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De migraciones e ignorantes

Redacción
03 de agosto, 2014
Lo peor de hacerse adulto es creer que uno ya sabe cosas, solo por esa cuestión numérica de edad. La experiencia dicen, justifica que el diablo sabe más por viejo que por diablo. Pues pobres diablos somos la mayoría de adultos que confundimos la inocencia de los niños con ingenuidad y que corresponde exclusivamente a nosotros marcar el rumbo. Hay situaciones obvias en los procesos de crianza de padres a hijos pero si nos enmarcamos en la sociedad en donde un joven aspira a un futuro mejor y en el camino contribuye con su trabajo a una mejora colectiva, que es la lógica de la cooperación social, lamentablemente eso no pasa cuando vemos los casos de Guatemala, Honduras y El Salvador. 

El hombre migra casi por instinto y lo ha hecho desde siempre en busca de algún lugar que lo haga sentir bien, un lugar que le permita sentar cabeza y poder realizarse como ser humano. Así lo han hecho y lo hacen cientos de miles de nuestros paisanos que se van al norte en busca de algo mejor que aquí no encuentran. En el caso de Guatemala se entienden las circunstancias de nuestra historia reciente, un cruel conflicto interno que desangró al país y cuyas heridas aún no sanan y luego una espiral de violencia generada por una falta de visión de largo plazo que no se pudo poner en práctica una vez firmados los acuerdos de paz. 
Claro, muchos de los problemas estructurales que la región sufre son en gran medida culpa de los procesos que el internacionalista Robert Cox llamó “internacionalización del estado” cuando nuestros gobiernos acataban como perros entrenados las medidas impulsadas ya sea por los Estados Unidos y después por organismos financieros como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo. Sí, es cierto, pero no olvidemos la responsabilidad que han tenido nuestros gobiernos en aceptar las disposiciones arbitrarias de estos y más importante aún, nuestra responsabilidad como ciudadanos de permitir que nuestros gobiernos se salgan con la suya. 
Lo que nos lleva al actual gobierno. Coincido con el presidente Otto Pérez Molina en sus críticas a los EEUU manifestadas en diferentes medios de comunicación tanto nacionales como internacionales como su columna en el inglés The Guardian. Tiene razón y estoy de acuerdo con el presidente cosa que resulta extraordinaria a estas alturas del juego. Pero lo que me indigna como guatemalteco, como centroamericano, como persona es la ignorancia que nuestro presidente y equipo, en especial su canciller y su embajador en EEUU tengan sobre el tema y sobre cómo proceder. El tema de la migración para los EEUU no es un tema de política exterior, es un tema política interna, es más, es un tema de política estatal no federal. Como tal, nuestras autoridades, que viven de nuestros impuestos y de las tranzas que hacen con los mismos, no sé si ignoran como el sistema político de los EEUU funciona, o prefieren hacerlo para no enojar a nadie. O se hacen o lo son, pero el tema de la migración pasa por una agenda legislativa a nivel congreso para luego subir al senado de los EEUU. Esto lo saben las organizaciones de migrantes guatemaltecas allá y aquí, se lo dicen a nuestros gobiernos y la respuesta es nula. Hablar con Obama o publicar un artículo en un prestigioso diario inglés son importantes en la agenda personal de uno y eso no está mal, sí y solo sí, no se es un funcionario público. Los niños se van porque aquí les fallamos. 
Esto lo saben muchos, los saben mis alumnos de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, lo saben las organizaciones pro migrantes tanto aquí en la región como en el exterior, es más, lo saben esos niños que se van en busca de un mejor futuro, saben que aquí sus funcionarios públicos les fallaron y ya va siendo hora que nosotros como sociedad nos demos cuenta y dejemos de fallarles también. 
@robertoantoniow

De migraciones e ignorantes

Redacción
03 de agosto, 2014
Lo peor de hacerse adulto es creer que uno ya sabe cosas, solo por esa cuestión numérica de edad. La experiencia dicen, justifica que el diablo sabe más por viejo que por diablo. Pues pobres diablos somos la mayoría de adultos que confundimos la inocencia de los niños con ingenuidad y que corresponde exclusivamente a nosotros marcar el rumbo. Hay situaciones obvias en los procesos de crianza de padres a hijos pero si nos enmarcamos en la sociedad en donde un joven aspira a un futuro mejor y en el camino contribuye con su trabajo a una mejora colectiva, que es la lógica de la cooperación social, lamentablemente eso no pasa cuando vemos los casos de Guatemala, Honduras y El Salvador. 

El hombre migra casi por instinto y lo ha hecho desde siempre en busca de algún lugar que lo haga sentir bien, un lugar que le permita sentar cabeza y poder realizarse como ser humano. Así lo han hecho y lo hacen cientos de miles de nuestros paisanos que se van al norte en busca de algo mejor que aquí no encuentran. En el caso de Guatemala se entienden las circunstancias de nuestra historia reciente, un cruel conflicto interno que desangró al país y cuyas heridas aún no sanan y luego una espiral de violencia generada por una falta de visión de largo plazo que no se pudo poner en práctica una vez firmados los acuerdos de paz. 
Claro, muchos de los problemas estructurales que la región sufre son en gran medida culpa de los procesos que el internacionalista Robert Cox llamó “internacionalización del estado” cuando nuestros gobiernos acataban como perros entrenados las medidas impulsadas ya sea por los Estados Unidos y después por organismos financieros como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo. Sí, es cierto, pero no olvidemos la responsabilidad que han tenido nuestros gobiernos en aceptar las disposiciones arbitrarias de estos y más importante aún, nuestra responsabilidad como ciudadanos de permitir que nuestros gobiernos se salgan con la suya. 
Lo que nos lleva al actual gobierno. Coincido con el presidente Otto Pérez Molina en sus críticas a los EEUU manifestadas en diferentes medios de comunicación tanto nacionales como internacionales como su columna en el inglés The Guardian. Tiene razón y estoy de acuerdo con el presidente cosa que resulta extraordinaria a estas alturas del juego. Pero lo que me indigna como guatemalteco, como centroamericano, como persona es la ignorancia que nuestro presidente y equipo, en especial su canciller y su embajador en EEUU tengan sobre el tema y sobre cómo proceder. El tema de la migración para los EEUU no es un tema de política exterior, es un tema política interna, es más, es un tema de política estatal no federal. Como tal, nuestras autoridades, que viven de nuestros impuestos y de las tranzas que hacen con los mismos, no sé si ignoran como el sistema político de los EEUU funciona, o prefieren hacerlo para no enojar a nadie. O se hacen o lo son, pero el tema de la migración pasa por una agenda legislativa a nivel congreso para luego subir al senado de los EEUU. Esto lo saben las organizaciones de migrantes guatemaltecas allá y aquí, se lo dicen a nuestros gobiernos y la respuesta es nula. Hablar con Obama o publicar un artículo en un prestigioso diario inglés son importantes en la agenda personal de uno y eso no está mal, sí y solo sí, no se es un funcionario público. Los niños se van porque aquí les fallamos. 
Esto lo saben muchos, los saben mis alumnos de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, lo saben las organizaciones pro migrantes tanto aquí en la región como en el exterior, es más, lo saben esos niños que se van en busca de un mejor futuro, saben que aquí sus funcionarios públicos les fallaron y ya va siendo hora que nosotros como sociedad nos demos cuenta y dejemos de fallarles también. 
@robertoantoniow