Israel tiene el mismo derecho a existir, insisto, algo a lo que se opone Hamas, que un Estado palestino, los dos resultado de la descolonización del mandato británico a partir de 1947. 
Israel se equivoca por no repetir una y otra vez que es un Estado de Derecho que garantiza la vida y las libertades de sus ciudadanos. Porque, es cierto, en Israel hay racismo, pero el árabe es lengua cooficial. Como también es cierto que en Nazaret hay muchos más musulmanes que judíos y siguen siendo todos israelíes, o que los judíos expulsados de Cisjordania y Gaza en las guerras del 47-48 fueron asimilados en el nuevo Estado y no olvidados en campos de refugiados. 
Por eso, Israel también se opone a las autoridades palestinas. A al Fatah, en Cisjordania, donde ha creado un no Estado lastrado por la corrupción y donde la minoría cristiana (sobre todo en Belén) se ve acosada por sus connacionales musulmanes. A Hamas, en Gaza, que ha constituido un ente integrista islámico donde la mayor parte de los rivales políticos han sido eliminados (físicamente) y la mitad de sus habitantes, las mujeres, han visto menguados su capacidad para decidir. 
Quizás Netanyahu necesitaba un golpe de fuerza para consolidar su liderazgo, siempre cuestionado. Pero ante los ataques de los cohetes terroristas, la solución no era una operación a gran escala que provocara cientos de bajas. El ejército hebreo posee las alternativas necesarias para no llegar a ese extremo. 
Al final, Israel se equivoca, porque en lugar de hacernos ver que lucha por unos derechos legítimos para ellos y para todos los que amamos la libertad, se empeña en dejar que la prensa internacional llene sus portadas con los muertos de Gaza.
*Historiador

Israel se equivoca

Redacción
29 de julio, 2014
La ofensiva del ejército israelí sobre Gaza, bautizada Margen defensivo, continúa. El número de muertos, tanto israelíes como, sobre todo, gazatíes, sigue aumentando. Las llamadas internacionales de condena a la acción del gobierno de Tel Aviv se multiplican y la sensación de un malestar antisemita crece, como se ha visto en las manifestaciones, las aceptadas y las reprimidas, en París. Y todo ello porque el gobierno hebreo de Benjamín Netanyahu se equivoca. 
Se equivoca porque Hamas, la organización terrorista que controla Gaza funciona en base a muertos. Su objetivo final es no sólo destruir el Estado de Israel, sino edificar un estado integrista islámico que cuantos más mártires posea, más querido será para “su Señor”. Ojo, no todos los musulmanes son integristas, pero los de Hamas lo son todos. 
Israel se equivoca por no recordar machaconamente, cada día, que el Estado de Israel tiene el mismo derecho a existir, insisto, algo a lo que se opone Hamas, que un Estado palestino, los dos resultado de la descolonización del mandato británico a partir de 1947. 
Israel se equivoca por no repetir una y otra vez que es un Estado de Derecho que garantiza la vida y las libertades de sus ciudadanos. Porque, es cierto, en Israel hay racismo, pero el árabe es lengua cooficial. Como también es cierto que en Nazaret hay muchos más musulmanes que judíos y siguen siendo todos israelíes, o que los judíos expulsados de Cisjordania y Gaza en las guerras del 47-48 fueron asimilados en el nuevo Estado y no olvidados en campos de refugiados. 
Por eso, Israel también se opone a las autoridades palestinas. A al Fatah, en Cisjordania, donde ha creado un no Estado lastrado por la corrupción y donde la minoría cristiana (sobre todo en Belén) se ve acosada por sus connacionales musulmanes. A Hamas, en Gaza, que ha constituido un ente integrista islámico donde la mayor parte de los rivales políticos han sido eliminados (físicamente) y la mitad de sus habitantes, las mujeres, han visto menguados su capacidad para decidir. 
Quizás Netanyahu necesitaba un golpe de fuerza para consolidar su liderazgo, siempre cuestionado. Pero ante los ataques de los cohetes terroristas, la solución no era una operación a gran escala que provocara cientos de bajas. El ejército hebreo posee las alternativas necesarias para no llegar a ese extremo. 
Al final, Israel se equivoca, porque en lugar de hacernos ver que lucha por unos derechos legítimos para ellos y para todos los que amamos la libertad, se empeña en dejar que la prensa internacional llene sus portadas con los muertos de Gaza.
*Historiador