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¿Financiamiento público de qué?

Redacción
24 de agosto, 2014

Normalmente los guatemaltecos nos percatamos de una serie de opiniones, en los medios de comunicación, abogando por la necesidad de más financiamiento público. Vale la pena preguntarse, ¿financiamiento público de que?


Desde 1986, los diferentes gobiernos han mantenido altos niveles de endeudamiento público, mismos que cada vez son superados con cifras récord, por el gobierno que le sigue. De igual manera los gobiernos, en forma crónica, han venido gastando más de lo que recaudan, estructurando presupuestos cada vez más des-financiados.

Hemos llegado al extremo, que el Estado toma nueva deuda, para pagar deuda pendiente. Y que a mayores problemas en nuestro País, existe una corriente muy fuerte que pide ‘más financiamiento público para que el Estado pueda solucionar esos problemas’. En contraste, respecto al manejo y el uso de los fondos públicos, los ciudadanos vemos efectos, que podríamos ordenar en tres segmentos:

a) Corrupción. Señalamientos escandalosos de opacidad y corrupción. El manejo de los recursos públicos se ha vuelto un gran negocio para algunos, especialmente para aquellos que gozan de algún poder de decisión, sobre el manejo de dichos recursos.
  
b) Despilfarro en Gastos de Funcionamiento. El aumento de asesores, contratos cero veintinueve, y despilfarro en vehículos, gasolina y suministros en general; hacen que sea cada vez menor la disponibilidad de recursos para que el Estado realice las funciones que la legislación actual le asigna.
   
c) Ineficiencia propia de asignar Funciones al Estado que no le competen y que solo distorsionan el mercado. Sin duda en este modelo actual, no habrán recursos que alcancen, y tendremos en todo caso, cada cuatro años más de lo mismo, o quizá mayor presión por ‘financiamiento público’, del cual se beneficien primordialmente quienes decidan sobre dichos recuros y con peores resultados para la mayoría.

Vale la pena preguntarnos entonces, ¿qué estamos financiando?

¿quiénes son los que más se benefician de este modelo de incentivos perversos?

¿cómo podemos salir de este circulo vicioso?

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Cuando escuche alguna opinión, por muy calificada que parezca, indicando que para solucionar los problemas de Guatemala se necesita más financiamiento público, sin que esa solicitud la acompañe de una propuesta seria para frenar la corrupción, el despilfarro de recursos y la ineficiencia del gasto público, ¡ponga mucha atención!
    
Pues en el menor de los casos, la propuesta viene de alguien que está ignorando el circulo vicioso, que actualmente nos aqueja, respecto al manejo de los fondos públicos. Y en el peor de los casos, la propuesta viene de alguien que tendrá algún interés en el manejo de esos recursos públicos, para repetir lo que han venido haciendo los gobernantes en los últimos 28 años; buscar un beneficio personal a costa de su bolsillo y de la mayoría de guatemaltecos.

¿Financiamiento público de qué?

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24 de agosto, 2014

Normalmente los guatemaltecos nos percatamos de una serie de opiniones, en los medios de comunicación, abogando por la necesidad de más financiamiento público. Vale la pena preguntarse, ¿financiamiento público de que?


Desde 1986, los diferentes gobiernos han mantenido altos niveles de endeudamiento público, mismos que cada vez son superados con cifras récord, por el gobierno que le sigue. De igual manera los gobiernos, en forma crónica, han venido gastando más de lo que recaudan, estructurando presupuestos cada vez más des-financiados.

Hemos llegado al extremo, que el Estado toma nueva deuda, para pagar deuda pendiente. Y que a mayores problemas en nuestro País, existe una corriente muy fuerte que pide ‘más financiamiento público para que el Estado pueda solucionar esos problemas’. En contraste, respecto al manejo y el uso de los fondos públicos, los ciudadanos vemos efectos, que podríamos ordenar en tres segmentos:

a) Corrupción. Señalamientos escandalosos de opacidad y corrupción. El manejo de los recursos públicos se ha vuelto un gran negocio para algunos, especialmente para aquellos que gozan de algún poder de decisión, sobre el manejo de dichos recursos.
  
b) Despilfarro en Gastos de Funcionamiento. El aumento de asesores, contratos cero veintinueve, y despilfarro en vehículos, gasolina y suministros en general; hacen que sea cada vez menor la disponibilidad de recursos para que el Estado realice las funciones que la legislación actual le asigna.
   
c) Ineficiencia propia de asignar Funciones al Estado que no le competen y que solo distorsionan el mercado. Sin duda en este modelo actual, no habrán recursos que alcancen, y tendremos en todo caso, cada cuatro años más de lo mismo, o quizá mayor presión por ‘financiamiento público’, del cual se beneficien primordialmente quienes decidan sobre dichos recuros y con peores resultados para la mayoría.

Vale la pena preguntarnos entonces, ¿qué estamos financiando?

¿quiénes son los que más se benefician de este modelo de incentivos perversos?

¿cómo podemos salir de este circulo vicioso?

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Cuando escuche alguna opinión, por muy calificada que parezca, indicando que para solucionar los problemas de Guatemala se necesita más financiamiento público, sin que esa solicitud la acompañe de una propuesta seria para frenar la corrupción, el despilfarro de recursos y la ineficiencia del gasto público, ¡ponga mucha atención!
    
Pues en el menor de los casos, la propuesta viene de alguien que está ignorando el circulo vicioso, que actualmente nos aqueja, respecto al manejo de los fondos públicos. Y en el peor de los casos, la propuesta viene de alguien que tendrá algún interés en el manejo de esos recursos públicos, para repetir lo que han venido haciendo los gobernantes en los últimos 28 años; buscar un beneficio personal a costa de su bolsillo y de la mayoría de guatemaltecos.