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Sobre la estructura de revoluciones científicas

Redacción
11 de agosto, 2014

La estructura de las revoluciones
científicas es el título de un libro de la filosofía de la ciencia escrito por
Thomas Kuhn. Kuhn describe cómo los científicos realmente hacen ciencia,
y concluye que la mayor parte del tiempo los científicos están resolviendo
problemas específicos en su campo, no están buscando desarrollar un
descubrimiento novedoso, simplemente están aumentando la evidencia de un
programa científico existente. Usualmente, según Kuhn, los científicos
ignoran resultados que no encajan con su teoría dominante, lo que Kuhn llama el
paradigma dominante. Esta imagen del científico es contraria a lo que la
mayoría de nosotros piensa o se imagina, sin embargo Kuhn detalla varios casos
históricos en donde esto ha sucedido. Según Kuhn, cada cierto tiempo
existen revoluciones científicas, las cuales empiezan, casi por accidente, pero
tienen la capacidad de cambiar el mundo.

Hace
500 años, el paradigma dominante en la teoría de los movimientos estelares era
que la Tierra era centro del Universo. Los académicos y científicos
de esa época tenían ecuaciones para predecir la trayectoria de los planetas y
las estrellas, todas basadas en la premisa fundamental que la Tierra era el
centro de todo. Sin embargo, ellos no podían explicar porque a veces
existían variaciones entre sus cálculos y la realidad, pero se sentían
reconfortados que los errores eran relativamente pequeños y que toda la
comunidad científica y religiosa aceptaba como una verdad indiscutible que la
Tierra era el centro del Universo.

La
revolución científica de esa época inició cuando Copérnico empezó a usar el Sol
en lugar de la Tierra como el centro del Universo, pero la actitud de Copérnico
era reservada, no quiso publicar sus ideas por mucho tiempo y sostenía que era
una hipótesis. No fue hasta que Galileo, que con una actitud más
desafiante reclamó que no era una hipótesis, sino una realidad. Galileo
se tuvo que retractar porque en esa época cuestionar este tipo de cosas era
castigado con tortura y hasta muerte. Sin embargo, la lección es, que no
es el consenso lo que hace que algo sea cierto, por lo que, aunque la mayoría
piense algo, inclusive en una rama científica, no necesariamente quiere decir
que es correcto.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

La
historia de Copérnico y Galileo sigue teniendo aplicaciones hoy. Existen
teorías en la física que son ciertas en algunas circunstancias pero no en
otras, por ejemplo la teoría de la relatividad general vs física cuántica.
En donde las leyes generales de la física no necesariamente aplican para
objetos muy pequeños (mecánica cuántica). El debate en la física sigue,
los académicos y científicos siguen buscando más información y siguen intentando
nuevas teorías. Las enseñanzas de Kuhn no se limitan a la astronomía o a
la física, su aplicación es relevante en una gran variedad de ramas
científicas, por ejemplo: la química, la biología, la economía, la
meteorología, la psicología, etc.

El
libro de Kuhn es solo una de varias visiones sobre la filosofía de la ciencia,
sin embargo al terminar el libro uno se siente un poco más humilde y al mismo
tiempo con más coraje y esperanza. Más humilde porque nos obliga a
cuestionar nuestro propio conocimiento y reconocer que nuestras premisas pueden
ser un ‘paradigma’, pero con más coraje y esperanza, ya que es posible que no
todo está escrito en piedra y aunque muchos piensen de cierta forma, puede ser
que tarde o temprano exista otra revolución científica.

Sobre la estructura de revoluciones científicas

Redacción
11 de agosto, 2014

La estructura de las revoluciones
científicas es el título de un libro de la filosofía de la ciencia escrito por
Thomas Kuhn. Kuhn describe cómo los científicos realmente hacen ciencia,
y concluye que la mayor parte del tiempo los científicos están resolviendo
problemas específicos en su campo, no están buscando desarrollar un
descubrimiento novedoso, simplemente están aumentando la evidencia de un
programa científico existente. Usualmente, según Kuhn, los científicos
ignoran resultados que no encajan con su teoría dominante, lo que Kuhn llama el
paradigma dominante. Esta imagen del científico es contraria a lo que la
mayoría de nosotros piensa o se imagina, sin embargo Kuhn detalla varios casos
históricos en donde esto ha sucedido. Según Kuhn, cada cierto tiempo
existen revoluciones científicas, las cuales empiezan, casi por accidente, pero
tienen la capacidad de cambiar el mundo.

Hace
500 años, el paradigma dominante en la teoría de los movimientos estelares era
que la Tierra era centro del Universo. Los académicos y científicos
de esa época tenían ecuaciones para predecir la trayectoria de los planetas y
las estrellas, todas basadas en la premisa fundamental que la Tierra era el
centro de todo. Sin embargo, ellos no podían explicar porque a veces
existían variaciones entre sus cálculos y la realidad, pero se sentían
reconfortados que los errores eran relativamente pequeños y que toda la
comunidad científica y religiosa aceptaba como una verdad indiscutible que la
Tierra era el centro del Universo.

La
revolución científica de esa época inició cuando Copérnico empezó a usar el Sol
en lugar de la Tierra como el centro del Universo, pero la actitud de Copérnico
era reservada, no quiso publicar sus ideas por mucho tiempo y sostenía que era
una hipótesis. No fue hasta que Galileo, que con una actitud más
desafiante reclamó que no era una hipótesis, sino una realidad. Galileo
se tuvo que retractar porque en esa época cuestionar este tipo de cosas era
castigado con tortura y hasta muerte. Sin embargo, la lección es, que no
es el consenso lo que hace que algo sea cierto, por lo que, aunque la mayoría
piense algo, inclusive en una rama científica, no necesariamente quiere decir
que es correcto.

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historia de Copérnico y Galileo sigue teniendo aplicaciones hoy. Existen
teorías en la física que son ciertas en algunas circunstancias pero no en
otras, por ejemplo la teoría de la relatividad general vs física cuántica.
En donde las leyes generales de la física no necesariamente aplican para
objetos muy pequeños (mecánica cuántica). El debate en la física sigue,
los académicos y científicos siguen buscando más información y siguen intentando
nuevas teorías. Las enseñanzas de Kuhn no se limitan a la astronomía o a
la física, su aplicación es relevante en una gran variedad de ramas
científicas, por ejemplo: la química, la biología, la economía, la
meteorología, la psicología, etc.

El
libro de Kuhn es solo una de varias visiones sobre la filosofía de la ciencia,
sin embargo al terminar el libro uno se siente un poco más humilde y al mismo
tiempo con más coraje y esperanza. Más humilde porque nos obliga a
cuestionar nuestro propio conocimiento y reconocer que nuestras premisas pueden
ser un ‘paradigma’, pero con más coraje y esperanza, ya que es posible que no
todo está escrito en piedra y aunque muchos piensen de cierta forma, puede ser
que tarde o temprano exista otra revolución científica.