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K´atun 2032 y los sueños sin acciones

Redacción
17 de agosto, 2014

Nos
encontramos imbuidos en un mundo donde la corrección política se ha convertido
en la norma y aquel que se oponga a la misma corre el riesgo del ostracismo
social, económico y político. En las esferas de desarrollo político tanto
nacional como internacional lo que pesan son las intenciones y ya no las
acciones. Es sobre las primeras que se construyen los legados y las imágenes de
un mundo mejor, de países con un alto crecimiento económico y un desarrollo
social envidiable, esas en donde la gente simplemente no se indigna sino más
bien agradece los esfuerzos de las élites políticas y económicas que un día se
les prendió el foco y soñaron con un futuro mejor.


Lamentablemente
el mundo no funciona simplemente a base de sueños sino de acciones, esas que
constituyen puntos de inflexión que reflejan un antes y un después entre el
fracaso y el éxito. Pero contra todos los sentidos seguimos caminando en la
dirección de la corrección política, esa que suena bien, esa visión de
optimismo que construirá un futuro lleno de oportunidades para todos,
simplemente porque nos los imaginamos pero ojo, por el que nadie está dispuesto
a sacrificarse.


Esa visión
es la que en un momento sentó las bases para que en el seno de las Naciones
Unidas se creara la Declaración del Milenio y sus ocho objetivos para construir
ese anhelado futuro. Esa visión profundamente idealista que lamentablemente
ignora las cruentas realidades del conflicto social y mundial y que pretende
resolverlo todo con el chasquido de dedos de los macro decisores.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Al ver el
Plan Nacional de Desarrollo K´atún 2032 me viene a la mente lo que fue ese gran
Plan Mundial de los Objetivos del Milenio. Ocho objetivos que muchos países
lograrán pero no en base a realidades sociales o económicas sino a maquillaje
político. Claro en unos casos hay logros admirables, pero en otros simplemente
números que no reflejan la realidad. Los conflictos internacionales en el mundo
se han exacerbado, las migraciones por cuestiones de crisis de violencia han
aumentado, luchamos contra la epidemia del Sida mientras el Ébola resurge y la
incertidumbre internacional no había sido tan alta desde los años 60 del siglo
pasado.


El Plan
Nacional de Desarrollo elaborado por la SEGEPLAN “a partir de una metodología
que permitió consultar a amplios sectores de la sociedad civil (trabajadores,
indígenas, mujeres, campesinos, empresarios grandes -CACIF- medianos y pequeños
-PYMES-)” traza 5 ejes, 36 prioridades, 80 metas, 122 resultados y 717
lineamientos. Sólo por los números esta es sin duda una visión estratégica de
estado. El sueño está trazado, esto a pesar de la falta de transparencia, de la
visión miope, de la completa y vulgar cultura de la corrupción que este
gobierno ha permitido, del conservadurismo anacrónico de los privilegiados
sectores económicos tanto tradicionales como no tradicionales y de la
socavación de valores y civismo de la que nuestra sociedad es víctima. Se vale
soñar para el 2032 pero las acciones del presente determinarán el éxito del
futuro y a como vamos, el K´atun será una anécdota más.


@robertoantoniow




K´atun 2032 y los sueños sin acciones

Redacción
17 de agosto, 2014

Nos
encontramos imbuidos en un mundo donde la corrección política se ha convertido
en la norma y aquel que se oponga a la misma corre el riesgo del ostracismo
social, económico y político. En las esferas de desarrollo político tanto
nacional como internacional lo que pesan son las intenciones y ya no las
acciones. Es sobre las primeras que se construyen los legados y las imágenes de
un mundo mejor, de países con un alto crecimiento económico y un desarrollo
social envidiable, esas en donde la gente simplemente no se indigna sino más
bien agradece los esfuerzos de las élites políticas y económicas que un día se
les prendió el foco y soñaron con un futuro mejor.


Lamentablemente
el mundo no funciona simplemente a base de sueños sino de acciones, esas que
constituyen puntos de inflexión que reflejan un antes y un después entre el
fracaso y el éxito. Pero contra todos los sentidos seguimos caminando en la
dirección de la corrección política, esa que suena bien, esa visión de
optimismo que construirá un futuro lleno de oportunidades para todos,
simplemente porque nos los imaginamos pero ojo, por el que nadie está dispuesto
a sacrificarse.


Esa visión
es la que en un momento sentó las bases para que en el seno de las Naciones
Unidas se creara la Declaración del Milenio y sus ocho objetivos para construir
ese anhelado futuro. Esa visión profundamente idealista que lamentablemente
ignora las cruentas realidades del conflicto social y mundial y que pretende
resolverlo todo con el chasquido de dedos de los macro decisores.

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Plan Nacional de Desarrollo K´atún 2032 me viene a la mente lo que fue ese gran
Plan Mundial de los Objetivos del Milenio. Ocho objetivos que muchos países
lograrán pero no en base a realidades sociales o económicas sino a maquillaje
político. Claro en unos casos hay logros admirables, pero en otros simplemente
números que no reflejan la realidad. Los conflictos internacionales en el mundo
se han exacerbado, las migraciones por cuestiones de crisis de violencia han
aumentado, luchamos contra la epidemia del Sida mientras el Ébola resurge y la
incertidumbre internacional no había sido tan alta desde los años 60 del siglo
pasado.


El Plan
Nacional de Desarrollo elaborado por la SEGEPLAN “a partir de una metodología
que permitió consultar a amplios sectores de la sociedad civil (trabajadores,
indígenas, mujeres, campesinos, empresarios grandes -CACIF- medianos y pequeños
-PYMES-)” traza 5 ejes, 36 prioridades, 80 metas, 122 resultados y 717
lineamientos. Sólo por los números esta es sin duda una visión estratégica de
estado. El sueño está trazado, esto a pesar de la falta de transparencia, de la
visión miope, de la completa y vulgar cultura de la corrupción que este
gobierno ha permitido, del conservadurismo anacrónico de los privilegiados
sectores económicos tanto tradicionales como no tradicionales y de la
socavación de valores y civismo de la que nuestra sociedad es víctima. Se vale
soñar para el 2032 pero las acciones del presente determinarán el éxito del
futuro y a como vamos, el K´atun será una anécdota más.


@robertoantoniow